La segunda ola de gripe española fue más letal, pero no por el abandono de las precauciones

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 4 de enero de 2021 a las 18:35
  • 12 minutos de lectura
  • Por Sonia GONZALEZ, AFP España
A finales de 2020 volvió a viralizarse un texto que asegura que la segunda ola de la epidemia de gripe de 1918 fue la más letal porque “la población comenzó a regocijarse en las calles, abandonando todas las medidas cautelares”. El texto insta a mantener la prudencia para no ir “por el mismo camino”, trazando un paralelismo con la pandemia de covid-19. Es cierto que la segunda ola fue más mortífera pero no porque la gente abandonara las precauciones. Además, algunas imágenes que acompañan el texto no tienen que ver con la llamada “gripe española”.

El mensaje con el conjunto de fotos fue compartido más de 7.500 veces en Facebook desde principios de noviembre (1, 2), momento en que varios países europeos endurecieron las restricciones para hacer frente al aumento de casos de covid-19; y siguió circulando con otro formato en diciembre, cuando diferentes países del continente americano, como Estados Unidos, México, Panamá, Chile y Uruguay, se enfrentaron a lo mismo. 

De acuerdo con el relato, inicialmente compartido en mayo, la mayoría de las muertes de la gripe española de 1918 “ocurrieron durante la segunda ola de contaminación”, pues “la población toleró tan mal las medidas de cuarentena y distanciamiento social que cuando se realizó la primera liberación pública, la población comenzó a regocijarse en las calles, abandonando todas las medidas cautelares aprendidas”. La misma teoría se compartió miles de veces en inglés, francés y portugués.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 29 de diciembre de 2020

La ola más letal

La conocida como “gripe española” provocó al menos 50 millones de muertes e infectó a unos 500 millones de personas en el mundo entre 1918 y 1919, como recuerdan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

El nuevo patógeno empezó a diseminarse en campamentos militares de Estados Unidos en marzo y abril de 1918, cuando la Primera Guerra Mundial (1914-1918) aún estaba en curso. Este contexto explica la llegada del virus, a través de las tropas, a Europa. 

Los países beligerantes, en un intento de mantener la moral de los soldados y de la población en general, restringieron la información sobre esta epidemia, como fue reportado, incluso evocando una censura.

En cambio, España, que se declaró neutral al iniciarse el conflicto internacional, sí informó sobre la enfermedad desde mayo, cuando empezaron a registrarse casos en Madrid. Medios de otros países reportaban sobre la gripe limitándola a España, lo que le valió el sobrenombre de “gripe española”.

La primera ola, dada por terminada en julio, tuvo un impacto heterogéneo en el mundo y los casos de enfermedad fueron “mucho más leves que los que se observarían durante las dos olas siguientes”, recuerdan los CDC.

La segunda ola, a la que se le atribuye la mayoría de las muertes provocadas por la enfermedad, se detectó también en un campamento militar estadounidense, Camp Devens, en las afueras de Boston, en septiembre de 1918. 

Este nuevo brote “apareció, al mismo tiempo en Europa, en América y en Asia y esta fue la verdadera pandemia de gripe de 1918”, destacó en un correo electrónico enviado a AFP Factual Anton Erkoreka, director del Museo Vasco de Historia de la Medicina, destacando que éste “mató en todo el mundo, en otoño [boreal], a unos 40 millones de personas”.

El punto máximo de esta ola en Estados Unidos fue entre septiembre y noviembre, recuerdan los CDC. El tercer brote surgió a inicios de 1919 y, aunque grave, “no fue tan mortal como la segunda [ola], de acuerdo con la misma fuente.

¿La población abandonó las precauciones?

Pero, ¿puede explicarse la alta letalidad del segundo brote por la despreocupación de la población? “Eso es un sinsentido”, aseguró a AFP Factual John Barry, autor del libro “La gran gripe. La historia de la pandemia más mortal de la historia”. En su opinión, la principal causa de la mayor mortalidad fue el propio virus. 

“El virus mutó y se volvió mucho más letal. De hecho, la segunda oleada fue tan virulenta que una minoría de virólogos cree que se trató de dos virus totalmente diferentes”, explicó por correo electrónico Barry, quien ha participado en diferentes órganos consultivos de las autoridades estadounidenses sobre enfermedades.

