Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 28 de octubre de 2020

Utilizar mascarillas no produce acidosis en la sangre

Una enfermera estadounidense alerta contra el uso de mascarillas en un video compartido más de 2.800 veces en redes sociales desde mayo pasado. En él asegura que estas desequilibran el pH sanguíneo al hacer que el usuario “respire continuamente su propio CO2” y que, además, no previenen contra los virus ya que estos “son pequeñísimos”. Sus afirmaciones, sin embargo, son falaces según expertos y documentos científicos consultados.

“Cuando sales y llevas puesto esto todo el tiempo le estás haciendo daño a tu cuerpo”, dice una mujer mostrando a la cámara un tapabocas de tela en un video que circula en Facebook (1, 2). “Estás creando un estado acidótico en tu sangre; estás creando un desequilibrio de pH en tu sangre. No solamente estás respirando tu flora bacteriana porque no estás tomando aire fresco; estás dañando tu cuerpo al respirar tu propio CO2 durante tan largo tiempo”.

A continuación, asegura que un tapabocas no puede frenar el contagio de un virus debido a que estos “son pequeñísimos”.

El video también circuló en publicaciones en inglés (1, 2) y holandés.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 28 de octubre de 2020

La mujer se presenta a sí misma como la enfermera Danika Bueno y dice trabajar en una unidad cardíaca.

La AFP confirmó a través de la base de datos del Consejo Nacional de Juntas Estatales de Enfermería de Estados Unidos que una persona llamada Danika Bueno es enfermera titulada en Grants Pass, Oregon. La información muestra que Bueno estaba previamente registrada como enfermera en Colorado y Hawái pero que ambas licencias han expirado.

¿Desequilibrio del pH sanguíneo?

Según la enfermera, las mascarillas hacen que respiremos continuamente nuestro propio dióxido de carbono, lo que ocasiona un desequilibrio en el pH de la sangre. “Es crucial para la salud tener el pH equilibrado en todo momento”, señala.

El médico hematólogo argentino Daniel Sutovsky explicó a AFP Factual que el pH es un valor que va de 0 a 14 y se utiliza para medir la alcalinidad o acidez de una determinada sustancia. “El pH fisiológico de nuestra sangre está en 7,4; es ligeramente alcalino”, explicó. “Los cambios en las concentraciones de los gases que uno respira pueden llevar efectivamente a la alcalosis o a la acidosis. La acidosis ocurre cuando el pH cae por debajo de 7,38, y la alcalosis cuando trepa por encima de 7,42”.

“Cuando el cuerpo no está al pH adecuado las funciones que tienen que cumplir la mayoría de las moléculas empiezan a alterarse”, agregó.

Sin embargo, el especialista descartó que utilizar una mascarilla como la que muestra la mujer en el video pueda desencadenar una acidosis o una insuficiencia respiratoria por inhalación de dióxido de carbono. “El CO2 difunde a través de la tela”, señaló Sutovsky.

Shane Shapera, director del Programa de Enfermedad Pulmonar Intersticial del Hospital General de Toronto y profesor asociado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto concuerda: “Una mascarilla quirúrgica no es un sistema cerrado. Casi todo el aire que expulsas se escapa y, por lo tanto, no inhalas tu propio CO2. No hay evidencia de que el uso de una mascarilla durante períodos prolongados de tiempo provoque una elevación de los niveles de CO2 [también conocida como hipercapnia] o acidosis”, dijo a la AFP.

En el sitio de la Clínica de Neumonología Joaquín Lamela, de España, el doctor Joaquín Lamela López aborda esta desinformación: “Si no entrara y saliera aire con normalidad a través de la mascarilla, como sucede cuando se respira a través de una bolsa de plástico o papel cerrada a nivel de la garganta, entonces podría dejar de eliminarse el anhídrido carbónico que sale del organismo con la espiración y elevarse en sangre dando lugar a acidosis respiratoria, pero no sucede eso”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su sección destinada a instruir en el uso de mascarillas, explica en qué casos se deben utilizar y cómo colocarlas y quitarlas. Sin embargo, no advierte sobre el supuesto peligro de inhalación de dióxido de carbono a través de ellas.

AFP Factual ya ha verificado como falso que las mascarillas provocan hipercapnia o hipoxia, que es la disminución de la presión de oxígeno en la sangre arterial.

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Visitantes con mascarillas toman fotografías frente a la pintura de Leonardo Da Vinci "Mona Lisa" en el Museo del Louvre, París, el 14 de octubre de 2020

Respirar las propias bacterias

La enfermera asegura que además de inhalar CO2, el uso de mascarillas hace que respiremos nuestra propia “flora bacteriana”.

