Científica trabaja en el laboratorio mAbxience en Buenos Aires, donde se producirá una vacuna experimental contra el nuevo coronavirus, el 14 de agosto de 2020 (AFP / Juan Mabromata)

Las vacunas son compatibles con el Código de Nuremberg y los principios bioéticos de la Unesco

Varias publicaciones que aseguran que las vacunas violan el Código de Nuremberg, un documento de 1947 que establece principios para la experimentación con seres humanos, han sido compartidas más de 1.000 veces en redes sociales al menos desde el 2 de junio pasado. En el mensaje se agrega que tampoco son compatibles con los principios bioéticos de la Unesco. Sin embargo, expertos en ética y salud señalan que el Código de Nuremberg no refiere a vacunas, y que estas son compatibles con los principios de la Unesco.

“Las vacunas están en violación directa del Código Nuremberg. ¡A ejercer nuestros derechos! Hoy, la vacunación forzada y obligatoria viola estos principios”, se puede leer en una imagen que se ha difundido en distintas versiones en Facebook (1, 2, 3) .

“Es una violación del artículo 6 de la declaración de la UNESCO 2005 sobre Bioética y Derechos Humanos”, continúa.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 28 de agosto de 2020

Este mismo mensaje también está en esta publicación del 2 de junio pasado, titulada “INTERNACIONAL – LAS VACUNAS ESTÁN EN VIOLACIÓN DIRECTA DEL CÓDIGO NUREMBERG: ¡A EJERCER NUESTROS DERECHOS!” y que ha sido compartida más de 300 veces en Facebook según la herramienta CrowdTangle.

Estas publicaciones circulan en medio de la pandemia del nuevo coronavirus, para la cual aún no existe una vacuna u otro antídoto, a pesar de estar en curso varios estudios clínicos que buscan dar con un tratamiento.

Mensajes similares fueron difundidos también en inglés (1, 2) desde mayo pasado.

El Código de Nuremberg

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Inglaterra, Irlanda del Norte, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética acordaron crear el Tribunal de Nuremberg con el fin de juzgar ciertos crímenes cometidos durante la guerra.   

Entre los casos juzgados, uno fue el denominado “Juicio de los médicos”, donde se procesó a 23 doctores y otros funcionarios por su rol en los experimentos realizados con prisioneros de campos de concentración.

El veredicto de este caso incluyó un documento de diez puntos publicado en 1947 llamado “Experimentos Médicos Permitidos”, también conocido como Código de Nuremberg

Allí se comienza estableciendo que ciertos experimentos médicos en seres humanos pueden ser beneficiosos y satisfacen -generalmente- la ética de la profesión médica”. Sin embargo, se indica que deben cumplirse ciertos principios para que estos procedimientos sean “morales, éticos y legales”.

El primer punto del Código de Nuremberg apunta al consentimiento informado:

Según el documento, se debe informar a la persona involucrada sobre los riesgos, duración, propósito y método con el que se va a proceder. Sin embargo, no menciona las vacunas. 

El doctor Jonathan D. Moreno, profesor de bioética en la Universidad de Pensilvania, explicó a la AFP que el Código de Nuremberg se trata de experimentos humanos y no de vacunas.  “Es perfectamente compatible con las vacunas”, enfatizó.

Steven Joffe, académico de ética médica en la misma universidad, añadió que “las vacunas no son de ninguna manera una violación del Código de Nuremberg”.

El profesor de bioética en la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso Alvaro Hevia explicó a AFP Factual que para que una vacuna fuera incompatible con el Código de Nuremberg tendría que,  por ejemplo, probarse de forma forzada sobre una persona.  

“O que dieran su consentimiento tras recibir información falsa o incompleta, por ejemplo”, añadió.

En el contexto de la actual pandemia, explicó, los participantes en ensayos de vacunas para el covid-19 deben ser voluntarios y consentir su participación sin presiones ni engaños. Para ello existen comités de ética de investigación”.

Declaración Universal de Bioética de la Unesco

Algunas de las publicaciones también afirman que las vacunas atentan contra el “artículo 6 de la declaración de la UNESCO 2005 sobre Bioética y Derechos Humanos”. 

En 2005 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) presentó la Declaración Universal de Bioética y Derechos Humanos con el propósito de “proporcionar un marco universal de principios y procedimientos que sirvan de guía a los Estados en la formulación de legislaciones, políticas u otros instrumentos en el ámbito de la bioética”.

El artículo 6, mencionado en las publicaciones viralizadas, establece lo siguiente:

Al respecto, Hevia explicó que este artículo se refiere a intervenciones médicas y a la participación en investigaciones: “En este caso, la vacunación vulneraría este artículo solo si se realizara de manera obligatoria y esa obligatoriedad no estuviera éticamente legitimada”.

Hevia agregó que si una persona al rechazar una vacuna pone en riesgo la salud de otros, se debe priorizar la salud de la población y no la de este individuo en particular.