“Posiblemente alguna de las cepas del virus influenza, responsable de la gripe española, mutó, se hizo más virulento y selectivo y provocó la hecatombe que ocurrió en todo el hemisferio norte entre septiembre y noviembre de 1918”, coincidió Erkoreka. A esa nueva virulencia de la influenza se añadirían “su capacidad para matar sobre todo a adultos jóvenes, entre 20 y 35 años; y por supuesto las condiciones inhumanas en las que vivían millones de soldados en los frentes de guerra”, añadió.

El segundo brote de la gripe española “no se debió a un ‘desconfinamiento’, pues no hubo un confinamiento durante la primera fase”, explicó a la AFP Freddy Vinet, profesor en la Universidad Paul Valéry de Montpellier, en Francia. Vinet, autor también de una obra sobre esa pandemia del siglo XX, “La grande grippe. 1918, la pire épidémie du siècle” (“La gran gripe. 1918, la peor epidemia del siglo”, en traducción libre), explicó:

“En realidad, las sociedades de 1918 no tenían medios para ‘confinarse’ en la forma en que lo hemos hecho nosotros”, destacó, poniendo como ejemplo la ausencia de refrigeradores y la falta de telecomunicaciones. En esta emisión de la radio pública francesa, Vinet recordaba también que, en 1918, el contexto bélico obligaba a gran parte de la población en varios países a trabajar sin parar. Muchos ciudadanos no se permitían descansar —“y el principal medicamento [para la gripe], como decían claramente los médicos en esa época, es el reposo”— hasta que ya era demasiado tarde, contó. 

“En la primera onda de 1918 no se impusieron mascarillas ni medidas especiales de una manera generalizada. En muchos países de Europa pasó desapercibida”, apuntó por su lado Erkoreka.

Las situaciones de 1918 “y las actuales no tienen nada que ver”, señaló asimismo José Luis Betrán, profesor de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). “Ni la medicina ni los sistemas de sanidad públicos tenían el desarrollo actual, ni la población contaba con los medios de comunicación que tenemos hoy en día para ser informados de lo que debemos hacer y tomar conciencia individualmente de los riesgos”, apuntó en un correo electrónico enviado a AFP Factual. Por ello, considera que no se puede acusar a la población de haberse relajado.

Betrán señaló también otras circunstancias que pudieron contribuir a la propagación del virus en esos meses, y de las que habló en este artículo. En España, por ejemplo, el inicio del segundo brote coincidió con el regreso a la península Ibérica de los temporeros de la vendimia francesa, en septiembre, y con el relevo de los soldados que cumplían el servicio militar. A partir de noviembre también se produjo “el retorno de las tropas combatientes durante la Primera Guerra Mundial a sus países”.

A eso se sumarían “las malas condiciones higiénicas de muchas ciudades” y “el bajo número de médicos en las zonas rurales, todavía muy pobladas en aquellos años”, detalló.

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No obstante, “la situación varió mucho entre países y en el interior de los países”, explicó Vinet a AFP Factual.

Ejemplo de esas diferencias sería la ciudad estadounidense de Filadelfia, que ordenó el cierre de colegios, iglesias y otros lugares públicos el 3 de octubre de 1918, después de que un desfile gubernamental para promover bonos estatales destinados a financiar la Primera Guerra Mundial provocara un brote de contagios. En Saint Louis, al contrario, el desfile se canceló y se introdujeron medidas para favorecer el distanciamiento social

Medidas de prevención

Aunque entre 1918 y 1920 no se impusieron confinamientos como los vividos en gran parte del planeta en 2020, sí se adoptaron algunas medidas de prevención que, según ciertos estudios, contribuyeron a evitar un mayor número de muertes.

Según un análisis publicado este año por la Loyola University Medical Center de Estados Unidos, las ciudades que entonces adoptaron medidas de prevención tempranas, como el cierre de escuelas e iglesias, la prohibición de grandes concentraciones o el aislamiento de enfermos, registraron menores tasas de contagio y de mortalidad que las ciudades que establecieron menos restricciones o lo hicieron más tarde.

