Imagen de víctimas de accidente aéreo en Brasil se usa para desinformar sobre las vacunas anticovid
- Publicado el 28 de agosto de 2024 a las 18:58
- 7 minutos de lectura
- Por Marion DAUTRY, AFP Belgrado
- Traducción y adaptación: Ezzio RAMOS , AFP Perú
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“Estos son los 8 investigadores del cáncer que murieron en el reciente ‘accidente’ aéreo de Brasil”, se lee en publicaciones compartidas en Instagram, Facebook (1, 2) y X.
“Estaban investigando los vínculos entre las inyecciones de ARNm y el cáncer de turbo y querían publicar su trabajo. ¡Estaban de camino a una rueda de prensa!”, añaden.
Las entradas respaldan su afirmación con una imagen en blanco y negro que muestra los retratos de ocho personas, con nombres y textos breves en portugués.
Afirmaciones similares se difundieron en francés, griego, neerlandés, alemán, serbio y croata.
Un avión comercial de la firma Voepass, con 62 personas a bordo, se estrelló cerca de Sao Paulo, en Brasil, el 9 de agosto de 2024.
El Consejo Regional de Medicina de Paraná (CRM-PR) confirmó ese mismo día que cuatro de los pasajeros eran médicos registrados en el estado. “La Dra. Arianne Albuquerque Risso, la Dra. Mariana Comiran Belim, el Dr. José Roberto Leonel Ferreira y la Dra. Sarah Sella Langer”, dice el comunicado.
También se ha publicado la lista completa de pasajeros y miembros de la tripulación fallecidos en el accidente.
Comunicado de Unioeste
Una búsqueda inversa en Google Lens arrojó la imagen original, publicada en Instagram por la Universidad Estatal del Oeste de Paraná (Unioeste) el 9 de agosto, que informó que ocho de las víctimas del siniestro eran docentes o egresados de la institución.
La universidad también publicó un comunicado en su página web, en el que agregó a una persona más a la lista, junto con una breve biografía de cada uno.
“Unioeste sufrió la pérdida inestimable de 9 personas, entre ellas 4 profesores, dos médicos y tres exalumnos”, dijo en otro comunicado, luego de un homenaje a los fallecidos.
Las nueve víctimas vinculadas a Unioeste fueron Edilson Hobold, Deonir Secco, Raquel Ribeiro Moreira, José Roberto Leonel Ferreira, Sarah Sella Langer, Mariana Comiran Belim, Ana Caroline Redivo, Hadassa Maria da Silva y Gracinda Marina Castelo da Silva.
Imagen viral muestra solo una oncóloga
La placa compartida por Unioeste no muestra a ocho “investigadores del cáncer”. Según la información difundida por la institución, registros de trabajos publicados y revisiones de cuentas en redes sociales, la mayoría se desempeñó en áreas y profesiones diversas. Solo la doctora Mariana Comiran Belim trabajó en oncología.
El profesor Deonir Secco era catedrático “del curso de Ingeniería Agrícola del Campus de Cascavel”. Los registros de sus trabajos publicados y de su carrera no muestran indicios de investigación sobre el cáncer o la medicina. Medios de comunicación locales informaron que estaba de licencia y se dirigía a Alemania.
Edilson Hobold era profesor de Educación Física con “amplia experiencia” en “entrenamiento deportivo y pedagogía del deporte”. Una búsqueda en Google de sus trabajos publicados dio solo resultados sobre deporte, no sobre cáncer.
José Roberto Leonel Ferreira era radiólogo en el Hospital Policlínica Cascavel y en su clínica privada. Tanto la página de Facebook como el sitio web de la clínica no mencionan que Ferreira trabajase en “investigación del cáncer”, vacunas ARNm ni “turbo cáncer”. Recientemente se había jubilado de profesor de Unioeste.
La profesora Raquel Ribeiro Moreira se graduó en Literatura por Unioeste y “actualmente era profesora acreditada”. Trabajaba temas como “análisis del discurso, adolescentes en situación de riesgo social, libros de texto, educación formal y profesional y producción de textos”. Una búsqueda en Google no mostró resultados que relacionen a la profesora con la investigación sobre el cáncer.
La Universidad Tecnológica Federal de Paraná (UTFPR) comunicó el 9 de agosto en su cuenta en Facebook que Raquel Ribeiro Moreira y la profesora de ingeniería química Gracinda Marina Castelo da Silva –egresada de Unioeste– murieron en el accidente junto con sus esposos.
Entre las víctimas también se encontraba la exalumna Hadassa Maria da Silva, egresada de Ciencias Contables en Unioeste, según esta universidad, y graduada del curso de Mecánica en la UTFPR, de acuerdo al comunicado de esa institución.
