La imagen retrata un procedimiento oftalmológico, no la destrucción de la glándula pineal

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 21 de diciembre de 2020 a las 16:56
  • 6 minutos de lectura
  • Por Maja CZARNECKA, AFP Polonia
  • Traducción y adaptación: AFP España
Publicaciones compartidas desde el 8 de diciembre por más de 1.500 usuarios en redes sociales afirman que “la destrucción de la glándula pino” se realizó durante “miles de años”, e incluyen una imagen del Antiguo Egipto como prueba. En muchas de ellas se informa sobre el supuesto daño cerebral que provocaría un palillo introducido por la nariz, semejante al procedimiento de las pruebas PCR que detectan el nuevo coronavirus. Pero en realidad la imagen viral muestra una antigua práctica oftalmológica y los expertos insisten que las pruebas PCR son seguras y no dañan el cerebro.

La ilustración, con el estilo del arte pictórico del Antiguo Egipto, se compartió bajo la frase (1): “La destrucción de la glándula pino de esclavos para que sigan engañando es una práctica conocida durante miles de años. Quien no recuerda el pasado, lo hará repetir. Despierten, rebaño”, en lo que parece una traducción automática de las que ofrecen las redes sociales.

Muchas entradas añadían, además, un texto más largo sobre el cerebro, el cual en su parte frontal estaría protegido “solamente por una membrana blanda que tiene la función de proteger” contra agentes externos. “Está membrada puede ser accesada por medios de las vías respiratorias a través de la nariz”, afirma, añadiendo que “solo hace falta un falillo [sic] de menos de 12 cm (...) para dañar la membrana”.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook, realizada el 21 de diciembre de 2020

La imagen también fue compartida en Twitter (1) e Instagram. Con mensajes similares, fue difundida además en polaco, alemán, serbio y portugués.

La imagen representa a un oftalmólogo

Una búsqueda inversa de la imagen en Google arrojó sitios web sobre Egipto o sobre curiosidades médicas donde aparece la ilustración, así como el catálogo de la agencia de fotografía Getty Images.

Según la leyenda de la imagen en Getty, se trata de un “oftalmólogo tratando a un paciente, en papiro, reconstrucción de un fresco de la tumba tebana de Ipuy, originariamente de la dinastía XIX. Civilización egipcia. El Cairo, Instituto del Papiro”.

La arqueóloga polaca Halszka Przychodzdzen explicó al equipo de verificación de la AFP que el dibujo es una copia  del que está en una tumba del Valle de los Artesanos de Deir el Medina, en Egipto, concretamente en la de Ipuy, que fue uno de los constructores de las tumbas del Valle de los Reyes durante la dinastía XIX, alrededor de los años 1279-1213 antes de Cristo.

La ilustración completa puede verse en el sitio web del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.

Para entender la imagen hay que conocer el contexto de la misma, según la arqueóloga polaca, especializada en las enfermedades del antiguo Egipto y que dirige una página en Facebook sobre momias egipcias y paleopatologías.

“Esta no es una escena de castigo a un esclavo. En el Antiguo Egipto, a diferencia de la Antigua Roma, prácticamente no había esclavos. Por ejemplo, se cree erróneamente que fueron los esclavos los que construyeron las pirámides”, añadió la experta.

Przychodzen explicó que en el dibujo se representa la construcción de un catafalco, en la que participó el propio Ipuy, dueño de la tumba. “Ipuy era un artista respetado, altamente cualificado, bien pagado, en nuestra opinión su estatus era más cercano al de un ingeniero (...) Era tan rico que podía permitirse el lujo de construirse una tumba”, en la que se muestran las diversas etapas. “También se mostraron accidentes de trabajo. Se pueden ver dos intervenciones médicas: la colocación de un hombro roto [señalado por AFP Factual con un círculo, en la parte superior de la ilustración]  y la extracción de un cuerpo extraño del ojo por parte de un oftalmólogo [señalado en la parte de abajo, a la izquierda de la ilustración], aclaró la arqueóloga polaca.

