Las falsedades del científico británico y exempleado de Pfizer sobre las vacunas y el covid-19

Varias publicaciones que fueron compartidas más de 2.500 veces al menos desde el 25 de noviembre pasado muestran las declaraciones del científico británico Michael Yeadon, quien afirmó que “la pandemia fundamentalmente ha terminado” y que no hay necesidad de crear vacunas, porque la mayoría de las personas no se contagian y los test PCR dan falsos positivos. Sin embargo, estas afirmaciones son falsas o infundadas.

"’EXVICEPRESIDENTE DE PFIZER ASEGURA QUE LA PANDEMIA HA TERMINADO E INSTA A  NO USAR LA VACUNA’. El Dr. Mike Yeadon, ex-vicepresidente y científico jefe de Alergia y Respiratoria de Pfizer, afirma que el impulso por una vacuna universal tiene ‘un olor a maldad’ a la que ‘se opondrá… Enérgicamente’”, señalan varias publicaciones en Facebook (1, 2, 3), Twitter (1, 2, 3) e Instagram.

Las afirmaciones, que también se publicaron como artículos en blogs (1, 2), circularon asimismo en eslovaco, inglés e italiano.

En todos los casos, se citan o parafrasean declaraciones de Michael Yeadon, un exempleado de Pfizer, una de las compañías farmacéuticas que desarrollan vacunas para el covid-19.

En ellas, Yeadon asegura que "es absolutamente innecesario vacunar a la población para acabar con esta pandemia", que debido a que otros coronavirus están circulando en la población, algunas personas deberían tener inmunidad innata al nuevo, o que las pruebas PCR dan falsos positivos ya que las personas que se las realizan pueden estar infectada con un SARS-CoV-2 inactivo o un coronavirus relacionado.

La mayoría de los artículos enlazados o de los que se toman capturas de pantalla han tomado como fuente un artículo en inglés del 23 de noviembre, publicado en el sitio Life Site.

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Captura de pantalla hecha el 15 de noviembre de 2020 de una publicación en Facebook

¿Quién es Michael Yeadon?

Según su perfil en LinkedIn, Michael Yeadon fue director científico del área de investigación sobre alergias y respiración en Pfizer de 1995 a 2006, cuando se convirtió en vicepresidente de la farmacéutica hasta su partida en 2011.

Pfizer confirmó a la AFP que Yeadon fue empleado de la empresa, pero no si había ocupado puestos tan altos o si había trabajado allí durante tanto tiempo. Tampoco es mencionado en el sitio web de Pfizer, aunque sí aparece en un artículo de 2011 en Business Wire sobre su ingreso a la junta directiva de Pulmatrix, donde se lo presenta como “Vicepresidente y director científico de la Unidad de Alergias y Respiración de Pfizer”.

Yeadon repitió sus dichos en al menos tres lugares: el 16 de octubre para el blog Lockdown Sceptics, el 5 de noviembre en una entrevista radial y el 19 en un video de 30 minutos que se publicó en Facebook.

Dervila Keane, representante de Pfizer para las Relaciones con los Medios Globales, indicó a la AFP en un correo electrónico que Pfizer “alienta al público a buscar información sobre la pandemia de COVID-19 en organismos de salud pública confiables y/o en sus proveedores de atención médica individuales”.

El equipo de verificación de la AFP analizó varias de las afirmaciones de Yeadon.

1. La pandemia terminó: Falso.

Las afirmaciones de Yeadon se referían a Reino Unido y se formularon durante octubre y noviembre de 2020.

Sin embargo, ni en Reino Unido ni en otros lugares ha terminado la pandemia, que ya ha matado a más de 1,5 millones de personas en el mundo.

Por el contrario, en octubre y noviembre, se registró la mayor cantidad de casos nuevos de covid-19 en Gran Bretaña desde el inicio de la pandemia, con incrementos diarios que superan los 25.000 casos nuevos, como se puede ver en el gráfico de la Universidad Johns Hopkins (JHU).