Sarah Sella Langer era médico pediatra y “participaba en proyectos de investigación sobre inmunoterapia sublingual en dermatitis atópica y genética de la dermatitis atópica en pacientes brasileños”, según Unioeste. La Asociación Brasileña de Alergia e Inmunología no mencionó que la doctora Langer trabajase en el tema de las vacunas ARNm o el “cáncer turbo” en sus condolencias publicadas en Facebook.
Ana Caroline Redivo “se graduó en 2014 de la carrera de Administración en el campus de Unioeste de Cascavel” y trabajaba como nutricionista cuando murió en el accidente aéreo. No hay indicios de que estuviese en el campo de la “investigación del cáncer” en sus redes sociales ni en el anuncio de su muerte en su perfil en Instagram.
En cambio, la doctora Mariana Comiran Belim sí fue residente de oncología clínica en el Hospital Oncológico Uopeccan y médica intensivista en la unidad de cuidados intensivos de adultos del Hospital Universitario del Oeste de Paraná (HUOP).
Belim es la única médica de la publicación viral que realmente laboraba en un campo relacionado con el cáncer. La AFP no encontró evidencias de trabajos suyos sobre vacunas de ARNm y los llamados “turbo cánceres”.
El “turbo cáncer” no existe, dicen los oncólogos
El Hospital Oncológico Uopeccan de Cascavel confirmó en sus cuentas en Instagram y Facebook que la doctora Belim se hallaba entre las víctimas junto con otra residente de oncología, no vinculada a la universidad Unioeste y no mencionada en las publicaciones virales: la doctora Arianne Albuquerque Estevan Risso.
Según un informe de Oncology News Central, ambas se dirigían a una conferencia sobre el cáncer en Curitiba organizada por AstraZeneca. El congreso fue cancelado tras la tragedia, según indicaron reportes de los medios de comunicación (1, 2, 3).
El Consejo Regional de Medicina de Paraná también dijo en su comunicado de prensa que Belim y Estevan se dirigían al congreso en Sao Paulo. No se especificó si los otros dos médicos, Sarah Sella Langer y José Roberto Leonel Ferreira, viajaban con ellas o iban a una conferencia.
Además, el llamado “turbo cáncer” no es un término médico. Apareció tras el inicio de las campañas de vacunación contra el covid-19, y fue promovido por activistas contrarios a la vacunación que afirmaban que las nuevas vacunas eran peligrosas.
“No recuerdo haber oído nunca el término 'turbo cáncer' hasta hace poco”, dijo a la AFP David Gorski, codirector de la Iniciativa de Oncología Mamaria de Michigan, en enero de 2023.
“No aparece en ningún artículo que haya podido encontrar en PubMed. Es un término inventado por los antivacunas”, añadió.
La AFP realizó una nueva búsqueda con el término “turbo cáncer” el 22 de agosto de 2024 en PubMed, un repositorio gratuito de referencias de ciencias biológicas y temas biomédicos (citas, resúmenes y publicaciones médicas preimpresas y revisadas por pares). No se encontró ningún resultado.
“No hay evidencia de que ninguna vacuna cause cáncer”, declaró a la AFP el 25 de marzo de 2024 la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), la entidad especializada en cáncer de la Organización Mundial de la Salud, vía correo electrónico.
En declaraciones a la AFP en 2022, Maya Gutiérrez, especialista en oncología médica en el Instituto Curie de Francia, coincidió en que cualquier implicación de un vínculo entre las vacunas covid-19 y el aumento de las tasas de cáncer no tenía “ninguna base racional”.
“En términos de tiempo, es demasiado corto, es imposible que una vacunación cause fenómenos como éste, hay dos incoherencias en este discurso, sobre el mecanismo y el tiempo”, dijo.
Malin Sund, presidenta del comité de investigación de la Fundación Sueca contra el Cáncer e investigadora del cáncer, explicó en un correo electrónico a la AFP el 8 de abril de 2024 que en la literatura no existe ninguna relación demostrada entre haber recibido una vacuna y el posterior desarrollo de un cáncer debido a ello.
Bruno Quesnel, director de investigación e innovación del Instituto Nacional del Cáncer de Francia (INCa), también declaró a la AFP en enero de 2023 que "no existe ningún mecanismo creíble que pueda explicar esto, no hay ninguna lógica biológica".
AFP Factual ha desacreditado anteriormente la afirmación de que las vacunas contra el covid-19 causan “turbo cánceres” (1, 2) o cualquier forma de cáncer (1, 2). También ha verificado otros casos de desinformación vinculados al accidente aéreo en Brasil (1, 2, 3).
Referencias
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