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El objetivo de las cuentas troll: confundir y deslegitimar desde el anonimato
- Este artículo data de hace más de un año.
- Publicado el 14 de abril de 2023 a las 18:48
- 8 minutos de lectura
- Por Natalia SANGUINO, AFP España
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AFP Factual ha verificado en varias ocasiones mensajes que surgieron de este tipo de perfiles. Así, el diario El País no publicó un tuit sobre los “beneficios” de la ley islámica para la mujer; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, no criticó la Semana Santa; la ministra de Igualdad de su Ejecutivo, Irene Montero, no habló de su educación religiosa, y los restos del dictador Francisco Franco no han vuelto al Valle de los Caídos: todas estas afirmaciones surgieron de cuentas troll.
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“Una cuenta troll busca desestabilizar o causar confusión desde el anonimato”, resumió el equipo del Observatorio de los Contenidos Audiovisuales de la Universidad de Salamanca (OCAUSAL), en una respuesta coordinada enviada a AFP Factual el 30 de marzo de 2023.
“Una cuenta troll es un perfil que se introduce en conversaciones con el fin de incordiar y crear crispación”, apuntó por su parte la investigadora Mariluz Congosto, de la Universidad Carlos III de Madrid, en declaraciones a AFP Factual el 29 de marzo de 2023. También se consideran “cuentas troll” aquellas que se dedican “a difundir informaciones, noticias (...) malintencionadas”, en palabras de Natalia Meléndez, profesora de Periodismo en la Universidad de Málaga, a la AFP el 3 de abril de 2023.
“Lo que intentan es intoxicar el ambiente, tanto en la propia red social de Twitter, por ejemplo [donde se concentran la mayoría de las analizadas], como en general”, dijo Meléndez.
“A veces se hacen pasar por una persona o por un medio concretos, pero lo más habitual es que adopten el perfil de un tipo de persona (por ejemplo, una persona afiliada a un determinado partido) para lanzar determinados mensajes que puedan asociarse a ese grupo para desprestigiarlo”, señaló el equipo de la USAL, que puso como ejemplo los “trolls feministas”.
Muestra de las opciones mencionadas es la cuenta en Twitter @sanchezcasrejon, que incluye una letra diferente (la r) respecto al nombre de usuario del perfil auténtico del presidente del Gobierno español (@sanchezcastejon) y que ha logrado hacer pasar por verídicos mensajes viralizados después en otras redes sociales. Otro tipo es la supuesta“feminista, republicana, anticiencia” que hay detrás del nombre de @Jenytrans17.
Estas cuentas “no buscan necesariamente que un contenido falso se haga viral ni que una medida concreta del Gobierno fracase”, comentaron los profesores de la USAL, que añadieron:
Cómo identificar una cuenta troll
En el aluvión de información que cualquier usuario recibe a diario en redes sociales, las propias expertas reconocen que “es complicado” saber si una cuenta tiene el objetivo de confundir. Aun así, hay pistas que pueden ayudar.
“Hay que mirar la bio [biografía del perfil]”, así como “la coherencia de los tuits, si son cosas totalmente disparatadas”, señaló Meléndez, quien también aconsejó ver el nombre del usuario y el de la cuenta. “A lo mejor son cuentas de reciente creación”, dijo, en línea con esto que comentó Congosto: “Algunas son más antiguas”, como la de @sanchezcasrejon (de 2018), “pero la mayoría se crearon desde el 2020”.
Meléndez recordó que a veces “en los propios comentarios” de los tuits, hay usuarios que advierten de que la cuenta puede ser “sospechosa”.
Otra pista, aportada por el observatorio salmantino, es que el discurso “está muy centrado en un mismo tema”, pero “casi nadie es un personaje tan plano y caricaturesco como el que se suele dibujar en estos perfiles”.
Además, “la foto de su perfil suele ser de un banco de imágenes”, algo que AFP Factual localizó en perfiles troll como el de @Valentinavaliente (definida como “activista feministra, luchadora comunista y ecosexual”), cuya imagen se encuentran en Alamy. Otro ejemplo es la de @trinidadMNovo, cuyas fotografías corresponden, en realidad, a la profesora universitaria cubana Lucía Argüelles Cortés.
En el caso de @Jenytrans17, en tanto, la foto de perfil es de la cantante estadounidense Ezra Furman, quien alertó de ello en un tuit.
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En ocasiones, los propios usuarios detrás de estas cuentas avisan en su biografía del carácter de troll o “fake” del perfil, como es el caso de la cuenta que imita a la de Pedro Sánchez. “Muchas cuentas troll añaden en sus perfiles que son ‘parodia’ como forma de evitar incumplir los términos de uso de las redes o para no ser penalizadas, si bien su objetivo es otro”, explicó el equipo de la USAL.
Pero no todas las cuentas consideradas troll hacen tal aviso que, no obstante, no aparece al retuitear sus mensajes o hacer capturas de pantalla de los mismos para compartirlos en otra red social. En otras ocasiones, los usuarios utilizan trucos que dificultan su identificación, como el que relata esta verificación: añadir las palabras “παρωδια” y “錯誤的” (“parodia” en griego e “incorrecto” en mandarín, respectivamente) para evitar esa penalización mencionada.
