El dióxido de cloro no “oxigena las células” ni cura el covid-19, según especialistas

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 27 de agosto de 2020 a las 22:57
  • Modificado el 27 de agosto de 2020 a las 23:02
  • 9 minutos de lectura
  • Por Valentina DE MARVAL, AFP Factual
Un video donde una doctora boliviana muestra cómo consumir dióxido de cloro ha sido compartido más de 35.000 veces en Facebook, desde mediados de agosto. Allí, la médica asegura que esta sustancia equilibra el pH del cuerpo, matando así bacterias y virus, entre ellos el nuevo coronavirus. Sin embargo, expertos consultados por la AFP lo niegan, aseguran que el producto irrita e inflama las paredes del tracto digestivo, y que no tiene propiedades farmacológicas, ni cura el covid-19.

“Cómo tomar y quienes pueden tomar el dióxido de cloro”, dice el texto en pantalla del video difundido en Facebook (1, 2, 3) donde la doctora boliviana Patricia Callisperis extrae una sustancia amarilla de un frasco con una jeringa.

“Si preparamos una jeringa entera, la ponemos en un litro de agua. Eso es para todo el día, entonces tienes que tomar cinco vasitos en la mañana, y cinco vasitos en la tarde”, explica ante una cámara en la secuencia de casi seis minutos de una entrevista emitida por este canal.

Image
Captura de pantalla realizada el 20 de agosto de 2020 de una publicación en Facebook

AFP verificó con expertos y autoridades sanitarias sus afirmaciones:

1. El dióxido de cloro mantiene un pH nivelado, oxigenando las células: Falso

En el video difundido, la doctora Callisperis compara el cuerpo humano con una piscina para explicar cómo el dióxido de cloro mantendrá supuestamente el pH equilibrado: “Nuestro cuerpo es como una piscina. ¿Qué ocurre con una piscina si tú no le haces tratamiento del agua? (...) Se vuelve una cloaca”.

Luego, añade que el 75% del cuerpo humano está compuesto por agua. “Si no hacemos tratamiento de nuestras aguas… ¿Qué va a pasar? Nos vamos a enfermar, entonces lo que hace el dióxido de cloro es mantener un pH nivelado de 7,4 y oxigena las células”.

El pH, o potencial hidrógeno, es una medida para el nivel de acidez o basicidad de una solución, que va de una escala entre cero y 14: “Una solución con un pH menor a 7 se dice que es ácida, mientras que si es mayor a 7 se clasifica como básica. Una solución con pH 7 será neutra”. 

Banny Zelada, toxicóloga clínica en Bolivia, dijo a la AFP que no se conocen evidencias sobre el dióxido de cloro como fármaco ni que modifique el pH del cuerpo. De hecho, explicó a la AFP que es una sustancia tóxica que irrita y daña la flora intestinal y que “existen casos clínicos que muestran un efecto irritativo, daños en la sangre y en la hemoglobina que es la responsable de transportar el oxígeno”. Por lo tanto, añadió, “esto podría traer una falla respiratoria”.

Marli Bettini, subdirectora del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile (CITUC), aseguró que no se necesita de agentes externos como el dióxido de cloro para mantener un pH equilibrado: “El organismo no necesita un ‘tratamiento de aguas’ con sustancias químicas como el dióxido de cloro para mantener el pH nivelado, es el propio organismo el que se autorregula”.

“El pH de nuestra sangre y de nuestro organismo se mantiene siempre en sus valores gracias a la acción de sus propios mecanismos”, continuó Bettini, añadiendo que de esto último se encargan “los pulmones con sus ajustes ventilatorios, y los riñones con cambios en la excreción renal”.

En esta verificación, Juan Carballeda, investigador de la Asociación Argentina de Virología, explicó que el pH de nuestro organismo “es muy estable. Está siempre entre 7,35 y 7,42" y que nada puede modificarlo.

“El pH está finamente regulado y es imposible alterarlo. Si cambiara el pH de un organismo, aunque sea apenas, se produciría inmediatamente una condición patológica”, agregó Carballeda.

Cristian Paredes, químico farmacéutico en el Hospital Clínico La Florida, en Chile, explicó que el dióxido de cloro es un desinfectante de agua potable que, al ingresar al cuerpo,  comienza a irritar las mucosas y tejidos que componen las vías digestivas, “tanto la boca como el esófago, el estómago e incluso el intestino”. 

