No hay evidencia científica de que introducir un ajo en la vagina cure la candidiasis
- Este artículo data de hace más de un año.
- Publicado el 21 de abril de 2023 a las 22:51
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- Por Magdalena ADVIS, AFP Chile
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“Este es uno de los mayores antibióticos que nos regala la naturaleza: el ajo. Por supuesto, en caso de infección vaginal, es fundamental complementar el uso local de esta medicina del bien por 10 días”, se lee en una publicación en Instagram, que incluye un video en el que se instruye a las usuarias a introducir un diente de ajo en la vagina durante ocho horas, previo haberlo asegurado con un hilo o cordel, para facilitar su extracción.
Otras publicaciones (1, 2, 3) recomiendan el mismo tratamiento, sosteniendo que “el uso del ajo ha sido un éxito en el autocuidado femenino porque nos ha ayudado muchísimo principalmente en infecciones vaginales”, y que la práctica forma parte de la “ginecología autogestiva”.
A lo largo de la historia, se han realizado múltiples experimentos que involucran el ajo y sus derivados en el tratamiento de diversas enfermedades. Esta planta de origen centro asiático es rica en vitamina C, vitamina B6 y manganeso, y se ha utilizado con fines medicinales desde la antigüedad.
Se ha experimentado la eficacia del uso de productos que contienen ajo en el tratamiento de infecciones vaginales, como una opción al tratamiento tradicional con el medicamento fluconazole. Fue el caso, por ejemplo, de una investigación realizada por la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán entre 2011 y 2012, en la que se investigó la eficacia de las tabletas orales de ajo en 110 mujeres entre 18 y 44 años, obteniendo una mejora de los síntomas de un 60%, inferior al 71,2% que resultó del medicamento.
El ajo contiene comprobados activos antifúngicos, como el ajoene. Sin embargo, no hay evidencias que sustenten la efectividad de la inserción directa de un diente de ajo en la vagina para el tratamiento de las infecciones en la zona.
La candidiasis: un desequilibro que ya tiene tratamiento
El doctor en ciencias biomédicas y experto en infecciones fúngicas de la Universidad de Chile, Eduardo Álvarez, dijo a la AFP que el ser humano, desde su nacimiento, está en contacto con el hongo candida albicans y vive en equilibrio con él. En el caso de la mujer, “forma parte de la microbiota de la zona vaginal”. Explicó que “por algunos factores, como agentes químicos, infecciones, tratamientos con antibióticos o enfermedades de transmisión sexual, se producen una serie de desequilibrios que generan el desarrollo exacerbado de candida albicans”.
La médica ginecóloga de Argentina María Elisa Moltoni explicó a la AFP que “la candidiasis es una de las infecciones más frecuentes en las mujeres en edad reproductiva y se caracteriza por la proliferación de un hongo que se asocia muchas veces a flujo blanco, grumoso y sin olor, así como a un pH vaginal ácido”. Agregó que el tratamiento consiste en la administración de un antimicótico “ya sea de uso tópico, óvulos vaginales o por vía oral, muchas veces en esquemas de única dosis”.
Los riesgos de los óvulos de ajo
Juana Mora, académica de la Escuela de Obstetricia y Neonatología de la Universidad Diego Portales (UDP), en Chile, explicó a la AFP que “la introducción de cualquier objeto extraño en la vagina puede causar más complicaciones, e incluso empeorar el cuadro, aumentando la irritación vaginal y el prurito”. Álvarez concuerda, y agrega:
El especialista aclaró que los únicos estudios que se han llevado a cabo sobre la materia han sido de laboratorio, por lo que no se ha comprobado su eficacia en el cuerpo humano. Moltoni, a su vez, advirtió que este tratamiento “no ha sido validado como efectivo por estudios científicos en la candidiasis y además podría llevar a una irritación importante y/o ulceración de la mucosa vaginal”.
Asimismo, Mora hizo un llamado a acudir a un especialista: “En caso de presentar signos de candidiasis, se debe consultar con un ginecólogo o ginecóloga y no automedicarse”. Moltoni agregó que el correcto diagnóstico es muy importante porque “estos síntomas pueden ser ocasionados por otras causas que no sean hongos, como algunas infecciones de transmisión sexual que tienen un tratamiento totalmente distinto”, apuntando a esto como uno de los principales riesgos de “experimentar” con ajo.
En este sentido, Álvarez alertó sobre una reacción adversa al tratamiento con ajo, que podría conllevar “enrojecimiento en la zona de la mucosa vaginal, ardor, picazón y una exacerbación de los síntomas".
AFP ha verificado otras publicaciones relacionadas con tratamientos caseros (1, 2, 3) de este tipo de afecciones.
Referencias
Estudio que compara los efectos de tabletas de ajo y fluconazole
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