El “plan de exterminio” de las vacunas contra el covid-19 y otras afirmaciones falsas de una mujer vestida de monja
- Este artículo data de hace más de un año.
- Publicado el 21 de octubre de 2020 a las 22:15
- 8 minutos de lectura
- Por Ana PRIETO, AFP Argentina
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“Monja dice la verdad. Vacuna es muerte”, asegura un mensaje en Facebook que acompaña un video de cerca de siete minutos, en el que una mujer vestida de monja hace una serie de declaraciones contra las vacunas en investigación para prevenir el covid-19.
“La vacuna va a cambiar el ADN y el que se la ponga enfermará y morirá”, se lee en otra publicación que incluye la misma secuencia.
El video también circuló en YouTube, y en versiones más breves en Twitter (1, 2).
La protagonista del video no se identifica con nombre y apellido, aunque dice ser parte de “la obra del padre Luigi Villa”, un sacerdote italiano que falleció en 2012 y que tuvo como misión “desenmascarar la masonería eclesiástica”.
En la revista fundada por Villa en 1971, Chiesa Viva, a la que la religiosa hace alusión en el video, hay artículos que cuestionan la masonería, que acusan de herejía a Benedicto XVI y de “infanticidio satánico” al papa Francisco. Además, la revista se opone al uso de mascarillas para prevenir el contagio de covid-19 argumentando que causan hipoxia o que su uso “provoca” cáncer, afirmaciones que ya han sido verificadas por AFP Factual.
Antes de culminar el video citando pasajes del libro del Apocalipsis, incluido en el Nuevo Testamento, la mujer invita a consultar el canal de YouTube de Chinda Brandolino, una médica argentina que ha hecho numerosas declaraciones públicas falsas sobre el nuevo coronavirus, también ya verificadas por la AFP.
A continuación, lo que sabemos de las principales afirmaciones del video viral.
1- Las vacunas para prevenir el covid-19 están supervisadas por la Fundación Gavi de Bill y Melinda Gates: Falso
Gavi, la Alianza Mundial para las Vacunas e Inmunización, es una organización con sede en Suiza y Estados Unidos que recibe financiamiento de la Fundación Bill & Melinda Gates para llevar adelante programas de vacunación en los países más pobres. De la iniciativa también participan la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF y el Banco Mundial, y su objetivo es “mejorar el acceso a vacunas nuevas y subutilizadas para millones de niños en situación de vulnerabilidad”.
A diferencia de lo que sugiere la persona en el video, esta institución no tiene incidencia en la fabricación de vacunas para prevenir el covid-19, pero sí en iniciativas de distribución, cuando una eventual vacuna haya sido aprobada.
La institución que sí tiene incidencia es CEPI, la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias, lanzada en 2017 con el objetivo de “acelerar el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas emergentes”. Al igual que Gavi, esta entidad cuenta con financiación de la Fundación Bill & Melinda Gates, pero también del Wellcome Trust, la Comisión Europea, y los gobiernos de Alemania, Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Etiopía, Japón, México, Noruega y Reino Unido, entre otros.
Al 15 de octubre, CEPI estaba apoyando el desarrollo de nueve vacunas en ensayo clínico y preclínico para prevenir el covid-19, no el de “todas las vacunas”, como se asegura en el video, y que, según el relevo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eran 198 al 19 de octubre.
2- Las vacunas para prevenir el covid-19 manipulan el ADN Humano: Falso
La mujer describe las vacunas en investigación para prevenir el covid-19 como “armas biológicas” capaces de “cambiar el ADN”, aunque no especifica a cuáles se refiere. Al 19 de octubre había 44 en fase clínica y 154 en fase preclínica.
La suposición de que las vacunas en carrera “modificarán” o “manipularán” el ADN humano no es nueva y la AFP ya ha verificado afirmaciones similares.
Hay dos tipos de vacunas novedosas en estudio para prevenir el covid-19: las basadas en ARN mensajero y las basadas en vectores de adenovirus. Ambas utilizan ingeniería genética para generar una respuesta inmunitaria en el organismo, a diferencia de las vacunas tradicionales, que emplean virus atenuados o inactivos, o toxinas inactivadas.
Las vacunas de ARN mensajero (ARNm) como la mRNA-1273, de Moderna/NIAID, y la BNT162, de BioNTech/Fosun Pharma/Pfizer, aprovechan el proceso que usan las células para producir proteínas, en el cual una molécula ARNm lleva información genética desde el ADN (que se encuentra en el núcleo de la célula) al citoplasma (la parte de la célula que se encuentra entre el núcleo y la membrana plasmática). Allí esa información es descifrada para producir proteínas determinadas según las características indicadas.
“Esa nueva proteína extraña será reconocida por el sistema inmunológico, que ‘montará’ lo que se llama una respuesta inmune de memoria”, dijo a AFP Factual la doctora María Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio de inmunología y desarrollo de vacunas de IMBECU-CCT-CONICET, Argentina. “Cuando hay un nuevo encuentro con el patógeno, esa respuesta inmune será capaz de reconocerlo y lo atacará más eficientemente”, explicó.
