Las vacunas de ARNm no transforman a las personas, como dice una genetista francesa

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 14 de mayo de 2021 a las 18:36
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  • Por AFP España, AFP Francia
Publicaciones con declaraciones sobre las vacunas contra el nuevo coronavirus de la exdirectora de investigación del Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica de Francia y genetista Alexandra Henrion-Caude, se han compartido más de 1.000 veces desde el pasado 17 de abril. Sin embargo, sus afirmaciones son falsas, según los expertos consultados por la AFP. 

"No es una baa.ku.na ni una terapia génica. Es una inyección de código genético en personas sanas que quieren reprogramar” y "el ensayo de P.f¡zer terminará en 2022... Para entonces, cualquiera que se baa.ku.ne será un sujeto de protocolo biomédico... Una cobaya", son algunas de las supuestas declaraciones de la doctora Alexandra Henrion-Caude que se leen en publicaciones compartidas centenares de veces en Facebook (1, 2, 3).

Alexandra Henrion-Caude es, como indican las publicaciones, exdirectora de investigación en el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica (Inserm) de Francia. La institución, no obstante, de la que Henrion-Caude ya no es parte desde 2018, tomó distancia respecto a la científica, quien en los últimos meses difundió algunas teorías falaces relacionadas con el covid-19, en concreto sobre las pruebas PCR o los protocolos de investigación sobre las vacunas, ya analizadas por el equipo de verificación en francés de la AFP.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 7 de mayo de 2021

Las entradas no indican en qué fecha habría realizado esas aseveraciones Henrion-Caude, ni enlazan ningún artículo con su origen. A pesar de ello, el equipo de verificación de la AFP ha encontrado que parte de las citas surgen de una entrevista del 2 de marzo de 2021. En ella, la genetista hace referencia al laboratorio Moderna y a la inserción de “código genético” a través de las vacunas contra el covid-19.

Declaraciones del director de Moderna

“¿Sabe cómo habla Moderna de ella [de la vacuna]?”, planteó la doctora francesa en el minuto 22:38 de la conversación. “Dicen que es el 'software of life'. (...) ¿Sabe qué quiere decir software (...)? Quiere decir que efectivamente te transforman, no te van a meter un software para no crear funciones. Así que si crean funciones están aumentando a la persona. Si la aumentas, cambias al humano para hacer que sea algo diferente”, aseguró la genetista.

El director médico de Moderna, Tal Zaks, se ha referido en algunas ocasiones a las vacunas basadas en ARN mensajero (ARNm) como un “pirateo del software de la vida”. Pero eso no quiere decir, como sugiere Henrion-Caude, que los inmunizantes basados en esa tecnología modifiquen la esencia del ser humano. Como ya comprobó AFP Factual, una de las ocasiones en que Zaks pronunció esas palabras fue en una una conferencia TEDx Beacon Street, el 8 de diciembre de 2017. 

La charla se encuentra disponible íntegramente en el canal de YouTube TEDx Talks con el título original en inglés que se traduce como “Reescribiendo el código genético: La cura del cáncer en proceso”

Durante ese discurso, Zaks habló sobre la “revolución científica digital”:

“Hemos estado viviendo esta fenomenal revolución científica digital, y hoy estoy aquí para decirles que en realidad estamos pirateando el software de la vida y que está cambiando nuestra forma de pensar sobre la prevención y el tratamiento de enfermedades”

Zaks articuló un paralelismo entre los sistemas informáticos y la biología humana. Sin embargo, al aludir al “pirateo” o “hackeo”, se refería a la modificación del ARN mensajero, y no del ADN. La principal diferencia es que mientras que el ADN contiene toda la información genética hereditaria que sirve de “manual de instrucción” para desarrollarse, vivir y reproducirse, el ARN posibilita la síntesis de proteínas y permite que la información genética sea comprendida por las células, explica la Universidad Internacional de Valencia.

