No hay evidencia científica de que la vacuna contra el covid-19 cause abortos o infertilidad

La vacuna contra el covid-19 no causa úteros calcificados, abortos o infertilidad, según la evidencia científica, al contrario de lo que afirman publicaciones compartidas centenares de veces en redes sociales desde el 4 de octubre de 2022. Los contenidos se basan en un estudio que aún no ha sido avalado por la comunidad científica y que toma datos recopilados en el sistema VAERS del gobierno de Estados Unidos, al que cualquiera puede mandar reportes de salud sin que hayan sido analizados. Además, desde los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades aseguraron a la AFP que ningún estudio ha demostrado evidencia de un vínculo entre la vacunación anticovid y los abortos o infertilidad.

GINECOLOGO Confirma Post-pincho HORRORES: úteros calcificados, infertilidad y abortos espontáneos SURGE, evento de despoblación inminentemente” y “Vacunas contra COVID multiplican por mil desórdenes menstruales y anomalías fetales”, señalan entradas en Facebook (1, 2). La primera está acompañada por un video en el que el locutor Stew Peters, que suele difundir contenido en contra de las vacunas anticovid, se refiere al estudio.

Image
Captura de pantalla de una publicación de Facebook hecha el 10 de octubre de 2022

En la secuencia, Peters menciona las conclusiones de un artículo publicado en una plataforma llamada “Preprints”. En ese sitio web, que no es una revista científica, alertan de que el estudio “no está revisado por pares”. Es decir, que aún no ha sido sometido a los procedimientos estándar para evaluar la calidad e idoneidad de una publicación científica.

El estudio es pobre en varios niveles”, explicó a la AFP el virólogo Benjamin Neuman, que dirige el departamento de Ciencias Biológicas en Texas A&M University-Texarkana, donde investiga el desarrollo de medicinas para curar ciertos virus, entre ellos el covid-19. Además, señaló: “Si bien el tono de los autores parece serio, este no es un trabajo científico serio”.

Neuman también comentó que ninguno de los autores mencionados en el documento “tiene una afiliación académica u hospitalaria, ni se puede decir con certeza que tenga una formación científica”. “El único doctor aparece en los agradecimientos, en lugar de en la lista de autores. No es que la ciencia sea un club exclusivo, sino que es una habilidad que lleva muchos años desarrollar”, añadió.

Para el experto, la clave de un buen análisis es “probar suposiciones importantes y construir suficientes controles en el análisis para dar un resultado razonablemente seguro”. “Ese no es el caso aquí: los autores parecen tener una agenda y se dirigen directamente a ella. En el análisis estadístico se debe separar lo significativo de la coincidencia, la correlación de la causalidad”, sostuvo.

Entre los “errores básicos” que encontró Neuman en el artículo citado está que el análisis tiene datos elegidos a conveniencia de los autores, incluido el hecho de que no especifica qué rango etario abarca el término “en edad de tener hijos”. “Las referencias son una larga lista de pseudociencia desacreditada”, aclaró.

Un artículo basado en datos que cualquiera puede enviar

El reporte está basado en datos enviados por personas al Sistema de Notificación de Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), un programa del gobierno de Estados Unidos dependiente de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) al que, como se explica en su página web, “cualquiera puede enviar un informe”.

De hecho, VAERS pide que se avise de los efectos adversos que se sufrieron tras recibir una vacuna “incluso si no está seguro de si la vacuna causó el evento adverso”. Este servicio no solo funciona para las vacunas contra el covid-19, sino para todo tipo de inyecciones. De hecho, el artículo mencionado utiliza datos del programa de los supuestos efectos de la vacuna contra la influenza para compararlos con los de la anticovid.

Los propios autores reconocen en la sección “limitaciones” del estudio que desconocen los factores relativos al bajo nivel de reportes de efectos adversos de la vacuna contra la influenza en comparación a los enviados en relación a la inyección contra el covid-19.

Neuman señaló que “los datos de la vacuna contra la gripe son muy defectuosos” y que “por alguna razón se reportó un número inusualmente bajo [de efectos adversos por la vacuna contra la influenza]”. Explicó que “si se compara un conjunto de datos normal con un conjunto de datos que informa erróneamente de que no hay problemas, se verá una gran diferencia. Eso no significa que la diferencia sea real o que la vacuna contra el covid haya causado la diferencia”.

Además, en la comparación entre los supuestos efectos derivados de la vacuna anticovid y los de la vacuna contra la influenza, el experto señaló la discrepancia que existe al comparar grupos de edades diferentes: “La idea es que las dos poblaciones que se comparan deben ser lo más similares posibles entre sí, en todos los sentidos, excepto en lo que se está probando”.

