Las muertes durante la gripe española no tuvieron que ver con la vacunación, según expertos

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 2 de octubre de 2020 a las 17:28
  • 5 minutos de lectura
  • Por Jan RUSSEZKI, AFP Alemania
  • Traducción y adaptación: AFP España
Publicaciones compartidas por miles de usuarios desde el 25 de agosto pasado destacan que durante la pandemia de gripe española de 1918 “solo murieron los vacunados”. Los expertos niegan esta posibilidad: las vacunas existentes entonces, por sus características, no pudieron causar la pandemia, y las vacunas antigripales aparecieron dos décadas más tarde.

“La ‘gripe española’ de 1918: solo murieron los vacunados”, dice el meme, acompañado a veces de un mensaje más largo: “50 millones murieron por la gripe, pero no te contaron que fueron vacunados… Sabíais está información?, No os han dicho nada la tele? no me canso de decirlo, informarse bien y tener cuidado con las vacunas”.

Un mensaje similar, con diferente fotografía de fondo, ha circulado también en alemán.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook, realizada el 29 de septiembre de 2020

La llamada “gripe española”

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), unos 50 millones de personas murieron por la epidemia de gripe española, de la que unos 500 millones de personas se contagiaron en todo el mundo entre 1918 y 1919.

El nuevo patógeno empezó a diseminarse en campamentos militares de Estados Unidos en marzo y abril de 1918, cuando la Primera Guerra Mundial (1914-1918) aún estaba en curso. Este contexto explica la llegada del virus, a través de las tropas, a Europa. También explica que los países beligerantes, en un intento de mantener la moral de los soldados y de la población en general, restringieran la información sobre esta epidemia, como fue reportado, incluso evocando una censura. En cambio, España, que se declaró neutral al iniciarse el conflicto internacional, sí informó sobre la enfermedad desde mayo, cuando empezaron a registrarse casos en Madrid. Medios de otros países reportaban sobre la gripe limitándola a España, lo que le valió el sobrenombre de “gripe española”.

El virus llegó a expandirse por todo el mundo en tres olas. Durante la primera, dada por terminada en julio, los casos de enfermedad fueron “mucho más leves que los que se observarían durante las dos olas siguientes”, recuerdan los CDC.

La segunda ola se detectó también en un campamento militar estadounidense, Camp Devens, en las afueras de Boston, en septiembre de 1918 y se le atribuye la mayoría de las muertes de la pandemia. El tercer brote surgió a inicios de 1919 y “si bien fue grave, esta ola no fue tan mortal como la segunda”, de acuerdo con la misma fuente.

Tras el tercer brote, el virus perdió su letalidad y acabó evolucionando a una gripe estacional.

Los muertos de la gripe de 1918

Según los expertos consultados por la AFP, las 50 millones de muertes estimadas en la epidemia no pueden achacarse a una vacuna.

“La gran mayoría de las muertes [por la gripe de 1918] fueron de personas que nunca recibieron una vacuna. En India, por ejemplo, donde al menos fallecieron 10 millones, cifra que quizá se acerque a 30 millones, no había ningún tipo de vacunación”, señaló a AFP Factual el historiador estadounidense John M. Barry, autor del libro “La gran gripe”, sobre la pandemia de 1918.

Según Barry, el número de muertos es estimado, ya que podrían llegar a ser 100 millones de personas las que sucumbieron al virus en los 15 meses que duró la pandemia, como recuerda en este artículo de 2017. En el mismo texto, señala que la mayoría de los infectados por el virus sobrevivió y la mortalidad fue superior en los países menos desarrollados.

Los países menos desarrollados son actualmente el objetivo de campañas de vacunación y organismos internacionales, como Naciones Unidas, han expresado su preocupación por el acceso mundial a las vacunas. La desigualdad entre países ricos y pobres en este aspecto ha vuelto a destacar con la pandemia del nuevo coronavirus.

La vacuna antigripal llegó 20 años después

El médico vasco Luis Ignacio Martínez Alcorta, del Servicio Medicina Preventiva en Osakidetza y en la Asociación Española de Vacunología, criticó la publicación viral, afirmando que la imagen es “capciosa y falsa”. “La etiología vírica de la gripe se desconocía en 1918 (...) hasta la década de 1930 no se descubriría que la etiología de la gripe era viral”, dijo a la AFP. “Hasta 1936 no se generaría la primera vacuna antigripal”, destacó, y añadió que el empleo de la antigripal “a gran escala no se produciría hasta 1944”.

El doctor alemán Volker Hess, director del Instituto para la Historia de la Medicina y Ética en Médica en el hospital de la Charité de Berlín, subrayó: “Como estamos viendo actualmente, el desarrollo de una vacuna lleva un tiempo” y cuando estalló la epidemia de gripe española “ni siquiera sabíamos exactamente qué era esta nueva enfermedad”.

El historiador médico Harald Salfellner, especializado en la gripe y autor del libro "The Spanish Flu: A History of the 1918 Pandemic”, destacó a la AFP que en muchos países “no tuvieron lugar vacunaciones masivas en absoluto”, ni siquiera cuando la vacuna antigripal se aprobó, en 1945.

Las vacunas que ya existían tampoco pudieron provocar esas muertes

Algunas publicaciones virales adjuntan dos enlaces en inglés que apuntan a la meningitis o a su vacuna como causa de las muertes por la gripe de 1918. El doctor de Salud Pública y epidemiólogo René F. Najera respondió a AFP Factual, desde el Colegio de Médicos de Filadelfia, en Estados Unidos: “Solo una enfermedad viral podría expandir y tener los síntomas descritos durante aquella pandemia, dejando fuera a un agente bacteriano”.

En aquella época, “aunque había vacunas contra virus -como viruela o rabia-, esas vacunas se basaban o bien en un virus con respuesta inmunológica similar (viruela del ganado en lugar de viruela humana) o bien en un virus que ya estaba inactivo/atenuado (rabia), ninguno de los cuales pudo haber causado una pandemia”, concluyó Najera.

Además, la tecnología médica de la época era limitada, así que no existían pruebas diagnósticas que pudieran confirmar la existencia de una infección como la de la gripe. Como señalan los CDC, no se conocía la existencia de los virus de la gripe. Muchos de los expertos sanitarios de la época creyeron que la pandemia estuvo provocada por una bacteria, “bacilo de Pfeiffer”, actualmente conocida como “Haemophilus influenzae”.

Las vacunas de la gripe, subrayan los CDC, tampoco existían en aquel entonces, ni siquiera habían sido desarrollados los medicamentos antibióticos como la penicilina, que no fue descubierta hasta 1928.

Por lo tanto, según los expertos consultados, las muertes atribuidas a la gripe española de 1918, estimadas en unos 50 millones de personas en todo el mundo, no se vinculan a la vacunación: ni la antigripal, puesto que ésta no existía, ni otro tipo de vacunas, porque las que existían entonces no pudieron causar la pandemia, que tampoco fue provocada por un agente bacteriano.

Durante la pandemia del nuevo coronavirus, las vacunas han sido blanco de desconfianza y de desinformación. Algunas afirmaciones ya fueron verificadas por AFP factual, como que violan el Código de Núremberg o que las basadas en ARN mensajero pueden manipular el material genético de quien las recibe.

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