Expertos consultados por la AFP coincidieron en que la aparición de hongos o bacterias es evitable respetando la higiene y duración de las mascarillas. 

El doctor Daniel Pahua, académico de Salud Pública de la Universidad Autónoma de México (UNAM), señaló: “En condiciones normales los humanos tenemos bacterias normales en la boca y la cavidad nasal, y cuando hablamos, expulsamos gotitas de saliva. Ahí puede haber hongos o bacterias que se van a alojar en el cubrebocas”. 

Sin embargo, “la mayoría de esos agentes no producen una enfermedad, porque son bacterias que ya tenemos en nuestra boca”. 

La OMS recomienda lavar las mascarillas de tela “con jabón o detergente y preferiblemente con agua caliente (al menos 60 grados) como mínimo una vez al día” y desechar las médicas o quirúrgicas después de usarlas.

¿Los virus atraviesan los cubrebocas porque son “muy pequeños”?

La enfermera argumenta que las mascarillas de tela son “altamente inútiles” contra los virus ya que estos “son muy pequeños” y pueden atravesarlas.

También sugiere que los respiradores o mascarillas N95, reservados para uso médico durante la pandemia, están diseñados para evitar el paso de bacterias, no de virus.

Pero estas afirmaciones son falsas.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos explican que utilizar mascarillas ayuda a desacelerar la propagación del covid-19, y que brindan protección al usuario contra “gotas grandes, salpicaduras o aerosoles” de una persona infectada. Protegen asimismo al paciente “de las emisiones respiratorias del usuario”.

“El tamaño de la partícula viral es irrelevante. Lo que cuenta es el tamaño de las gotitas que contienen el virus”, dijo a la AFP el profesor de inmunología microbiana Julian Leibowitz de la Facultad de Medicina de la Universidad de Texas A&M.

Jean-Michel Courty, profesor de física en la Sorbona e investigador del laboratorio Kastler Brossel concuerda: “Si bien el virus es de hecho más pequeño que los poros de la máscara, el virus viaja en gotas de agua más grandes, expulsadas al estornudar o hablar”.

"El virus se transmite de manera abrumadora por gotas de 5 a 15 micrones de diámetro", explicó a su vez Patrick Remington, exepidemiólogo de los CDC y director del Programa de Residencia en medicina preventiva en la Universidad de Wisconsin-Madison.

“Las máscaras que se ajustan bien reducen significativamente la cantidad de gotas que expulsa una persona”, agregó.

Estas gotas son relativamente "pesadas" y caen rápidamente al suelo, explica la OMS. E incluso las gotitas más ligeras que quedan suspendidas en el aire, los aerosoles, que miden menos de 5 micrones y provienen de la evaporación de las gotitas o de la simple respiración de los portadores del virus, pueden ser efectivamente interceptados por una mascarilla, señaló Jean-Michel Courty.

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Los respiradores o mascarillas N95, por su parte, conforman el equipo de protección recomendado para trabajadores sanitarios y, a diferencia de lo que asegura la mujer en el video viral, protegen no solo contra bacterias, sino también contra virus.

“Estos respiradores filtran al menos el 95% de las partículas muy pequeñas (0,3 micrones). Los respiradores N95 con pieza facial filtrante son capaces de filtrar todos los tipos de partículas, incluidos los virus y las bacterias”, se lee en el sitio de los CDC.

La Organización Mundial de la Salud consignó que “es prudente alentar el uso de mascarillas de tela en lugares públicos en los que haya transmisión comunitaria y en donde no sea posible adoptar otras medidas de prevención, por ejemplo, el distanciamiento físico”. Además recomienda utilizarlas junto con otras medidas de higiene, como el lavado frecuente de manos, el distanciamiento físico siempre que sea posible, “los buenos hábitos al toser y estornudar, y la limpieza y la desinfección del entorno”.

En resumen, es falso que las mascarillas disminuyan el pH de la sangre por inhalación de dióxido de carbono. Tampoco es cierto que resulten “inútiles” debido a que los virus “son muy pequeños” y pueden traspasarlas; estos se distribuyen en gotículas o aerosoles y la utilización de mascarillas puede disminuir la probabilidad de contagio, en especial cuando se usa de forma masiva.

* Esta verificación fue realizada en base a la información científica y oficial sobre el nuevo coronavirus disponible a la fecha de esta publicación.

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