No hay relación probada entre vacunas anticovid y “403.469 reacciones adversas” en Reino Unido
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- Publicado el 7 de abril de 2021 a las 22:07
- 5 minutos de lectura
- Por AFP Argentina, Nadia NASANOVSKY
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El artículo del portal Ciencia y Salud Natural, conocido por publicar desinformación, fue compartido decenas de veces en Facebook (1, 2) y Twitter (1, 2), según se pudo comprobar con la herramienta CrowdTangle. Otros sitios replicaron la información.
“LO QUE LOS MEDIOS DE MANIPULACIÓN NO NOS CUENTAN: 403.469 reacciones adversas por la inyección C0 V ¡D en el Reino Unido, 1 de cada 166 personas inyectadas, sólo se reportan el 1% de los efectos adversos”, se lee en algunas publicaciones.
La nota cita informes sobre efectos adversos de ambas vacunas, que el gobierno del Reino Unido publica semanalmente a partir de los denominados “informes de tarjeta amarilla”, “un mecanismo por el que cualquier persona puede notificar voluntariamente cualquier sospecha de reacción adversa o efecto secundario a la vacuna”, detalla la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios de ese país (MHRA).
El artículo cita estos reportes al 14 de marzo pasado y detalla, con capturas de pantalla de los informes, los principales efectos relevados para la vacuna de Oxford/Astrazeneca y para la de Pfizer/BioNTech a esa fecha.
Las “403.469 reacciones adversas” mencionadas en el texto surge de la suma de cifras de totales de estos reportes, agrupadas como “reacciones totales a la droga”, al final de una larga tabla que las distingue en más de una veintena de categorías. La de Oxford/Astrazeneca suma 294.820 reacciones y el de Pfizer/BioNTech, 108.649.
¿Efectos adversos probados?
Sin embargo, como aclara la MHRA, “es muy importante tener en cuenta que un informe de tarjeta amarilla no significa necesariamente que la vacuna haya causado esa reacción o evento”.
Una portavoz de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios explicó a AFP Factual que “las tarjetas amarillas no son efectos secundarios probados, sino sospechas de un posible efecto secundario por parte de los informantes”, que pueden ser profesionales de la salud o el público en general.
En el sitio web del gobierno se explica: “Muchas sospechas de reacciones adversas notificadas en una tarjeta amarilla no tienen ninguna relación con la vacuna o el medicamento, y a menudo es una coincidencia que ambos se hayan producido al mismo tiempo. Los informes se revisan continuamente para detectar posibles nuevos efectos secundarios que puedan requerir una acción reguladora, y para diferenciarlos de los que habrían ocurrido independientemente de la vacuna o el medicamento administrado, por ejemplo, debido a una enfermedad subyacente o no diagnosticada”.
Esos reportes iniciales sobre presuntas reacciones adversas “son evaluados, junto con otras fuentes de pruebas, por un equipo de expertos en seguridad para identificar cualquier nuevo problema de seguridad o efecto secundario”, se detalla en el análisis oficial de las tarjetas amarillas recibidas entre el 9 de diciembre de 2020 y el 14 de marzo pasado, mencionado en el artículo viralizado.
La portavoz detalló en un correo electrónico a AFP Factual que la MHRA “utiliza una serie de fuentes de datos adicionales, como los registros sanitarios electrónicos que vinculan los registros de vacunación con los acontecimientos médicos, para hacer un seguimiento de las sospechas de reacciones adversas y de la seguridad de las vacunas”. Destacó además que “todos los informes se revisan continuamente para identificar posibles nuevos riesgos”.
Según se explica en el análisis oficial, esto se complementa con el análisis de la experiencia internacional basada en los datos de otros países que utilizan las mismas vacunas.
A la fecha de publicación de esta verificación, dos vacunas anticovid, la de Pfizer/BioNTech y la de la Universidad de Oxford/AstraZeneca, eran aplicadas en el Reino Unido desde el 8 de diciembre de 2020.
Según el más reciente análisis de los datos extraídos de los reportes de tarjetas amarillas, publicado el 1 de abril con reportes hasta el 21 de marzo, se habían administrado 10,8 millones de primeras dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech, 15,8 millones de la de Oxford/Astrazeneca y alrededor de 2,2 millones de segundas dosis, “en su mayoría de la vacuna de Pfizer/BioNTech”.
A esa fecha, se habían notificado 40.883 tarjetas amarillas para la primera vacuna y 99.817 para la segunda, es decir, entre 3 y 6 reportes de tarjetas amarillas por cada 1.000 dosis dadas.
“Para ambas vacunas, el examen detallado de todos los informes ha revelado que la inmensa mayoría se refiere a reacciones en el lugar de la inyección (dolor en el brazo, por ejemplo) y síntomas generalizados como enfermedad, dolor de cabeza, escalofríos, fatiga (cansancio), náuseas (sensación de malestar), fiebre, mareos, debilidad dolor muscular y taquicardia”, detalla el análisis. “Por lo general, estos síntomas se producen poco después de la vacunación y no se asocian a una enfermedad más grave o duradera”, añade.
Fallecimientos
Dentro de los efectos adversos que detalla, como infartos de miocardio, paros cardíacos y accidentes cerebrovasculares, entre otros, el artículo de Ciencia y Salud Natural también distingue los que derivaron en fallecimiento.
Con respecto al total de fallecimientos reportados por el sistema de tarjetas amarillas, el análisis oficial al 14 de marzo informa que la MHRA recibió 259 informes de sospechas de reacciones adversas a la vacuna de Pfizer/BioNTech en los que el paciente murió poco después de ser inoculado y 326 para la vacuna de Oxford/Astrazeneca.
Sin embargo, aclara que “la mayoría de estas notificaciones se produjeron en ancianos o personas con enfermedades subyacentes” y concluye que “la revisión de los informes individuales y los patrones de notificación no sugiere que la vacuna haya desempeñado un papel en la muerte”.
Las autoridades agregan que “no se ha identificado ningún otro problema de seguridad a partir de los informes recibidos hasta la fecha” y que los casos de otras enfermedades notificadas “en asociación temporal con la vacunación”, las pruebas recabadas “no sugieren actualmente que la vacuna haya causado el evento”.
Por último, señalan que “el número y la naturaleza” de las notificaciones de sospechas de efectos adversos, mediante las tarjetas amarillas, “no son inusuales en comparación con otros tipos de vacunas de uso rutinario”.
“Lamentablemente, más de 125.000 personas en el Reino Unido han perdido la vida a causa de lo que es, ahora, una enfermedad prevenible por vacunación. Sabemos que estas vacunas son eficaces y que evitarán muchas muertes y complicaciones del covid-19”, aseguró a AFP Factual la portavoz del MHRA en el correo enviado el 29 de marzo.
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