Estudio que relaciona muertes con la vacuna anticovid no fue publicado en The Lancet

La revista científica The Lancet no publicó ni censuró un estudio que relaciona decesos con las vacunas anticovid. Sin embargo, más de 1.100 usuarios de redes sociales comparten desde mediados de julio de 2023 publicaciones que afirman que una investigación que “prueba” que la vacunación causó muertes fue “censurada”. Pero ese artículo estaba alojado en un repositorio de preimpresión asociado a The Lancet, que reúne textos que aún no pasan la revisión por pares. La revista eliminó el estudio del servidor por considerar que sus conclusiones no estaban suficientemente fundamentadas.

“Un estudio de Lancet sobre autopsias a vacunados de Covid encontró que el 74% murieron por la vacuna: el informe fue censurado”, se lee en un artículo publicado en un sitio digital, que fue compartido ampliamente en Facebook (1, 2).

En otra entrada de esa red social se señala: “Una revisión de The Lancet de 325 autopsias después de la vacunación con Covid encontró que el 74% de las muertes fueron causadas por la vacuna, pero el estudio se eliminó dentro de las 24 horas”.

Afirmaciones similares circulan en Twitter (1, 2, 3), así como en francés y portugués.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook hecha el 31 de julio de 2023

El estudio señalado, titulado “A Systematic Review of Autopsy Findings in Deaths after covid-19 Vaccination” ("Una revisión sistemática de hallazgos de autopsias en fallecimientos después de la vacunación contra el covid-19"), no se publicó en la revista científica The Lancet, sino en un repositorio de preprints asociado a la revista, al que los investigadores pueden enviar sus trabajos durante su revisión por pares.

Consultado por la AFP, The Lancet Group confirmó que el artículo fue retirado del servidor, argumentando que la metodología empleada por los autores no permitía fundamentar las conclusiones.

Diferencias entre preprint y publicación

En el mundo académico, el término “publicación” hace referencia a estudios publicados en una revista científica de prestigio como, por ejemplo, en medicina, The Lancet, JAMA o The New England Journal of Medicine.

Antes de ser publicado, el estudio se denomina “preprint”, etapa en la que aún no ha sido revisado por pares de la comunidad científica. Esta revisión involucra a otros investigadores relevantes que comentan el texto y, si es necesario, solicitan al autor aclaraciones y correcciones. Luego viene la decisión final de publicarlo o no. El proceso puede llevar varias semanas.

Desde 2018, The Lancet ha colaborado con el repositorio Social Science Research Network (SSRN) para ofrecer a los autores un espacio dedicado a preprints, llamado "Preprints with The Lancet".

“Un preprint es una versión de un texto científico publicado en un servidor de acceso público antes de cualquier revisión formal por pares”, se lee en inglés el sitio web de la revista. "Los preprints no han sido revisados por pares y no deben usarse para la toma de decisiones clínicas o para informar a un público no especializado sin indicar que se trata de una investigación preliminar que no ha sido revisada por pares", señala.

Los preprints “disponibles a través del SSRN no son publicaciones de The Lancet o no están necesariamente en proceso de revisión con una revista de The Lancet”, reitera la revista.

Sin validación científica

En el caso del estudio citado en las publicaciones virales, los usuarios que lo compartieron están “confundiendo la investigación revisada por pares, que trata sobre ciencia evaluada rigurosamente, con un repositorio de preprints, que es un lugar donde los científicos envían su trabajo”, dijo a la AFP Sarah Everts, profesora de Periodismo Científico en la Universidad de Carleton en Ottawa, Canadá.

Los preprints permiten a los investigadores publicar rápidamente su trabajo, pero un artículo siempre debe ser revisado por pares para garantizar que las conclusiones del estudio estén bien fundamentadas y sin errores, explicó.

El artículo completo ya no está disponible en el sitio del servidor. “Esta preimpresión fue eliminada por Preprints with The Lancet porque los hallazgos del estudio no están respaldados por su metodología. Preprints with The Lancet se reserva el derecho de eliminar un artículo que ha sido publicado si determinamos que ha violado nuestros criterios de selección”, señala el sitio en inglés.