En la segunda quincena de noviembre, el aumento de casos se desaceleró como resultado de las duras medidas restrictivas que se aplicaron. Sin embargo, en diciembre aún se acumulan nuevos casos a un ritmo de unos 15.000 por día.

Actualmente se están sumando nuevos casos no solo en Reino Unido sino también en Europa Central o Estados Unidos, por ejemplo.

En lo que respecta a las muertes, Yeadon tiene razón cuando dice que (al menos en Reino Unido) no han muerto tantas personas durante la segunda ola como durante la primera. En abril de 2020, los hospitales ingleses sufrieron una afluencia de nuevos pacientes y Gran Bretaña registró la mayoría de las muertes desde el brote. Sin embargo, algunos países europeos, donde la primera ola trajo solo bajas marginales, ahora están experimentando altos volúmenes de muertes por millón de habitantes, como Eslovenia, Bulgaria o República Checa en noviembre.

2. Las vacunas son absolutamente innecesarias: Falso.

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David de la Zerda, director del Jackson Memorial Hospital, recibe la vacuna de Pfizer-BioNtech contra el covid-19 en Miami, el 15 de diciembre de 2020 (Eva Marie Uzcategui / AFP)

Los expertos internacionales coinciden en que la vacunación es una herramienta fundamental para frenar o detener definitivamente la propagación de una pandemia como la del nuevo coronavirus.

"La actual pandemia de la enfermedad del coronavirus (COVID-19) es una crisis mundial, con un impacto sanitario, social y económico devastador. El covid-19 puede causar enfermedades graves y la muerte con consecuencias a largo plazo aún desconocidas en personas de todas las edades, incluso en otras personas sanas. Se necesitan vacunas seguras y efectivas para el covid-19 para proteger a las personas de enfermarse, especialmente a los profesionales de la salud y las poblaciones vulnerables, como las personas mayores o con enfermedades crónicas", indica el sitio web de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), cuya misión es autorizar y controlar los medicamentos en la Unión Europea.

El desarrollo completo de la vacuna contra el covid-19, las circunstancias de su uso y los diversos tipos de vacunas que se están aprobando actualmente en la Unión Europea (hasta 13 vacunas candidatas) se describen en detalle en el sitio web del Instituto Eslovaco para el Control de Drogas (ŠÚKL). "Debido a la urgencia de la pandemia, existe una intensa actividad mundial para desarrollar el tratamiento de pacientes con la enfermedad y para desarrollar una vacuna segura pero eficaz para proteger al cuerpo humano del desarrollo de infecciones y enfermedades. Se considera que el desarrollo de vacunas es la solución clave para manejar la situación actual", se lee en la página.

El infectólogo Pavol Jarčuška, que está negociando la entrega de la vacuna al mercado eslovaco, en una entrevista el 27 de noviembre destacó no solo la importancia de la vacuna sino también su seguridad: “Incluso si soy joven y me infecto, puedo infectar a mi padre o abuelo, que puede morir. Esta es la motivación para la vacunación. (...) La Agencia Europea de Medicamentos no tiene motivos para poner en circulación un medicamento que pueda ser potencialmente peligroso. Es cierto que para cualquier medicamento al momento del registro no tenemos datos sobre los efectos secundarios a largo plazo, encontraremos muchos datos más adelante, pero este es un riesgo general para todos y cada uno de los medicamentos. La vacuna contra el covid-19 se desarrolló rápidamente, pero no partió de cero. Las vacunas contra el MERS, que también es un coronavirus, se estaban desarrollando previamente”.

En esta etapa aún no se sabe si las vacunas evitarán que las personas que las reciban, aunque no desarrollen la enfermedad, puedan contagiar a otros. Esa es una de las razones por las que personas mayores y quienes trabajan en la atención médica tienen prioridad para ser vacunados.