El dibujo, por tanto, no representa a un esclavo al que dañan la glándula pineal.

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Combinación de capturas de pantalla de la imagen viral (izquierda) y la que aparece en el sitio del MET de Nueva York, realizada el 18 de diciembre de 2020

¿Es posible que haya daño cerebral?

Según el mensaje de la publicación viral, una membrana que protege el cerebro podría ser dañada con la introducción de un palillo de unos 12 cm por las vías nasales. Esta práctica recuerda a las pruebas PCR, realizadas para comprobar si una persona está contagiada de la covid-19. Algunas publicaciones añaden además la etiqueta “#plandemia”, un término utilizado a menudo para negar la existencia de la pandemia del nuevo coronavirus o para criticar las medidas impuestas para contenerlo.

Este artículo de AFP Factual ya explicó que las PCR no provocan daño cerebral alguno. Las PCR son las pruebas de referencia actuales para comprobar si alguien se ha contagiado con el virus, al detectar material genético del SARS-CoV-2 mediante una prueba nasofaríngea. La prueba se puede realizar también con saliva, pero es menos fiable.

En el examen de PCR (por las siglas en inglés de reacción en cadena de polimerasa) la muestra se analiza a nivel molecular para detectar la presencia de dos genes específicos del SARS-CoV-2. Esto marca la diferencia entre las pruebas PCR y los test serológicos, que identifican si hay anticuerpos en el organismo contra el nuevo coronavirus, como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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El neurólogo español Pablo Eguía, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), dijo en correo electrónico a AFP Factual que no es posible acceder “dentro del cráneo” con las pruebas PCR. “Es imposible que las PCR causen daños en el cerebro”, explicó Eguía, “si previamente la persona no ha sufrido una rotura grave de un hueso de la cabeza”. Podría haber daño “con fracturas desplazadas de cráneo que hayan ocasionado una solución de continuidad entre la faringe y el interior del cráneo”.

“Las PCR son una técnica sencilla y segura”, dijo el neurólogo, añadiendo que la toma de muestras se realiza “mediante un bastoncillo que no provoca lesiones en la faringe ni en ninguna otra parte del cuerpo, más allá de las molestias que pueda generar”.

La membrana” que menciona el mensaje viral es la barrera hematoencefálica, compuesta por células endoteliales que protegen el cerebro, explicó en julio a la AFP la neuróloga Cristiane Nascimento, coordinadora del Departamento Científico de Neuroinfección de la Academia Brasileña de Neurología (ABN) . “Estas células tienen una forma distinta de unirse a la de las células endoteliales del resto del cuerpo. Es una unión muy estrecha y no permite el paso de ninguna sustancia al cerebro”, explicó.

El inmunólogo y profesor emérito de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia), doctor John Dwyer, dijo al equipo de la AFP en julio pasado: “El hisopo no se coloca en la barrera hematoencefálica y no la compromete. Por lo tanto, no representa ningún riesgo para el sistema nervioso”. “No hay forma de que un solo hisopo de algodón dañe la barrera hematoencefálica”, sostuvo Dwyer.

El bastoncillo que se emplea en las pruebas PCR se ha utilizado “de manera segura durante muchos años”, “para detectar virus u otros resultados de laboratorio”, explicó el epidemiólogo australiano John Mathews, de la Universidad de Melbourne, en julio pasado.

Por lo tanto, la imagen viral del Antiguo Egipto no muestra a un esclavo al que se le daña la glándula pineal sino que es una ilustración de un oftalmólogo tratando a un paciente, que se incluye en una escena más amplia encontrada en una tumba egipcia. Además, como diversos expertos de todo el mundo han subrayado, la práctica de una prueba PCR no provoca daño cerebral alguno ni pone en peligro la membrana de la barrera hematoencefálica que protege el cerebro, salvo que exista una fractura previa de cráneo con desplazamiento.

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