Una visitante observa banderines en el Museo de la Vagina en el mercado de Camden, en Londres, el 14 de noviembre de 2019 ( AFP / Isabel Infantes)

El dióxido de cloro no “cura” afecciones vaginales ni enfermedades de transmisión sexual

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 6 de junio de 2022 a las 18:26
  • 5 minutos de lectura
  • Por Ana PRIETO, AFP Argentina
Desde 2020, miles de usuarios en redes sociales recomiendan la realización de lavados vaginales con dióxido de cloro para combatir múltiples condiciones, incluyendo candidiasis, pólipos y enfermedades de transmisión sexual. Pero esa sustancia de fabricación casera no solo no está aprobada como tratamiento médico, sino que puede resultar dañina para la salud, de acuerdo con expertas en ginecología consultadas por AFP Factual.

“Es para tratamiento de vaginitis bacterial o viral, VPH y cándida” asegura una mujer en un video distribuido en Telegram, tras explicar cómo aplicar dióxido de cloro dentro de la vagina.

“Está ideado para solucionar problemas genitales femeninos como la candidiasis, micosis, pólipos, cáncer de cuello de útero y miomas” se lee en una publicación en Facebook que promociona el producto, y lo describe como “un gran aliado de la mujer”.

En Twitter, una usuaria insta a no vacunarse contra el virus del papiloma humano, y en cambio usar “dióxido de cloro en enemas vaginales”.

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Capturas de pantalla de publicaciones en Facebook hechas el 3 de junio de 2022

¿Qué es el dióxido de cloro?

El dióxido de cloro es una combinación de clorito sódico y ácido clorhídrico de fabricación casera, que se promociona como “cura” para múltiples enfermedades, incluyendo cáncer y alzheimer.

Andreas Kalcker, un hombre que se presenta como “investigador biofísico”, es uno de sus principales promotores en América Latina y España. Ha sido objeto de varias investigaciones y denuncias debido a sus tratamientos pseudocientíficos, tanto por la justicia española en 2019, como por el Colegio Oficial de Médicos de Alicante (COMA), en 2018. En enero de 2021, un fiscal federal argentino abrió una investigación penal en su contra por promover el consumo de dióxido de cloro.

En 2016, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica de Argentina (Anmat) emitió un comunicado donde recomendaba abstenerse de su consumo, ya que no había sido aprobado para su uso como fármaco y “puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones”.

Ante la aparición del SARS-CoV-2, el virus causante del covid-19, Kalcker aseguró que el dióxido de cloro prevenía y curaba la enfermedad, afirmación falsa ya verificada por la AFP. 

Durante la pandemia, autoridades sanitarias de varios países latinoamericanos advirtieron acerca de los riesgos que conlleva esa sustancia en la salud humana (1, 2, 3). La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos también publicó una advertencia contra el uso de dióxido de cloro para tratar el coronavirus, describiendo el producto como “fraudulento y nocivo”.

En Argentina, el consumo de la sustancia ha dejado víctimas fatales. De acuerdo con reportes en la prensa colombiana, hubo cinco intoxicaciones en ese país durante los primeros meses de 2021.

Nelson Varela, doctor en ciencias biomédicas y académico en medicina de la Universidad de Chile, dijo a la AFP para esta verificación que no existe ningún estudio que demuestre que la sustancia tenga efectos beneficiosos para alguna enfermedad humana, y agregó que es “tremendamente irregular” que un fármaco se prepare en casa: “Nadie puede preparar un medicamento en su casa. Para que algo sea medicamento, debe pasar por estudios clínicos”, dijo.

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Estudiantes de medicina participan en una manifestación para concienciar sobre la salud de las mujeres en Hyderabad, India, el 8 de marzo de 2022 ( AFP / Noah Seelam)

Inefectivo y contraindicado

En la base de datos PubMed de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos no hay estudios que demuestren la efectividad del dióxido de cloro en tratamientos ginecológicos. En cambio, una revisión sistemática reveló que no hay evidencia alguna de su efectividad en el tratamiento del covid-19, y hay varias investigaciones relacionadas con envenenamiento por dicha sustancia.

AFP Factual consultó a la ginecóloga argentina María Elisa Moltoni y a la gineco-obstetra de la Universidad de Chile Dominique Truan Kaplan, quienes coincidieron en que no existe ninguna evidencia científica seria que avale ese tratamiento. 

“Mucho menos para el gran número de patologías” que se mencionan en las publicaciones virales, dijo Truan Kaplan. “No existe un solo tratamiento para todas esas afecciones porque tienen múltiples causas. Los pólipos no tienen nada que ver con la micosis vaginal y nada que ver con las enfermedades de transmisión sexual”.

Moltoni coincidió: “Hay tratamientos para todas esas condiciones, tan diversas, pero serán individualizados y acorde a cada patología. No hay una medicación o un tratamiento que lo mejore todo”.

Respecto a los lavados vaginales, ambas médicas desalentaron su utilización.

“La vagina tiene la capacidad de autolimpiarse, por lo tanto nunca ha sido necesario limpiarla. De nada. Ni siquiera cuando se tiene una infección hay que hacerse lavados”, sostuvo Truan Kaplan.

“Si bien hay culturas en las que se utilizan los lavajes vaginales, estos no son recomendables, todo lo contrario”, señaló Moltoni. “La vagina no se lava y la higiene de los genitales debe ser externa, es decir, a nivel de la vulva. La vagina tiene una microbiota que debe estar en equilibrio, un pH específico para cada edad que protege de agentes patógenos y molestias vulvovaginales. Hacer lavados vaginales altera ese equilibrio, por lo cual no solemos recomendarlos para nada”.

Truan Kaplan se mostró sorprendida por que se promocionara en redes sociales una sustancia no aprobada para uso médico o ginecológico, “cuando ya hay tratamientos efectivos, probados y seguros para las distintas patologías nombradas”. Indicó, además, que la práctica podría ser peligrosa para la salud de las mujeres.

Moltoni estuvo de acuerdo en que el uso de dióxido de cloro dentro de la vagina es particularmente preocupante: “Puede provocar daños. Recordemos que la mucosa vaginal tiene poder de absorción y muchas sustancias que pongamos en la vagina también se pueden absorber al organismo”, explicó. “Estamos frente a un potencial riesgo si esa sustancia se absorbe; riesgo que, a su vez, no ha sido estudiado y que podría afectar a una mujer que haga este tipo de tratamientos”.

AFP Factual ya ha verificado desinformación relacionada con el dióxido de cloro (1, 2) y con su promotor Andreas Kalcker (1, 2).

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