El director médico de Moderna no admitió que la vacuna de ARN mensajero modifique el ADN

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 29 de marzo de 2021 a las 17:47
  • 6 minutos de lectura
  • Por AFP España
Publicaciones compartidas más de 500 veces en redes sociales aseguran que el director médico del laboratorio estadounidense Moderna, responsable de una de las vacunas contra el covid-19, dijo que “la vacuna experimental de ARN modifica el ADN”. Esa afirmación, difundida desde el 16 de marzo, también en artículos en internet, la habría pronunciado en una charla TED en 2017. Pero Tal Zaks no hizo tal declaración. Además, expertos consultados por AFP Factual coinciden en que los inmunizantes basados en esa innovadora tecnología no modifican el ADN.

“BOMBAZO: El director médico de Moderna admite que la vacuna experimental de ARNm modifica el ADN”, dice una captura de pantalla compartida cientos de veces en Facebook (1, 2, 3) y en Twitter (1, 2, 3). El titular corresponde a un artículo en español, que sirvió de fuente para otros, y reproduce una información difundida días antes en inglés.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 29 de marzo de 2021

Origen de la desinformación

Las publicaciones enlazan un artículo de un blog llamado Nos Mintieron.tv firmado por “Dani Zamna Investiga”. Las citas del director médico de la compañía Moderna están extraídas, como indica el propio texto, de una conferencia TEDx Beacon Street que hizo Zaks el 8 de diciembre de 2017. 

La charla se encuentra disponible íntegramente en el canal de YouTube TEDx Talks con el título en inglés “Reescribiendo el código genético: La cura del cáncer en proceso”. En la descripción de la secuencia se especifica: “La guerra contra el cáncer lleva más de un siglo, y Tal Zaks puede tener el mayor avance hasta ahora. Su idea, de ir directamente a la fuente del problema y editar el código genético que hace que el cuerpo produzca células cancerosas, podría salvar millones de vidas sin una sola cirugía o régimen de quimioterapia”.

Durante su discurso de 2017, dos años antes de la identificación del SARS-CoV-2 que provoca el covid-19, Zaks habló sobre la “revolución científica digital”:

“Hemos estado viviendo esta fenomenal revolución científica digital, y hoy estoy aquí para decirles que en realidad estamos pirateando el software de la vida y que está cambiando nuestra forma de pensar sobre la prevención y el tratamiento de enfermedades”.

A continuación, pasó a explicar el funcionamiento de las vacunas de ARN mensajero (ARNm) para tratar enfermedades como la gripe, el cáncer o la acidemia metilmalónica

"Nuestro cuerpo está hecho de órganos, nuestros órganos están hechos de células y en cada célula hay algo llamado ARN mensajero o ARNm, para abreviar, que transmite la información más importante del ADN de nuestros genes a la proteína, que es realmente la materia de la que todos estamos hechos. Esta es la información que determina lo que realmente hará una célula. Entonces, pensemos en él como un sistema operativo. Este no está solo en cada célula de nuestro cuerpo, en realidad, está en cada célula de cada organismo con vida. De este modo, si realmente pudieras cambiar eso, lo que llamamos el software de la vida, si pudieras introducir una línea de código o cambiar una línea de código, resulta que tiene profundas implicaciones para todo, desde la gripe hasta el cáncer".

No obstante, cuando aludió a la modificación de “la línea de código” estaba hablando del ARN mensajero, no del ADN. 

Zaks detalló también en qué se diferencian estas nuevas vacunas de las ya existentes, explicando que, mientras en los inmunizantes tradicionales se inyectan proteínas “y eso enseña a nuestro sistema inmune a reconocer el virus, de forma que cuando nos infectamos, no enfermamos”, la tecnología de ARNm da “las instrucciones sobre cómo  hacer la proteína”. Y contó que a principios de ese año habían publicado el primer estudio realizado en personas.

El ADN (ácido desoxirribonucleico) y el ARN (ácido ribonucleico) son “los ácidos nucleicos que conforman la base de nuestro genoma”, explica la Universidad Internacional de Valencia. Mientras que el ADN contiene toda la información genética hereditaria que sirve de “manual de instrucción” para desarrollarse, vivir y reproducirse, el ARN posibilita la síntesis de proteínas y permite que la información genética sea comprendida por las células. 