De hecho, Zaks negó esa malinterpretación de la relación entre el “ADN” y el “ARNm” en una conferencia sobre salud del Partido Popular Europeo del pasado 13 de enero, en la que retomó el paralelismo: 

“Podemos pensar en el ARNm mensajero como en el software. El software no cambia el hardware. El ARNm no llega al núcleo [de la célula], así que no hace nada ahí”, explicó. “El ARNm es solo una plantilla de información temporal que dura entre unas horas y un día y da instrucciones para la proteína. Esa proteína dura uno o dos días, el tercer día ya habrá desaparecido. Lo que conseguimos con la vacuna ahora es un efecto de memoria a largo plazo (...) pero no tiene nada que ver con el hardware de nuestros genes ni con nuestra composición genética”.

Las vacunas de ARN mensajero, como Moderna y Pfizer/BioNTech utilizan ingeniería genética para provocar una respuesta inmunitaria en el organismo, a diferencia de las vacunas tradicionales, que contienen virus atenuados o inactivos. 

Con las vacunas de ARN mensajero, se inyecta en el organismo un fragmento de ARNm con instrucciones para producir una proteína de SARS-CoV-2, el virus causante del covid-19, hecho que provoca una respuesta inmunológica que el organismo memoriza. 

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A pesar de que sean las primeras vacunas con esta tecnología en ser aprobadas en el mercado, la investigación de esta forma de inmunización comenzó años antes de la aparición del SARS-CoV-2, en proyectos pensados para otras dolencias, como los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.

Vacunas de ARNm y terapia génica

También en esa entrevista de marzo de 2021 Alexandra Henrion-Caude pronuncia otra de las citas reproducidas en las publicaciones virales, la referente a la “inyección de código genético”. Hablando sobre el funcionamiento de las vacunas basadas en ARNm, la genetista argumenta que estos inmunizantes no pueden llamarse vacunas, debido a sus diferencias con los formatos tradicionales, basados en virus atenuados o inactivados. 

Al principio dije 'es como una terapia génica', porque efectivamente funciona igual”, explica a partir del minuto 22:04. “Pero el problema de las terapias génicas es que estas tratan a las personas enfermas, mientras que aquí [el vacunado] está completamente sano, deciden vacunarlo y está sano, no está enfermo. Por eso tampoco es un tratamiento génico ni una terapia génica”, argumenta. “Después hablé de vacuna génica, pensando que era algo más exacto, pero me di cuenta que aún estaba la palabra 'vacuna', que no cuadra. Y después me di cuenta que no, que es una inyección de código genético”.

Sin embargo, según expertos consultados por AFP Factual, las vacunas de ARNm no funcionan como las terapias génicas y tampoco sirven para “reprogramar” a quien las recibe, como señalan las publicaciones.

Thalia García Téllez, especialista e investigadora en enfermedades infecciosas y vacunología del Hospital Cochin, París, explicó a AFP Factual que una terapia génica “es un procedimiento en el que se identifica un gen defectuoso como causa de una enfermedad y se modifica directamente el ADN celular” para tratarla.  

García Téllez descartó que las vacunas cumplieran esa función, resaltando que la terapia génica es un proceso “tecnológicamente complejo y definitivamente una estrategia de aplicación masiva como las vacunas es imposible de usarse para tal fin”.

Con ella coincide Juan Sabatté, médico y doctor en microbiología e investigador del CONICET, en Argentina. “La terapia génica es un procedimiento terapéutico que se ha intentado mayormente a nivel experimental. Allí, a través de diferentes procesos de ingeniería genética (se intenta) insertar un gen de interés dentro del genoma humano”, dijo a AFP Factual, indicando que la función de las vacunas contra el covid-19 no es esa, sino la de lograr que el cuerpo genere una respuesta inmunitaria contra el virus.

La doctora María Victoria Sánchez, investigadora del Laboratorio de inmunología y desarrollo de vacunas del argentino Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo, explicó a la AFP: “El proceso de traducción del código genético en una proteína se lleva a cabo en el citoplasma, no en el núcleo de la célula”. “El ARN mensajero no puede ‘meterse’ en nuestro ADN”, añadió.

AFP Factual ya ha verificado como falsas diferentes versiones (1, 2, 3) que han circulado en redes sociales con la afirmación de que las vacunas contra el covid-19 modifican el ADN de los pacientes.