El riesgo está en que, según Meléndez, “cuando hay algo, por muy exagerado que sea, que te reafirma en lo que tú piensas, decides creerlo y difundirlo”. Además, según el Observatorio de la USAL, “el usuario no presta atención y no se detiene ante las cosas”, de forma que “a cada mensaje que vemos le dedicamos unos instantes” y “si vemos algo que nos indigna, lo compartiremos o responderemos o haremos lo que sea, pero lo haremos de forma inmediata”.
Por ejemplo, en una cuenta con el nombre de Violeta Izquierdo (que une el color feminista con la ideología política), aparecen mensajes sobre la figura de Jesús o sobre una supuesta manipulación de información que sitúan al personaje en esa exageración caricaturesca de la que hablan las expertas. El mencionado perfil de @Valentinavaliente, por su parte, publicó este tuit para pedir el derecho a abortar sin estar embarazada y calificó al pene de “instrumento de extrema derecha fascista”.
No toda parodia es un troll, aunque algunos troll puedan parecer parodia
La diferencia entre cuenta troll y aquella de objetivo paródico o satírico, según las expertas, puede ser pequeña, pero existe. “La cuenta paródica no tiene intención de confundir y suele dejar claro que lo que busca es la sátira o la parodia (...) aspira al humor y su uso de la exageración puede ser mucho mayor porque no busca la credibilidad”, según el Observatorio de la USAL.
En cambio, “la cuenta troll intenta ser confundida con el perfil al que suplanta (...), el objetivo es confundir y crear inestabilidad, y si no son mínimamente creíbles los mensajes, no se logra ese objetivo”, dijo el equipo salmantino.
Meléndez acotó que hay cuentas en un límite parodia-troll “de ciudadanos normales y corrientes que están haciéndose pasar, por ejemplo, como estereotipos”, como personas muy afines a una ideología o “mujeres muy feministas”. “Desde esas cuentas, que son confusas, hacen llegar mensajes que no serían lógicos en una persona que verdaderamente estuviera tuiteando desde unos postulados, por ejemplo, de izquierda o feministas”, expuso la profesora universitaria.
Por ejemplo, este tuit de @rosadozuruta criticando a una región española o este otro, para provocar indignación respecto al colectivo homosexual, de un usuario que tiene la bandera del orgullo junto a su nombre. Otra muestra de mensajes incongruentes se encuentra en el perfil de la “luchadora comunista” @Valentinavaliente: en este tuit parece alabar a Cuba, país del que habla de un “exitoso modelo” que “crea pobreza solo por el bloqueo”, mientras en este pide reescribir los libros de historia para ocultar “que el Comunismo siempre ha fracasado”.
Organización y tipos de troll
Aunque este tipo de cuentas “se siguen entre sí e interactúan entre ellas, eso no quiere decir que en todos los casos haya detrás una organización”, respondió Congosto a una pregunta al respecto de la AFP. Si bien, matizó: “En algunos casos, por la fecha de creación de los perfiles, por el estilo en que están creados sus avatares y por la temática que abordan, sí parece que pueda haber cierta coordinación”.
“Hay grupos que pueden tener ciertos intereses y que pueden coordinarse en algún momento”, amplió el equipo de Salamanca, que consideró “difícil” saber si son agrupaciones organizadas. “Es una actividad más sucia, más de ir minando de forma constante la credibilidad y la convivencia, y esto se puede lograr incluso sin coordinación, simplemente añadiendo ruido”, consideraron.
Meléndez habló de dos perfiles: “uno que individualmente es un guerrero anónimo” que decide hacer una cuenta “por trollear, por defender la ideología contraria”, y “a gran escala lo que son las granjas de bots, las campañas orquestadas”. En esa separación de cuentas coincidió el equipo universitario consultado, para el que este segundo caso “sería más problemático”.
“Granjas de bots” o trolls, como suelen denominarse a esas campañas organizadas que citan las expertas, fueron desmanteladas en Nicaragua (en 2021), Cuba y Bolivia (en 2023), y son conocidos los intentos de Rusia, por ejemplo, por influir en la opinión pública mediante cuentas falsas. En Brasil, las elecciones de 2018 fueron las de la “guerra sucia en redes”, aunque en ellas no se habló como tal de “granjas de bots”.
Patrón internacional
Este fenómeno “es internacional”, apuntó el equipo de la USAL. “No está necesariamente coordinado, pero sí que el patrón se repite en otros países”, señaló.
Meléndez, por su lado, apuntó a Estados Unidos como lugar donde “algunas cosas se empiezan a ensayar, luego se imitan en España” y otros lugares.
Meléndez recordó la campaña de Donald Trump en 2016, así como la del Brexit en el Reino Unido, como momentos clave en este tipo de desinformación, en cuanto a cantidad e influencia en ambos eventos, pero desde 2019 están demostrados los intentos organizados de desinformar en al menos 70 países.
“Hay demostraciones sobre el uso de granjas de bots (...) en la lucha por ganar terreno en las redes sociales con determinada idea”, señaló la experta. “Tanto en un sitio como en otro se han ido ensayando y por desgracia perfeccionando”, remató.
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