Sin embargo, la vacuna contra la gripe se distribuye en Estados Unidos, según explica Neuman, a personas o muy mayores o muy jóvenes, es decir a “la población por encima de 65 años y por debajo de 12 años, que son quienes reciben el 70% de las inyecciones”, mientras que para la vacuna anticovid se le inyectó “a casi todo el mundo, por lo que ya se está comparando una pequeña parte de la población con la mayoría”.

Image
Un trabajador de la salud administra una dosis de la vacuna contra el covid-19 a una mujer embarazada en el este de Londres, el 25 de diciembre de 2021 ( AFP / Justin Tallis)

En el caso del covid-19, VAERS solo hace seguimiento de los informes clasificados como graves, de los que intenta obtener registros médicos. Estos eventos graves son muerte, un evento adverso potencialmente mortal, incapacidad persistente, hospitalización o prolongación de una hospitalización existente y anomalía congénita. Sin embargo, no se menciona la infertilidad, útero calcificado o aborto.

Además, el sistema advierte: “Si bien son muy importantes para monitorear la seguridad de las vacunas, los informes VAERS por sí solos no se pueden usar para determinar si una vacuna causó o contribuyó a un evento adverso o una enfermedad”.

Como ya ha explicado la AFP, las estadísticas de VAERS se han citado incorrectamente en distintas ocasiones en redes sociales. Por ejemplo, en abril de 2021 se usaron como evidencia de que las vacunas contra el covid-19 estaban causando miles de muertes —una afirmación que no está respaldada por las investigaciones de las autoridades sanitarias de Estados Unidos— y en febrero de ese mismo año se aseguró que causaba abortos, algo que no está demostrado.

Los estudios no muestran relación de la vacuna con estos problemas

Una de las consecuencias de la vacuna anticovid que señalan las publicaciones es que causa abortos espontáneos. La secretaría de comunicación de los CDC comentó a AFP Factual que “ningún dato ha demostrado evidencia de una asociación causal de la vacunación contra el covid-19 durante el embarazo con el aborto espontáneo”. Numerosos estudios publicados en revistas científicas y en los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) llegan a esa misma conclusión (1, 2, 3).

Según la Clínica Mayo, el aborto espontáneo “es una experiencia relativamente común” y ocurre en alrededor del 10% al 20% de los embarazos conocidos. “Es probable que la cifra real sea mayor porque muchos abortos espontáneos ocurren muy temprano en un embarazo, incluso antes de que se sepa que hay un embarazo”, añade.

Lo mismo comentó Neuman, que señaló que “la triste realidad es que tener bebés a veces puede ser difícil”. “Abortos espontáneos, defectos de nacimiento y todo tipo de cosas terribles suceden todos los días. Por mucho que busquemos atribuir un significado o una causa a la tragedia, a menudo es imposible, y eso es desgarrador”, explicó.

De lo que sí existe evidencia acumulada, explicaron en los CDC, es de “un mayor riesgo de embarazos deficientes y consecuencias para los niños en las personas que se contagian de coronavirus durante el embarazo”. Entre ellos casos de nacimientos de niños fallecidos y partos prematuros.

En cuanto a la infertilidad, los CDC señalaron a la AFP que “no hay evidencia de que ninguna vacuna, incluidas las vacunas contra el covid-19, causen problemas de fertilidad”.

Sobre el resto de afirmaciones del articulo mencionado en las publicaciones virales y los efectos de la vacuna en general, la ginecóloga chilena Dominique Truan explicó a AFP Factual que los resultados en las embarazadas eran “iguales que en la prepandemia” luego de recibir la inyección, mientras que aquellas que se contagiaban de covid, sufrían en algunos casos “muerte materna, fetal, parto prematuros, etc”.

En ese sentido y haciendo referencia a los supuestos úteros calcificados, una condición que provoca la degeneración de los fibromas del útero que ocurre normalmente tras la menopausia, y las anomalías fetales, Neuman añadió que otros estudios “más grandes y controlados analizaron los datos de VAERS y no informaron estos problemas”. “No hay evidencia de que ninguno de estos problemas esté asociado con la vacunación contra el covid o cualquier otra vacuna”, comentó.

AFP Factual ha abierto un canal de comunicación con sus lectores hispanohablantes en Estados Unidos. Si tienes una consulta sobre contenido sospechoso, puedes escribirnos a esta línea de WhatsApp.

¿Duda sobre la veracidad de una información, una foto o un video?

Contáctenos