Es decir, se valora más la salud pública que la decisión autónoma de un individuo, cuando esa decisión puede poner en riesgo a la población. De esa estimación surge la obligatoriedad éticamente fundada de vacunación”, añadió.

En términos legales, el consentimiento informado es diferente al consentimiento voluntario, explicó Wendy E. Parmet, directora del Centro de Políticas de Salud de Northeastern University.

“El consentimiento informado no solo implica que la elección es voluntaria, sino que la elección es informada, que la persona conoce los riesgos”, dijo Parmet a la AFP, y agregó que los argumentos de las publicaciones son “completamente reducidos y simplificados en un sentido completamente engañoso”.

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Técnico de laboratorio clasifica muestras de sangre para el estudio de la vacuna contra el covid-19 en el Centro de Investigaciones de América en Florida, Estados Unidos, el 13 de agosto de 2020

Otras afirmaciones

Varias publicaciones que muestran la imagen sobre el Código de Nuremberg y la Unesco llevan textos con otras afirmaciones que ya fueron verificadas previamente por AFP Factual. La mayoría de ellas son falsas.  

“No han aislado ni purificado el virus pero afirman su existencia sin ninguna evidencia científica”. Falso

De acuerdo a estudios científicos, el nuevo coronavirus sí fue previamente aislado en laboratorios e incluso se publicó su código genético.

El 17 de enero pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento con orientaciones provisionales sobre el covid-19, enfermedad recientemente descubierta por ese entonces. Allí se informa sobre la identificación del virus mediante “la aplicación de técnicas de secuenciación de nueva generación (NGS) de virus cultivados o directamente de muestras recibidas de diversos pacientes con neumonía”.

Christian Castro, bioquímico e integrante de la agrupación de divulgación Chilecientífico, aseguró a AFP Factual que son varios los estudios revisados por pares que se han publicado sobre la existencia del nuevo coronavirus.

Por ejemplo, en un estudio clínico publicado en febrero pasado por The New England Journal of Medicine se indica que se emplearon  “células epiteliales de las vías respiratorias humanas para aislar un nuevo coronavirus, llamado 2019-nCoV”.

Específicamente, recolectaron muestras del tracto respiratorio de pacientes que presentaron neumonía por causas desconocidas en ese entonces, en Wuhan, China, en diciembre de 2019.

También en febrero de 2020, la revista Nature publicó este estudio sobre un paciente hospitalizado a fines de 2019 en el Hospital Central de Wuhan por un síndrome respiratorio severo, tos, fiebre y mareos. 

Otro estudio publicado en la misma revista en marzo pasado refiere a los orígenes del nuevo coronavirus.

El test PCR “detecta indiscriminadamente cientos de virus, bacterias y microorganismos, puedes dar positivo incluso si tienes la gripe común”​. Falso

El test de reacción en cadena de polimerasa (PCR por sus siglas en inglés) detecta el genoma específico del nuevo coronavirus. La muestra se toma con un hisopo que se introduce por la nariz o a través de un escupitajo del paciente cuando la infección está en curso.

Juan Carballeda, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y miembro de la Asociación Argentina de Virología (SAV), explicó a AFP Factual para esta verificación que el test PCR detecta el genoma del Sars-CoV-2 dentro de una célula infectada, en un exosoma o en las partículas virales liberadas.  “Y eso es indudable”, recalcó.

“La vacuna contra la gripe común interfiere en la enfermedad del nuevo coronavirus”. Falso

La vacuna contra la gripe común, de acuerdo a expertos consultados, no está relacionada con el covid-19; tampoco existen evidencias que demuestren el supuesto vínculo.

Ignacio Silva, médico infectólogo del Hospital Barros Luco (Chile), aseguró a AFP Factual que dicha afirmación “es una falacia. (...) No existe una relación causal entre la vacuna de la influenza y la mala evolución del covid-19”.

Silva explicó que esto se debe a que los grupos de riesgo del covid-19 (ancianos y enfermos crónicos) son los mismos en quienes se concentran las campañas de vacunación contra la gripe común o influenza. 

Esta afirmación sobre la supuesta interferencia de la vacuna contra la gripe ya ha sido verificada anteriormente por AFP Factual (1, 2). Quienes defienden esta tesis, se basan en un estudio estadounidense llamado: “Vacunación contra la influenza e interferencia del virus respiratorio entre el personal del Departamento de Defensa durante la temporada de influenza 2017–2018”.  Sin embargo, esta publicación fue realizada antes del descubrimiento del nuevo coronavirus.

De hecho, el autor del estudio, Greg G. Wolff, publicó una carta el 19 de junio pasado aclarando que los datos de su publicación “no pueden y no deben ser interpretados para representar ningún tipo de relación o asociación de la vacuna contra la gripe con la enfermedad covid-19”.