Como es irritante y daña el tracto digestivo, explicó, es posible que el dióxido de cloro no logre ser absorbido. Pero en el supuesto de que sí llegase a la sangre, podría alterar el pH y traer consecuencias negativas: “Si se llegara a absorber, podría generar destrucción de células sanguíneas y modificar el pH que, en el caso de nuestro organismo, no es bueno”, agregó Paredes, ya que esto último “altera la capacidad respiratoria, por lo tanto no mejora la oxigenación”.

Por otro lado, la tesis de que el dióxido de cloro oxigena las células ha sido difundida previamente por Andreas Kalcker, un hombre que se presenta a sí mismo como científico y defiende el uso de esta sustancia química contra diversas enfermedades. Sin embargo, la AFP ya ha verificado estas afirmaciones, descartadas por expertos (1, 2, 3).

La química Bárbara Herrera explicó en esta nota que este compuesto, usado como desinfectante, es una molécula que “oxida las membranas de los patógenos” y que en caso de ser ingerido, no aportaría oxígeno al cuerpo humano: “Para que nuestra sangre se purifique necesitamos oxígeno gaseoso, que es el oxígeno que respiramos; no dióxido de cloro, que hace un daño tremendo y equivale a inhalar una sustancia corrosiva”.

2. El coronavirus se elimina tomando dióxido de cloro: Falso

En la secuencia, la doctora Callisperis  asegura que manteniendo el pH equilibrado gracias al efecto del dióxido de cloro, todos los virus, bacterias y parásitos van a morir”. Al coronavirus “le gusta un medio ácido, entonces al tomar esto lo estamos eliminando”, dice en la secuencia.

Al respecto, la viróloga de la Universidad de Chile Vivian Luchsinger explicó a AFP Factual que el dióxido de cloro es una sustancia tóxica que no debe ser consumida. Agregó que en el supuesto de “matar” microorganismos como virus y bacterias, esto no sería beneficioso: “Existe algo llamado microbioma, que son las bacterias ‘buenas’ que habitan en nuestro organismo, por ejemplo en el intestino, y son fundamentales para nuestro equilibrio”.

Específicamente sobre los coronavirus, la viróloga añadió que estos son un tipo de virus con un manto lipídico y que no infectan al organismo por vía digestiva, sino respiratoria:

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también indica que, de acuerdo a los datos conocidos hasta ahora, el covid-19 “se transmite principalmente entre personas a través del contacto y de gotículas respiratorias”. Si bien se han presentado casos en que puede producir infección intestinal, “solo un estudio ha cultivado este virus a partir de una sola muestra de heces y, hasta la fecha, no se ha notificado transmisión fecal-oral”.

La toxicóloga Zelada señaló que no se conocen antecedentes científicos de que el dióxido de cloro tenga propiedades farmacológicas contra ninguna enfermedad. 

Bettini coincidió: “No hay ninguna evidencia científica que respalde la seguridad y eficacia de esta sustancia para su uso en humanos ni en coronavirus, ni en ninguna otra enfermedad para las cuales se presenta como un tratamiento o cura casi milagrosa”, agregó la médica chilena.

La doctora Luchsinger también descartó que tenga uso medicinal: “No, no puede inferir [Callisperis] eso. Nadie lo ha demostrado”.

La OMS asegura que por ahora “no existe ningún medicamento autorizado para curar la COVID-19”.

3. El dióxido de cloro “no intoxica”: Falso

“No intoxica para nada. No causa lesión hepática, no causa cardiopatías, no causa ninguno de esos problemas que dice la FDA [Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos]”, dice la doctora Callisperis hacia el final de la entrevista.

La toxicóloga Bettini negó tales afirmaciones: “Es una sustancia tóxica al ser ingerida, cuyos efectos van desde una irritación gastrointestinal con vómitos, diarrea y dolor abdominal hasta una gastroenteritis severa que puede llevar a una rápida deshidratación del paciente y en población vulnerable (niños menores de 5 años o adultos mayores) una severa deshidratación que es una emergencia médica y es considerada de riesgo vital”.

Además, aseguró que se han publicado reportes sobre la toxicidad de este producto en revistas científicas, donde se describen casos de lesiones renales y otros efectos  (1, 2, 3)

Zelada también señaló que puede resultar altamente tóxico: Puede que una dosis baja no haga daño. Pero de forma reiterada como ella [Callisperis] plantea, sí puede dañar. Hemos sabido de casos clínicos en Santa Cruz [Bolivia] de pacientes internados en que las familias se lo han recetado y luego han reportado falla hepática o renal”.