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Captura de pantalla de una entrada en Social Science Research Network, hecha el 26 de julio de 2023

El artículo y sus autores

A través del sitio web Wayback Machine, que permite el acceso a publicaciones web archivadas, se puede acceder al preprint completo. En la sección de metodología del artículo se afirma que “tres médicos revisaron de forma independiente todas las muertes” con base en “informes de autopsia y necropsia relacionados con la vacunación contra el covid-19” publicados hasta el 18 de mayo de 2023, “y determinaron si la vacunación fue la causa directa o si contribuyó de manera significativa a la muerte”.

Al final de la investigación, un total de 240 muertes (73,9%) fueron “juzgadas de forma independiente como directamente ocasionadas por la vacunación contra el covid-19 o a la contribución significativa de esta. (...) Se necesita una nueva investigación urgente para aclarar” estas conclusiones, dicen los autores.

Para Zhou Xing, profesor de Inmunología de la Universidad McMaster, en Canadá, la metodología del artículo no tiene en cuenta el estado de salud y la edad del fallecido para explicar su muerte tras la vacunación.

“El análisis y la conclusión parecen increíblemente ridículos y no creo que sea necesario ser un experto científico o médico para detectar las principales inconsistencias” del estudio, dijo Xing en un correo electrónico a la AFP el 12 de julio de 2023.

Dada la gran cantidad de personas vacunadas contra el covid-19 en el mundo, las tasas de mortalidad son inevitablemente más altas para los vacunados, independientemente de la causa de la muerte, agregó.

El perfil de los tres autores, Roger Hodkinson, William Makis, Peter A. McCullough, también plantea interrogantes.

Peter McCullough es un cardiólogo estadounidense que ya fue verificado por la AFP en diversas oportunidades por difundir información falsa sobre las vacunas contra el covid-19. Sus afirmaciones sin fundamento sobre los peligros de las vacunas le valieron una acción disciplinaria de la Junta Estadounidense de Medicina Interna (American Board of Internal Medicine, ABIM).

Roger Hodkinson, por su parte, ha dicho que la pandemia de covid-19 fue un “engaño”, declaración que circuló ampliamente en redes sociales en 2020 y que también fue verificada por la AFP. En cuanto a William Makis, ya ha difundido afirmaciones infundadas sobre supuestas muertes entre médicos a causa de la vacuna anticovid.

Estos precedentes llevan a científicos como Brian Ward, profesor de Medicina Experimental que estudia los efectos adversos de las vacunas en la Universidad McGill, en Canadá, a ser cautelosos y desconfiados respecto al artículo citado en las publicaciones.

“La forma en que usan la palabra 'independiente' allí solo significa que todos se sentaron en una habitación separada para llegar a una conclusión personal antes de compartir sus clasificaciones (en gran parte predeterminadas) entre sí”, dijo a la AFP el 12 de julio de 2023.

Lamentablemente, incluso tras ser eliminados del sitio y de ser acompañados de un mensaje sobre sus inconsistencias o su naturaleza errónea, los preprints continúan circulando, señaló Timothy Caulfield, profesor de derecho y política de salud en la Universidad de Alberta en Canadá.

“Entran al debate público y aunque sean retirados o se marquen sus deficiencias, no importa”, agregó a la AFP el 12 de julio de 2023. La retirada de estos documentos, que Caulfield llama “documentos zombis”, alimenta la idea de que existe una “censura”.

Asociación de vacunas con la muerte

La desinformación sobre las vacunas anticovid, recurrente en redes sociales, consiste muchas veces en insinuar que existe un nexo causal entre la vacunación y la muerte, al malinterpretar los datos de farmacovigilancia de las autoridades sanitarias. AFP Factual ha dedicado varios artículos de verificación a este tema (1, 2, 3).

En general, morir después de haber sido vacunado contra el covid-19, incluso unos días después, no significa que la vacuna haya causado el deceso. Además, los raros efectos secundarios graves de la vacunación, incluida la miocarditis, son monitoreados y el beneficio de ser inmune a la enfermedad supera los riesgos, según han explicado a la AFP expertos, médicos e investigadores (1, 2, 3).

Otros estudios también han concluido que las vacunas contra el covid-19 han salvado millones de vidas. Un análisis del Imperial College London, publicado el 22 de junio de 2022, estimó que se evitaron 19.8 millones de muertes en 185 países en el transcurso de un año, entre el 8 de diciembre de 2020 y el 8 de diciembre de 2021, gracias a la vacunación.

Referencias

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