“Te cuentan que mueren por neumonía hasta que médicos italianos descubren que el problema son los trombos y que basta una simple aspirina para evitar que te enchufen a un respirador”. Engañoso

Se han detectado problemas de coagulación en algunos pacientes con covid-19. Sin embargo, estudios demuestran que la neumonía está entre las principales patologías de esta enfermedad.

De acuerdo a este estudio de casos publicado en abril pasado, en las ciudades italianas de Bérgamo y Milán se observó que 33 de los 38 pacientes estudiados (todos fallecidos por covid-19) tenían trombos en vasos sanguíneos pequeños. Los autores concluyeron que esta nueva enfermedad está vinculada con problemas de coagulación de la sangre y con trombosis. Además, mencionan lesiones pulmonares y neumonía como patologías predominantes entre los cadáveres estudiados.

La OMS también indica que una de las complicaciones asociadas a esta nueva enfermedad es la tromboembolia venosa o coagulopatía. Para estos cuadros, recomiendan recetar heparina y no aspirina como indica el texto viral.

Este último fármaco tampoco aparece en la lista de medicamentos esenciales para el manejo de pacientes contagiados de covid-19 que publicó la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

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Sala de espera en un hospital de Ciudad de México el 27 de agosto de 2020

“Hablan de enfermos asintomáticos, lo que es contradictorio porque el enfermo es el que tiene síntomas de enfermedad”. Falso

En el caso del covid-19, expertos y autoridades sanitarias han alertado sobre pacientes contagiados que no desarrollan síntomas y pueden contagiar igualmente.

El infectólogo Juan Carlos Cataño, profesor de la Universidad de Antioquia (Colombia), explicó a la AFP para esta verificación que un paciente asintomático es aquel que tiene una mejor respuesta frente al virus, que no genera efectos negativos tan severos y visibles como otras personas. Sin embargo, añadió, este tipo de pacientes sí puede transmitir el virus. 

En el caso del covid-19, la OMS dice que los síntomas más frecuentes de esta enfermedad son la fiebre, tos seca, cansancio, entre otros. Sin embargo, agrega, algunos pacientes pueden presentar síntomas “levísimos”, y que sí es posible contagiarse de una persona que no se sienta enferma. 

La mascarilla “no te permite respirar ni oxigenarte”. Falso

De acuerdo a especialistas en enfermedades respiratorias consultados en numerosas verificaciones de la AFP (1, 2, 3), las mascarillas no impiden respirar correctamente. 

“Las mascarillas quirúrgicas o los tipos de mascarillas más sofisticadas como los respiradores N95 o sus equivalentes, tienen la particularidad de filtrar el aire en distintos porcentajes dependiendo de la calidad de su filtro y permitir la respiración (respirabilidad)”, explicó para esta verificación Patricio Canales, jefe de la unidad cardiorrespiratoria de la carrera de Kinesiología en la Universidad de Santiago. 

Por otro lado, la OMS señala que “utilizar mascarillas médicas durante mucho tiempo puede ser incómodo, pero no provoca intoxicación por CO2 ni hipoxia [falta de oxígeno en un tejido, NDLR]”.

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La vacuna “modificará tu ADN convirtiéndote en un producto transgénico”. Falso

Según expertos consultados por la AFP, las vacunas no modifican el ADN.

Un producto transgénico es un organismo al que se le han introducido uno o más genes desde otro organismo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 

“En las vacunas actuales que se están desarrollando [contra el covid-19] no se emplea esta tecnología”, explicó el bioquímico Christian Castro.

“Lo más cercano podrían ser las actuales ´vacunas genéticas´ de ADN o ARN, que lo único que harían es producir proteínas (partes del virus) para que sean reconocidas por las células inmunes, como también generar anticuerpos. La modificación de ADN implicaría la inyección directa al núcleo de las células humanas y las vacunas no hacen eso”, precisó

Lo que en realidad hacen las vacunas, señaló Castro, es entrenar” al sistema inmunológico para que logre reconocer al patógeno “parcial o totalmente cuando intente infectar al cuerpo”.

Maria Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio argentino de inmunología y desarrollo de vacunas de IMBECU-CCT-Conicet, explicó que la mayoría de las vacunas está formada por proteínas que luego son reconocidas por el sistema inmune. Esta proteína, señaló, se produce a través del ADN: “para llegar a proteína, necesita transcribirse a otra molécula que es el ARN mensajero. Este ARN mensajero lleva el mensaje al citoplasma de nuestras células para que otros ARN lean este mensaje y puedan sintetizar la proteína”.

Sánchez añadió que dos candidatas a vacunas contra el covid-19 son las más avanzadas (Moderna y Oxford), y que ambas apuestan por llevar este “mensaje” en códigos genéticos para producir la proteína.

En conclusión, la mayoría de las afirmaciones de las publicaciones difundidas son falsas. Expertos en bioética señalaron que las vacunas no violan el Código de Nuremberg ni los principios bioéticos de la Unesco. 

*Esta verificación fue realizada con base en la información científica y oficial sobre el nuevo coronavirus disponible a la fecha de esta publicación.

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