El equipo de verificación de la AFP no encontró ningún registro de declaraciones de Tal Zaks asegurando que el ARNm modifique el ADN humano. De hecho, Zaks negó dicha aseveración en una conferencia sobre salud del Partido Popular Europeo del pasado 13 de enero, en la que retomó el paralelismo entre los sistemas informáticos y la biología humana. 

“Podemos pensar en el ARNm mensajero como en el software. El software no cambia el hardware. El ARNm no llega al núcleo [de la célula], así que no hace nada ahí”, explicó. “El ARNm es solo una plantilla de información temporal que dura entre unas horas y un día y da instrucciones para la proteína. Esa proteína dura uno o dos días, el tercer día ya habrá desaparecido. Lo que conseguimos con la vacuna ahora es un efecto de memoria a largo plazo (...) pero no tiene nada que ver con el hardware de nuestros genes ni con nuestra composición genética”.

Las vacunas de ARN mensajero

Las vacunas de ARN mensajero, como la de Moderna, son novedosas, ya que utilizan ingeniería genética para provocar una respuesta inmunitaria en el organismo, a diferencia de las vacunas tradicionales, que inyectan virus atenuados o inactivos. En su página web la empresa estadounidense de biotecnología explica cómo estos inmunizantes aprovechan el “papel fundamental que juega el ARNm en la síntesis de proteínas” para “crear secuencias de ARNm” que las células reconocen como si fueran producidas en el cuerpo y combatir o prevenir una enfermedad determinada. 

Con esta tecnología, las vacunas aprovechan el proceso que siguen las células para producir proteínas: una molécula de ARNm traslada la información genética desde el ADN, en el núcleo de la célula, hasta el citoplasma, que se encuentra entre el núcleo y la membrana plasmática. Allí, la información es descifrada para producir proteínas determinadas según las características indicadas. 

En el caso de las vacunas contra el coronavirus, se inyecta en el organismo un fragmento de ARNm con instrucciones para producir una proteína de SARS-CoV-2, el virus causante del covid-19. Esto provoca una respuesta inmune que el organismo memoriza. 

Las vacunas contra el covid de Moderna y de Pfizer/BioNtech son las primeras basadas en esta tecnología en ser aprobadas en el mercado, pero la investigación de esta forma de inmunización comenzó mucho antes de la aparición del SARS-CoV-2, en proyectos pensados para otras dolencias, como los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Las vacunas de ARNm no modifican los genes

La idea de que las vacunas contra el coronavirus basadas en el ARN mensajero modifican el ADN se ha difundido en numerosas publicaciones en redes, muchas de ellas ya verificadas por AFP Factual (1, 2). Pero todos los expertos consultados coincidieron en que tal afirmación es falaz. 

La doctora María Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio de inmunología y desarrollo de vacunas de IMBECU-CCT-CONICET en Argentina, descartó que las vacunas de ARNm intervengan en los genes de una persona: “El proceso se lleva a cabo en el citoplasma, no en el núcleo de la célula”, explicó a AFP Factual. “El ARN mensajero no puede ‘meterse’ en nuestro ADN”.

“El ARNm simplemente se traduce en una proteína, se degrada rápidamente y no se puede convertir en ADN”, explicó Kenneth Witwer, profesor de patología y neurología molecular y comparativa en la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins a la AFP.

Por su parte, la médica infectóloga de la Universidad de Chile Jeannette Danbach Peña aseguró a la AFP que es “absolutamente falso” que estas vacunas modifiquen nuestros genes: “No manipulan el ADN humano; no podrían hacerlo. Solo están diseñadas para que expresen determinadas proteínas y nuestro organismo logre identificarlas y producir las defensas necesarias. Por lo demás, esto es lo que naturalmente hace un virus, y no manipula nuestros genes: expresa proteínas”.

En la misma línea, el doctor Alberto García-Basteiro, epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (IS Global), explicó a la AFP: “No se ha demostrado que las vacunas COVID19 comercializadas modifiquen el genoma humano, ni soy consciente de que haya evidencia de esto con otras vacunas que utilizan tecnologías parecidas”.

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