La ivermectina solo ha sido estudiada in vitro y aún no se aprueba su uso en humanos con COVID-19
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- Publicado el 10 de junio de 2020 a las 17:05
- Modificado el 2 de septiembre de 2020 a las 19:54
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- Por Valentina DE MARVAL, AFP Factual
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“EL COVID19 SI TIENE CURA PERO NO HAY QUE ESPERAR QUE EL PACIENTE NECESITE OXIGENO... AL PRIMER SINTOMA DARLE IVERMECTINA [sic]”, dice el texto que acompaña al video publicado en Facebook (1, 2, 3).
Allí Juan Panay Centeno, químico farmacéutico peruano, asegura: “O sea, si empiezo el lunes [el tratamiento con ivermectina], el martes estoy evaluando quiénes están graves, le puedo dar una siguiente dosis, el jueves está libre y el domingo no tengo ninguno”.
La ivermectina, como ya verificó AFP Factual en esta nota, es un antiparasitario que también se receta contra la pediculosis y la rosácea. El pasado 8 de abril el sitio Science Direct publicó este estudio donde demuestran que este medicamento, in vitro, puede inhibir la replicación del nuevo coronavirus en 48 horas. Es decir, la prueba no se realizó dentro de un organismo vivo, sino con implementos de laboratorio.
En Perú el gobierno aprobó el pasado 8 de mayo la Resolución Ministerial 270 que modifica el documento técnico sobre prevención, diagnóstico y tratamiento del COVID-19. Así, el Ministerio de Salud autorizó el suministro de la ivermectina y la hidroxicloroquina en casos leves y severos, pero explicitando que la evidencia científica es escasa y que debe realizarse bajo consentimiento informado del paciente.
El químico farmacéutico chileno Rubén Hernández explicó en un intercambio de mensajes el 19 de mayo pasado a la AFP que este resultado in vitro fue posible porque “la ivermectina inhibe una proteína necesaria para que el coronavirus ingrese al núcleo celular y comience su replicación”. Sin embargo, añadió Hernández, las pruebas in vitro pueden fallar posteriormente en un organismo vivo “debido a que las concentraciones utilizadas in vitro no sean logrables con dosis terapéuticas”.
La viróloga de la Universidad de Chile Vivian Luchsinger agregó que en esta prueba de laboratorio la ivermectina inhibió “una proteína que participa en el movimiento de proteínas entre el núcleo y el citoplasma de la célula. Además, la ivermectina tiene una función antiinflamatoria. Sin embargo, no está claro aún cuál es la acción directa sobre el nuevo coronavirus”.
Por otro lado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) publicó en su sitio web que este medicamento no está aprobado para el tratamiento del COVID-19 y llama a no consumirla, a menos que sea recetada por un médico. Sobre el estudio publicado en abril pasado, la FDA resalta que “estos tipos de estudios de laboratorio se usan comúnmente en una etapa temprana del desarrollo de fármacos”.
En conversación telefónica con la AFP el 21 de mayo pasado, el asesor regional de Asuntos Regulatorios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) José Peña explicó que la ivermectina, junto a la cloroquina e hidroxicloroquina, están en tratamientos que solo tienen estudios de caso y no han sido probado en estudios clínicos aún: “Cuando nosotros decimos que hay evidencia científica es porque hubo estudios clínicos controlados: un estudio serio y robusto donde hay un grupo [de pacientes] de control y un grupo experimental, donde haces correr el experimento y los comparas”.
En cambio, explicó Peña, un estudio de caso quiere decir que hubo un grupo de pacientes al que se le administró el producto, “pero no se ha comparado. Que funcione en algunos pacientes no es suficiente evidencia, por eso es que las autoridades regulatorias insisten mucho en la robustez de los estudios clínicos”.
Otros supuestos tratamientos
En el mismo video, Juan Panay también se refiere a otros tratamientos: “Y los que quedan les haré el tratamiento con hidroxicloroquina y azitromicina. Y si hay alguno que pasa grave, le pondré su anticoagulante de bajo peso molecular”.
Respecto a la hidroxicloroquina, ésta aún se encuentra en estudio para determinar si es eficaz o no contra el COVID-19, y su uso genera debate entre la comunidad científica e incluso entre líderes políticos.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica en su sitio web que no se ha demostrado que la hidroxicloroquina “ni ningún otro fármaco puedan curar o prevenir la COVID-19”, y añaden que el uso indebido de este remedio puede provocar graves efectos secundarios.
La azitromicina, en tanto, es un antibiótico que en algunas ocasiones se suministra para infecciones graves, como explicó Cristian Paredes, químico farmacéutico de la Universidad Católica de Chile en esta nota.
El asesor de la OPS José Peña aseguró que sí se ha usado este fármaco en casos muy específicos de pacientes con COVID-19: “Este antibiótico no hace efecto sobre el nuevo coronavirus sino que se ha usado en los pacientes que han desarrollado neumonías bacterianas, que son neumonías secundarias a la infección viral y que se han dado muy pocos casos”.
Alejandra Moreno, química farmacéutica de la Universidad de Antioquia, en Colombia, coincidió con Peña: “No hay evidencia de que sirva específicamente para el tratamiento del coronavirus”.
Panay también menciona los anticoagulantes sobre los casos graves de COVID-19. La Organización Panamericana de la Salud publicó en marzo de 2020 un listado de medicamentos esenciales para pacientes con la enfermedad del nuevo coronavirus que ingresan a cuidados intensivos. Entre ellos, mencionan dos tipos de anticoagulantes: la heparina sódica y la enoxaparina.
Sin embargo, la OPS advierte en la primera página que “esta lista incluye fundamentalmente los medicamentos considerados esenciales para el tratamiento de los cuadros clínicos más frecuentemente observados en pacientes hospitalizados en UCI por infección por COVID-19 (...) Tampoco se incluyen medicamentos específicos para el tratamiento de COVID-19 por no existir, por el momento, evidencias científicas de alta calidad que avalen su uso”.
Durante esta pandemia, sí se han observado pacientes contagiados de COVID-19 que han desarrollado coágulos. En algunos casos se les administra heparina, pero ésta no siempre es efectiva y puede derivar en hemorragias internas.
“Es un absurdo usar oxígeno”, dice Panay en el video. Sin embargo, de acuerdo a la OMS, el COVID-19 es un síndrome respiratorio agudo severo (SARS) y “alrededor de 1 de cada 5 personas que contraen la COVID‑19 acaba presentando un cuadro grave y experimenta dificultades para respirar”. Por otro lado, en la misma lista de remedios esenciales la OPS incluye la inhalación de oxígeno “para uso en el manejo de hipoxemia”.
Además, en esta guía clínica de marzo de 2020 la OMS indicó que “aunque la mayoría (81%) de las personas con COVID-19 presentan cuadros leves sin complicaciones, en algunos aparecen cuadros graves que requieren oxigenoterapia (14%), y aproximadamente un 5% debe ser tratado en unidades de cuidados intensivos. De los enfermos críticos, la mayoría requiere ventilación mecánica”.
En conclusión, si bien la ivermectina ha sido efectiva para inhibir al nuevo coronavirus in vitro, es decir, en un organismo no vivo dentro en un laboratorio, su uso aún no ha sido clínicamente estudiado en humanos. Por lo tanto, no existen evidencias sólidas sobre el uso de la ivermectina como tratamiento contra el COVID-19.
*Esta verificación fue realizada en base a la información científica y oficial sobre el nuevo coronavirus disponible a la fecha de esta publicación.
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