¿Vacuna experimental?

“El ensayo de P.f¡zer terminará en 2022... Para entonces, cualquiera que se baa.ku.ne será un sujeto de protocolo biomédico... Una cobaya", se lee en el texto viral.

Un argumento similar usó la doctora Henrion-Caude en una entrevista para el canal en línea TV Libertés realizada en enero de 2021 y ya verificada también por la AFP.

“Todavía estamos en un ensayo clínico y cualquier persona que sea vacunada actualmente, esté donde esté, con la vacuna de Pfizer, es un sujeto de protocolo médico. ¿Por qué? Porque el ensayo de Pfizer terminará en 2022 (...) De aquí a esa fecha, cualquier persona que vaya a recibir la vacuna es un sujeto que se presta a ser una cobaya”.

Es verdad que el ensayo clínico de la vacuna de Pfizer/BioNTech aún no concluyó. El protocolo del ensayo considera que un participante finaliza el análisis cuando “ha completado todas las fases del estudio. Incluida la última visita”. En el caso de los participantes de la fase 1 que no pasan a la siguiente, pueden ser seguidos entre seis y 24 meses después de la última vacunación. “Se considera que el estudio termina el día de la última visita del último participante”. Los investigadores estiman que la fecha en la que se puede dar por concluido el estudio es el 6 de abril de 2023.

Pero eso no quiere decir que no se haya demostrado la eficacia del inmunizante. La farmacéutica Pfizer, contactada por la AFP, explicó que el “análisis de eficacia final del estudio de fase 3 demostró una tasa de eficacia de la vacuna del 95% de los participantes con y sin infección previa por SARS-CoV-2”. Este estudio se publicó en la revista científica The New England Journal of Medicine y en él participaron más de 46.000 personas.

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Vacuna Pfizer-BioNTech tomada en Panamá el 4 de marzo de 2021 (Luis Acosta / AFP)

Un portavoz de Pfizer remarcó que “la eficacia fue consistente en todos los grupos demográficos de edad, género, raza y etnia”. Además, dijo que, al igual que con el resto de vacunas, el laboratorio ha trabajado en tres áreas distintas (la eficacia de la vacuna contra el virus, garantizar la seguridad para el paciente y planificar un método de fabricación constante) para lograr la aprobación de las agencias reguladoras (la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos otorgó una autorización de emergencia al inmunizante el 11 de diciembre de 2020 y la Agencia Europea de Medicamentos la aprobó el 21 de ese mes). 

La farmacéutica especificó que la “velocidad extraordinaria” en la que se desarrolló, se debe a “una enorme movilización de los recursos de Pfizer y BioNTech por adelantado a una escala nunca antes vista”. “También trabajamos estrechamente con las agencias regulatorias, proporcionando datos casi en tiempo real y recibiendo revisión y asesoramiento más rápido que nunca”, puntualizó en su web. A pesar de la rapidez, Pfizer aseguró que siguió los “altos estándares de calidad”, antes de la distribución de la vacuna, tras la fase III. 

Una vez la vacuna es aprobada por los organismos reguladores, se distribuye a la población. Asimismo, las farmacéuticas siguen supervisando a los participantes de su estudio de referencia de la vacuna COVID-19 durante “dos años después de su segunda dosis para saber más sobre la protección de la vacuna contra esta enfermedad”, detallaron.

Pfizer aseguró a la AFP que está estudiando “una dosis de refuerzo y un prototipo de vacuna con una variante en la secuencia para utilizarla contra las nuevas cepas que puedan surgir”.

El doctor Alberto García-Basteiro, epidemiólogo del Instituto de Salud Global de Barcelona (IS Global), insistió en declaraciones a la AFP en la seguridad de las vacunas contra el covid-19 que están aprobadas: “El excelente perfil de seguridad ha sido demostrado en los ensayos clínicos de fase 3 y en la experiencia de vacunación masiva ya en millones de personas ya vacunadas. El balance riesgo-beneficio del uso de estas vacunas aprobadas para su uso en humanos, se inclina de forma incontestable a favor de la vacunación”.

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