La profesora Akiko Iwasaki, especialista en inmunidad de la Universidad de Yale (Estados Unidos), explicó en este artículo de la AFP en octubre por qué "la inmunidad colectiva debe basarse en vacunas seguras y eficaces".

En Reino Unido, la vacuna de Pfizer recibió la certificación de seguridad el 2 de diciembre de 2020 con una eficiencia estimada en hasta el 95%. La vacunación de profesionales de la salud y personas mayores de 80 años comenzó el 8 de diciembre. Margaret Keenan, de 90 años, se convirtió en la primera persona en ser vacunada con la vacuna de Pfizer.

3. Las pruebas PCR muestran demasiados falsos positivos porque no distinguen entre virus activos e inactivos: Sin pruebas.

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Una mujer es hisopada en una plataforma de tren en Mumbai, el 14 de diciembre de 2020 (Sujit Jaiswal / AFP)

En el video, de 30 minutos, Yeadon dice que un hisopo de PCR, que examina si el ARN del coronavirus está presente en la mucosa nasofaríngea, no puede distinguir si una persona tiene un virus activo, "vivo", en el cuerpo o simplemente los restos de uno ya inactivo "muerto", que puede encontrarse en un paciente incluso varios meses después de que haya superado la enfermedad. Según Yeadon, eso produce un alto porcentaje total de falsos positivos en las pruebas PCR.

Sin embargo, la expresión "falso positivo" es usada incorrectamente y también es engañoso afirmar que la mayoría de la población debería ser inmune.

En primer lugar, las pruebas PCR están diseñadas y utilizadas para detectar incluso pequeñas cantidades de virus, para así identificar tantos casos como sea posible y limitar la propagación de la enfermedad siempre que los individuos identificados se adhieran a la cuarentena.

Los resultados de la prueba PCR solo distinguen resultados "positivos" (el virus se identifica en la muestra) o "negativos" (no se identifica ningún virus en la muestra). En algunos casos, la cantidad de virus detectada es realmente muy baja.

Sin embargo, la investigación actual no tiene conclusiones definitivas sobre cómo cuantificar con precisión el umbral exacto de la cantidad de virus que es "suficiente" para que una persona lo propague.

Robert Shmerling, editor en jefe de Harvard Health Publishing, explicó en este artículo que un resultado falso positivo en las pruebas PCR es muy raro, generalmente debido a la contaminación de la muestra.

"La tasa de falsos positivos, es decir, la frecuencia con que la prueba dice que tiene el virus cuando en realidad no lo tiene, debe ser cercana a cero. Se cree que la mayoría de los resultados de falsos positivos se deben a contaminación del laboratorio u otros problemas con la forma en que el laboratorio ha realizado la prueba, no las limitaciones de la prueba en sí”, escribió Shmerling.

Además, la afirmación de Yeadon de que las pruebas PCR de covid-19 detectan otros tipos de coronavirus es falsa, como ya verificó AFP Factual.

A fines de septiembre, la revista médica The Lancet publicó un artículo sobre los datos reales de falsa positividad y el hecho de que, a pesar de ello, las pruebas PCR son el estándar para detectar la presencia del virus.

4. Una parte significativa de la población es inmune al SARS-CoV-2 porque los coronavirus relacionados están circulando en la población: Especulación.

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Un peatón pasa junto a un cartel de alerta de nivel 3 por covid-19 en Londres, el 16 de diciembre de 2020 (Daniel Leal-Olivas / AFP)

Hay siete tipos conocidos de coronavirus que pueden infectar a los humanos: cuatro de ellos causan resfriado común, uno causó la epidemia de SARS en 2003 y otro causó la epidemia de MERS en 2012. El séptimo es el coronavirus SARS-CoV-2 , que se identificó por primera vez en la ciudad china de Wuhan a fines de 2019 y ocasionó la pandemia de covid-19.

