Desde 1997, los nuevos trabajadores en México tienen pensión a través del ahorro individual

La placa que incluye la bandera de México y los logos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) se ha viralizado desde enero pasado en Facebook (1, 2, 3). Pero el mismo texto con otro formato circula al menos desde mayo de 2018 (1, 2, 3).

El contenido ha vuelto a circular previo a las elecciones legislativas intermedias que se celebrarán el 6 de junio. Para los comicios, los tres principales partidos opositores (el PAN, el PRI y el Partido de la Revolución Democrática, PRD) lanzaron una coalición para enfrentar a la alianza que lidera el presidente Andrés Manuel López Obrador y que domina el Congreso bicameral.

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Captura de pantalla realizada el 29 de abril de una publicación en Facebook 

En México, las pensiones están regidas por diferentes leyes que dan lugar a múltiples sistemas de pensión según la institución de seguridad social del afiliado o de su lugar de trabajo. 

La norma citada en las publicaciones virales es la Ley del Seguro Social (LSS), referente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que brinda atención en salud y protección social a la mayoría de los trabajadores formales en México.

Bajo esa ley, hay dos regímenes que coexisten para tener una pensión a partir de los 60 años: el de solidaridad generacional, para trabajadores contratados antes de 1997, pagado por el Estado, y el que se instauró a partir de ese año basado en cuentas de ahorro individual, administradas por instituciones financieras privadas denominadas AFORE (Administradora de Fondos para el Retiro). 

La reforma de 1997

El nuevo sistema de pensiones en México entró en vigor el 1 de julio de 1997. El cambio fue propuesto por el entonces presidente priista Ernesto Zedillo (1994-2000) y avalado por el Congreso, de mayoría priista y panista, por medio de la Ley de los Sistemas de Ahorro (LSAR) y modificaciones a la Ley de Seguridad Social (LSS), entre otras.

“Antes de 1997 solo había un sistema que se llamaba sistema de solidaridad generacional en el que los trabajadores activos; es decir, los jóvenes, contribuían a las pensiones de las personas retiradas”, explicó a AFP Factual Mauricio Ramírez, economista especializado en Desarrollo Económico y profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.

Ese sistema, conocido ahora como régimen 73, consistía en una renta vitalicia para las personas que cumplieran al menos 500 semanas trabajadas, unos 10 años de actividad, y era calculada con base al salario promedio de los últimos cinco años antes del retiro.
 

Ramírez señaló que ese modelo era sustentable si se cumplían dos condiciones en el país: crecimiento poblacional y una mayor productividad en el mercado laboral. 

Sin embargo, el especialista dijo que hacia fines del siglo XX no se dieron esas condiciones y “las contribuciones hacia las personas retiradas ya no eran tan altas para mantener a una población vieja”. Por eso, el gobierno decidió mantener ese régimen para los trabajadores que ya estaban registrados en el sistema de pensiones y orientó a los nuevos a ahorrar para su retiro en cuentas individuales, explicó el economista.

“No es que [actualmente] no haya pensiones, sí hay pensiones, cada nuevo trabajador está con una cuenta individualizada”, concluyó Ramírez sobre el mensaje viralizado.

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Un trabajador de una fábrica de refacciones para camiones en San Luis Potosí, México, el 27 de mayo de 2020 (Mauricio Palacios / AFP) 

Tres modalidades para nuevos trabajadores

Con el cambio de 1997, los nuevos trabajadores ya no entran en el sistema de renta vitalicia del Estado que fue sustituido por tres modalidades que implican la participación de una privada Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE).  

La primera modalidad es una pensión vitalicia donde el monto es pagado por una aseguradora según lo ahorrado en la cuenta AFORE. La segunda, un retiro programado en el cual el dinero ahorrado es devuelto por la AFORE hasta que se agoten los fondos, y “si se acaban, ya no se recibe pensión”, explicó Enrique Díaz-Infante, director del sector financiero y seguridad social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). La tercera consiste en una pensión mínima otorgada cuando el monto en la cuenta individual es muy bajo y entonces el gobierno colabora con una parte.

Todas las modalidades dependen del saldo acumulado en la cuenta AFORE y de que se cumpla con un número mínimo determinado de semanas trabajadas, 750 en 2021, unos 14 años de actividad. En caso de no cumplirlas, la institución financiera está obligada a devolver el dinero ahorrado en un solo pago.

Díaz-Infante, del CEEY, indicó que con “ese régimen es más complicado acceder a una pensión que con el modelo antiguo”. 

Para el especialista, este nuevo régimen “fue extraordinario para darle viabilidad al sistema de pensiones (...) ya que veníamos de una crisis en 1995 y al país se le habían cerrado las fuentes de crédito”. Sin embargo, cuestionó que no se haya contemplado que los aportes de muchos nuevos trabajadores son muy bajos y las semanas cotizadas son difíciles de alcanzar. “No hay que perder de vista el mercado laboral poroso, en el que las personas entran y salen de la informalidad”, concluyó. 

El 1 de enero de 2021, entró en vigor una nueva modificación al régimen 97 para que un mayor número de personas acceda a una pensión con menos años trabajados y para aumentar los aportes de los empleadores a las cuentas de ahorro de sus trabajadores en los años próximos.

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