Investigadores de la Universidad de Princeton compararon en un estudio publicado en 2007 el exceso de mortalidad por gripe y neumonía en 17 ciudades de Estados Unidos durante el brote de influenza del otoño boreal de 1918. Llegaron a la conclusión de que la implementación de medidas para evitar los contagios pueden reducir “significativamente” la tasa de transmisión de la enfermedad mientras permanezcan vigentes. No obstante, el estudio señala que las evidencias de estos hallazgos son limitadas, al basarse en “observaciones históricas y contemporáneas en lugar de en estudios controlados”.

Las fotografías

Mediante una búsqueda inversa de imágenes en Google y TinEye, se pudo determinar que no todas las fotografías que ilustran las publicaciones corresponden a la epidemia de 1918-1919. A continuación, el detalle de la investigación.

1. Imágenes de la gripe española

La fotografía con varias hileras de camas está en los archivos de la agencia Getty Images y muestra un almacén adaptado en 1918 para que los infectados de gripe pudieran guardar la cuarentena. 

Otra captura muestra también camas con enfermos. Fue tomada en un hospital de emergencia en Camp Funston, en Kansas, y puede verse en esta página del Museo Nacional de Salud y Medicina de Estados Unidos. Algunas de las publicaciones virales incluyen un recorte de esta misma fotografía.

El enfermo transportado en camilla fue retratado en Saint Louis, Misuri, en octubre de 1918 y está igualmente en el archivo de Getty Images.

Los hombres con tapabocas sentados en gradas se encontraban en el estadio Grant Field de Atlanta, en Georgia, en 1918. Lo verificó AFP Factual aquí.

La imagen en la que dos mujeres con mascarillas parecen disponerse a agarrar una camilla refleja un simulacro en una estación de ambulancias de la Cruz Roja en Washington en 1918. Puede verse en el sitio de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.

Por último, los dos niños que posan con sendas mascarillas se preparaban para ir a la escuela durante la epidemia de gripe de 1918. Está registrado en esta página de los archivos del Memorial de Florida.

2. Imágenes de otros contextos

Las dos mujeres con la mitad del cuerpo cubierto con plástico no intentaban protegerse del virus de la influenza, sino que lo hacían de la niebla y la contaminación de Filadelfia en noviembre de 1953. Lo explica aquí la agencia AP.

Tampoco intentaban evitar contagios las mujeres que paseaban con pañuelos tapando la mitad de sus rostros. La fotografía es de 1913 y refleja una moda de la época, adoptada tras la Guerra de los Balcanes. Se encuentra en el banco de imágenes de Alamy y ya fue verificada por la AFP.

La instantánea tomada en un cementerio tampoco tiene que ver con la epidemia de gripe de 1918. Son integrantes del Women’s Army Auxiliary Corps (Cuerpo de Mujeres del Ejército) trabajando en el mantenimiento de tumbas de soldados británicos caídos durante la Primera Guerra Mundial, en un cementerio de Abbeville, Francia, el 9 de febrero de 1918. La imagen está en la web de los Imperial War Museums, británicos.

AFP Factual no logró identificar el origen de la instantánea de cinco mujeres posando con mascarillas. La fotografía aparece en numerosas páginas de internet relacionada con la gripe española, pero ninguna menciona su origen ni dónde fue tomada. 

Uno de los pocos lugares en los que se atribuye una localización a la imagen es esta página no oficial sobre la historia de Helena, capital del estado de Montana, en Estados Unidos, en la que la foto está incluida en una galería del hospital St. Peter. Los administradores del sitio aclararon a AFP Factual que encontraron la instantánea en la red hace años relacionada con esa ciudad, pero que no recuerdan dónde la hallaron ni tienen más información al respecto. Tampoco en el hospital ni en la Sociedad Histórica de Montana tenían conocimiento de la misma. 

En conclusión, aunque es cierto que el segundo brote de gripe de 1918 fue el más mortífero, no puede decirse que fuera provocado por la falta de prevención de la población tras un primer confinamiento. 

AFP Factual ya verificó otras publicaciones engañosas sobre la gripe de 1918-1919 aparecidas en medio de la pandemia de COVID-19, como esta y esta

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