En su artículo del 16 de octubre, Yeadon afirma: “(...) una proporción significativa (30%) de la población entró en 2020 armada con células T capaces de defenderla del SARS-CoV-2, aunque nunca había visto el virus. Esto se debe a que habían sido previamente infectados por uno de los coronavirus más comunes que producen resfriado".

Yeadon menciona las llamadas células T o linfocitos T y la inmunidad cruzada o inmunidad de grupo. Sin embargo, sus afirmaciones son infundadas y engañosas. La teoría de la inmunidad generalizada basada en una infección previa con otros coronavirus se encuentra actualmente solo a nivel de hipótesis científicas, y los propios autores de un estudio relevante al respecto son muy cuidadosos en sus conclusiones.

Health Feedback, un sitio de verificación de contenido científico, calificó las afirmaciones de Yeadon sobre la inmunidad entre comunidades como inexactas.

En su artículo, Yeadon corroboró sus suposiciones de que el 30% de la población es inmune al SARS-CoV-2 mediante las conclusiones del estudio "Epítopos selectivos y de reacción cruzada de células T del SARS-CoV-2 en humanos no expuestos", publicado el 2 de octubre en la revista Science. Yeadon presentó las conclusiones del estudio como hechos indiscutibles y escribió: "De nuevo, así es como funciona. No hay ninguna duda sustancial sobre esto".

Sin embargo, si observamos el estudio en sí, firmado por 26 autores, vemos que son extremadamente cautelosos al interpretar sus datos y hallazgos sobre las células T. De hecho, el estudio plantea la hipótesis de que hay un grupo de personas que, aunque no se han infectado previamente con el SARS-CoV-2, portan células T más linfocitos CD4, que también pueden reconocer partes del virus que causa el covid-19. No obstante, no está claro de dónde obtienen las células estas personas. El resumen del estudio describe la fuente de estas células como "especulativa".

Los autores también concluyen: “Sobre la base de estos datos, es plausible plantear la hipótesis de que la memoria de células T + CD4 con reactividad cruzada preexistente en algunos donantes podría ser un factor que contribuya a las variaciones en los resultados de la enfermedad de los pacientes con covid-19, pero en la actualidad esto es muy especulativo".

Uno de los autores de este estudio, Shane Crotty del Instituto La Jolla de Inmunología, refuta las afirmaciones engañosas de inmunidad preexistente y las "afirmaciones peligrosas de inmunidad colectiva" en un hilo en Twitter.

Un ejemplo que generó controversia de estrategia de inmunidad colectiva es Suecia, que ha estado implementando esta estrategia en lugar de medidas restrictivas de bloqueo como medio para combatir la pandemia. Según esta teoría, la población se infectaría gradualmente de manera controlada con el objetivo de que las personas recuperadas obtuvieran inmunidad natural al nuevo coronavirus.

Sin embargo, el experimento sueco no funcionó. A principios de diciembre, el epidemiólogo jefe Anders Tegnell, responsable de la estrategia sueca, calificó la inmunidad del rebaño como un "misterio".

Iwasaki, de la Universidad de Yale, dijo que "las reinfecciones muestran que no podemos apoyarnos en la inmunidad adquirida mediante la infección natural para alcanzar la inmunidad de grupo".

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), abordó la teoría de la inmunidad colectiva en octubre: "Nunca en la historia de la salud pública se ha utilizado la inmunidad colectiva como estrategia para responder a un brote, y mucho menos a una pandemia. Es científicamente y éticamente problemático".

Por el contrario, según Tedros, la inmunidad colectiva real se logrará solo después de que se vacune a un cierto porcentaje de la población, protegiendo así incluso a las personas no vacunadas. En el caso del sarampión, por ejemplo, es el 95% de la población, en el caso de la poliomielitis ronda el 80%. En el caso de covid-19, el nivel estimado está en 60-70%.

En conclusión, las afirmaciones de Michael Yeadon sobre la pandemia del covid-19, las vacunas, las pruebas PCR y la inmunidad son falsas o carecen de sustento.

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