Sánchez descartó que las vacunas de ARNm intervinieran en los genes de una persona: “El proceso de traducción del código genético en una proteína se lleva a cabo en el citoplasma, no en el núcleo de la célula”, sostuvo. “El ARN mensajero no puede ‘meterse’ en nuestro ADN”.
Las vacunas basadas en vectores de adenovirus también han sido acusadas de “modificar” los genes de las personas.
Estas vacunas utilizan partículas del virus para transportar material genético a una célula, explicó a AFP Factual Federico Prada, director del Decanato de la Facultad de Ingeniería y Ciencias - UADE (Universidad Argentina de la Empresa). “Estas partículas han sido modificadas genéticamente para que no completen su ciclo vital”, detalló.
En el caso de la vacuna ChAdOx1 de AstraZeneca/Universidad de Oxford, se utiliza como vector un adenovirus de chimpancé, causante del resfrío común, inocuo para los humanos y modificado genéticamente para que no se pueda reproducir. Lleva además fragmentos del SARS-CoV-2 que contienen instrucciones para que el propio organismo produzca la proteína llamada “spike” (S), que se encuentra en la superficie del nuevo coronavirus.
La aparición de esa proteína “extraña” induce una respuesta de defensa, preparando el sistema inmunológico para atacar al nuevo coronavirus en caso de contagio.
Esta vacuna, si bien llega al núcleo de la célula muscular, no incide en el genoma, según explican especialistas.
“Las vacunas de vectores virales que están en fase 3 [en la última etapa de investigación en humanos, NDLR] en este momento incluyen la proteína S del nuevo coronavirus en la membrana de estos adenovirus, y de ninguna manera interfieren con el material genético de nuestras células”, dijo a AFP Factual Javier Farina, director del Comité de Infectología Crítica de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.
“Estos adenovectores no tienen capacidad integrativa, es decir, no se incorporan al genoma. Decir que lo manipulan es erróneo”, explicó a su vez Prada, de la UADE.
3. Judi Mikovits sufrió persecución y cárcel por denunciar que la vacuna contra el covid-19 ocasionará muertes masivas: Falso
Judy Mikovits es una investigadora médica y activista antivacunas estadounidense que protagonizó un “documental” discutido acerca del nuevo coronavirus llamado “Plandemia”, realizado por el exmodelo Mikki Willis Wiki, y difundido en redes sociales en abril pasado.
Mikovits sí fue encarcelada, pero en 2012, acusada de haber robado elementos del laboratorio donde había realizado un estudio en apariencia innovador sobre el síndrome de fatiga crónica. Pero la investigación fue fuertemente desacreditada cuando los hallazgos de Mikovits y su equipo no pudieron replicarse en nueve laboratorios. Esto ocasionó que la revista Science se retractara de la publicación del trabajo.
En “Plandemia”, Mikovits plantea numerosas desinformaciones sobre el nuevo coronavirus que ya fueron verificadas por AFP Factual. Entre ellas, afirma falsamente que las vacunas han matado a millones de personas y agrega que lo mismo podría ocurrir con una eventual vacuna para prevenir el covid-19. Pero no fue encarcelada por ello, como asegura la protagonista del video. De hecho, Mikovits participó en un evento online el 18 de septiembre pasado, varias semanas después de la publicación en Facebook del video viral.
¿Dónde se encuentra la mujer?
La AFP no ha podido dar con la ubicación de la mujer en el video viral. Sin embargo, una búsqueda por palabras clave permitió dar con otro video en el que aparece, subido a YouTube en julio de 2020, y que permite localizarla en Buenos Aires. Por las restricciones impuestas por el Gobierno argentino debido al covid-19, no era posible a esa fecha viajar entre provincias del país.
AFP Factual se comunicó con la persona que subió este segundo video a YouTube, quien dijo no contar con datos de la religiosa.
Mediante una comprobación con la herramienta Google Street View, el equipo de verificación de la AFP notó que los edificios que se reflejan en la pared detrás de la mujer se encuentran en la Avenida Carlos Pellegrini a la altura del número 400, frente a los cuales se ubica la mujer, junto a la fachada de un banco que ocupa la esquina de calle Cerrito y Avenida Corrientes. Se trata de una de las esquinas que circundan el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires, y que han sido punto de encuentro de las manifestaciones contra las medidas gubernamentales debido a la emergencia sanitaria.
Por las banderas argentinas que se ven en algunas porciones del video y por la fecha de publicación del mismo en YouTube, la mujer parece encontrarse en el “banderazo” del 9 de julio pasado. Allí lee un supuesto manifiesto de especialistas italianos, que denuncian a la Organización Mundial de la Salud, el uso de respiradores para tratar a los pacientes graves de covid-19, el uso de tests PCR por dar “resultados falsos”, y otras afirmaciones falsas o engañosas.
En conclusión, las afirmaciones que hace la mujer vestida de religiosa respecto de las vacunas en carrera para prevenir el covid-19 son falsas: no es cierto que todas están siendo “supervisadas” por Gavi ni por la Fundación Bill & Melinda Gates, y tampoco que las vacunas en carrera elaboradas a base de ingeniería genética “modifiquen” el genoma humano. Además, es falso que la investigadora estadounidense Judy Mikovits haya sido encarcelada por “denunciar” estas vacunas.
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