En esta verificación, la toxicóloga Amalia Laborde explicó a la AFP que si el dióxido de cloro se ingiere una vez a una dosis baja, podría no ocasionar ningún malestar pero tampoco beneficios. Pero si se consume de forma reiterada derivará en irritaciones e inflamaciones en el tracto digestivo y en las paredes del estómago: “El efecto irritante del dióxido de cloro tomando contacto con un tejido puede causar ardor, malestar digestivo, diarreas, hasta cuadros de dolor esofágico, gástrico e incluso daño y perforación de la vía digestiva”, detalló.

El pasado 15 de agosto, en Argentina murió un niño de cinco años por un paro cardiorrespiratorio luego de consumir esta sustancia. Tras conocerse el deceso, el Ministerio de Salud de Argentina y la Sociedad de Pediatría de ese mismo país alertaron sobre esta sustancia química, llamando a la población a no consumirla.

Un desinfectante tóxico

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) describe el dióxido de cloro como una sustancia desinfectante que se utiliza en dosis bajas: “Es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo utilizado como blanqueador en la fabricación de papel, en plantas públicas de tratamiento de agua y en el proceso de descontaminación de construcciones”.

La Agencia para sustancias tóxicas y registros de enfermedades de Estados Unidos (ATSDR), explica también que es un gas que se descompone rápidamente en el aire. “Debido a que es un gas peligroso, el dióxido de cloro siempre se manufactura en el lugar donde habrá de usarse”, agrega.

“De momento no se ha descubierto nada [sobre el uso medicinal]”, dijo Paredes.

Laborde confirmó que “en realidad en algunos países se utiliza como desinfectante en concentraciones extremadamente bajas para limpiar el agua potable” y que no tiene ningún respaldo ni registro sanitario: “Ningún ministerio ni agencia sanitaria ha mostrado su eficacia [como fármaco]. La eficacia que se plantea por sus precursores está basada en datos teóricos del cloro como antiséptico, pero no tiene ningún uso terapéutico”.

Debido a la toxicidad del producto, y que no cuenta con registro sanitario, el pasado 22 de julio el Ministerio de Salud de Bolivia informó que esta sustancia ya ha provocado muertes en el país. Previamente, a finales de junio pasado, el Comité Científico que asesora a la cartera de salud había publicado un comunicado alertando sobre los efectos negativos que genera esta sustancia al ser ingerida, y que no tiene registro sanitario como fármaco.

Por otro lado, la OPS no recomienda ingerir el dióxido de cloro “por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso". 

Además, agrega que al consumirlo “la disminución de la presión arterial puede dar lugar a síntomas graves como complicaciones respiratorias debido a la modificación de la capacidad de la sangre para transportar oxígeno”. 

La Sociedad Iberoamericana de Salud Ambiental (SIBSA), junto a sociedades toxicológicas de distintos países, alertó en este comunicado que no existe evidencia científica sobre el presunto uso médico de esta sustancia:

“La ingesta de estos preparados de dióxido de cloro y/o clorito de sodio pueden provocar cuadros digestivos irritativos severos, con la presencia de náuseas, vómitos y diarreas, además de graves trastornos hematológicos (metahemoglobinemias, hemólisis, etc,), cardiovasculares y renales, entre otros”.

La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) advierte que no tienen conocimiento de “ninguna evidencia científica que apoye su seguridad o eficacia, y presentan riesgos considerables [los productos con esta sustancia, NDLR] a la salud de los pacientes”.

Alertas similares han emitido autoridades sanitarias de otros países, como Perú, Colombia, Paraguay, Argentina, Chile, Ecuador y Uruguay.

En conclusión, el dióxido de cloro es un desinfectante que no cuenta con respaldo científico para su presunto uso como fármaco. Según explicaron expertos, no equilibra el pH del cuerpo, ni elimina el nuevo coronavirus, como asegura el video viral.

*Esta verificación fue realizada con base en la información científica y oficial sobre el nuevo coronavirus disponible a la fecha de esta publicación.

Edit 27/08: Corrige apellido de médica boliviana 

¿Duda sobre la veracidad de una información, una foto o un video?

Contáctenos