La inscripción en cajas de tapabocas no prueba que sean inútiles para frenar la propagación de covid-19

Publicaciones compartidas más de 1.100 veces en redes sociales desde principios de julio sugieren que la inscripción impresa en las cajas de mascarillas descartables acerca de que no proveen protección contra los virus es la prueba de que su uso durante la pandemia es inútil. No obstante, la función de los tapabocas es ayudar a limitar el contagio, lo que se consigue en tanto más personas los utilizan, junto con la aplicación de otras medidas recomendadas por entidades sanitarias.

 

“Podemos empezar a llamarlo oficialmente BOZAL? Porque para el covid NO SIRVE!!!”, se lee en una de las publicaciones en Facebook (1, 2, 3) que cuestionan la política sanitaria de utilizar tapabocas e incluyen la fotografía de una caja de mascarillas en la que puede leerse en inglés: "No brindará protección contra el COVID-19 (coronavirus) u otros virus o contaminantes".

“Las máscaras son una estupidez, despierten!”, dice otra publicación. “La etiqueta de advertencia de la caja de las mascarillas dice: ‘ESTE PRODUCTO NO!! ES UN RESPIRADOR Y NO PROVEE NINGUNA PROTECCIÓN EN CONTRA DE COVID-19’”.

Afirmaciones similares también circularon en Twitter (1, 2), y en entradas en inglés y francés.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook realizada el 6 de octubre de 2020 

Los mensajes virales confunden la función de las mascarillas, alegando que es la de “proveer protección contra el covid-19”. En realidad su función es la de limitar la exposición de los demás a un virus que el usuario de la mascarilla podría portar, y su eficacia durante la pandemia aumenta en tanto más personas las utilicen.

Proteger a los demás

“Es muy importante recordar que las mascarillas se inventaron primariamente en salud para evitar la infección desde el personal de salud hacia el paciente. Por ejemplo si estamos en presencia de un paciente inmunosuprimido, nosotros debemos evitar el contacto de nuestros gérmenes con él”, dijo a AFP Factual la médica broncopulmonar Carolina Herrera, expresidenta de la Sociedad Chilena de Enfermedades Respiratorias.

“El etiquetado de esta caja de mascarillas es correcto”, agregó, refiriéndose a la publicación viral. “Nadie ha afirmado que algún tipo de mascarilla evite la enfermedad por covid-19. Lo que sí hacen las mascarillas es disminuir la carga viral directa a la vía aérea de otra persona”.

"La idea de usar este tipo de cubrebocas es principalmente proteger a los demás de nuestras partículas exhaladas", dijo a la AFP Michaël Rochoy, médico de cabecera en Outreau (Pas-de-Calais, norte de Francia) y miembro del colectivo Stop Postillons. “Las máscaras permiten retener las gotitas del portador”, explicó.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos recomiendan asimismo el uso de cubrebocas ya que “podría ayudar a evitar que quienes tienen covid-19 propaguen el virus a otras personas”.

“Las mascarillas están recomendadas por ser una simple barrera que ayuda a evitar que las gotitas respiratorias viajen por el aire hasta otras personas cuando las personas que usan las mascarillas tosen, estornudan, hablan o alzan la voz. A esto se le llama control de fuentes de infección”.

En un comunicado elaborado por el personal sanitario de la Clínica Mayo de Estados Unidos,respecto del uso de tapabocas, se lee: “Pedirles a todos que se pongan mascarillas puede ayudar a reducir la transmisión del virus por gente que tiene covid-19, pero no lo sabe”.

Los CDC también señalan que, a causa de la transmisión asintomática, es importante que todas las personas usen mascarilla en entornos públicos y respeten el distanciamiento social, de seis pies o 1,80 metros.

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Efectivo, pero no suficiente

"El tapabocas no es suficiente por sí mismo”, dijo Rochoy a la AFP. “Es una de las principales medidas de contención junto con el distanciamiento social y las precauciones de higiene, como lavarse las manos con regularidad".

"El uso de un tapabocas no sustituye el distanciamiento social y la ventilación de los ambientes", dijo a la AFP Patrick Remington, ex epidemiólogo de los CDC y director del Programa de residencia en medicina preventiva en la Universidad de Wisconsin-Madison.

La infectóloga argentina Florencia Cahn, miembro de la Comisión Directiva de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, está de acuerdo: “Hay bastantes evidencias de que en ambientes cerrados y poco ventilados, las pequeñas gotículas del virus pueden quedar flotando en el aire. Por ello se recomienda ventilar ambientes al menos cinco minutos por hora, y usar tapabocas cuando vamos a estar a menos de un metro y medio de distancia de otras personas”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que el uso de mascarillas debe formar parte de una estrategia integral de prevención del covid-19, ya que por sí solo “no basta para proporcionar un nivel adecuado de protección” contra la enfermedad. Las otras recomendaciones incluyen “mantener una distancia física mínima de un metro con otras personas, lavarse las manos frecuentemente y evitar tocarse la cara y la mascarilla”.

En un artículo publicado el 6 de octubre en la revista Nature se explica que desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad se han acumulado cada vez más pruebas en favor del uso de mascarillas, si bien se reconoce que no son infalibles para prevenir la enfermedad por SARS-CoV-2.

En Latinoamérica se ha decretado el uso obligatorio de mascarillas en determinadas circunstancias y lugares en países como Chile, Argentina, Uruguay, Colombia y Brasil.

En México no se ha dictado como una obligación desde el gobierno, aunque el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, recomendó usarlas. En España, el gobierno estableció el uso obligatorio de mascarillas en los espacios públicos en los que no se pueda llevar a cabo el distanciamiento social de un metro y medio como mínimo, en espacios cerrados y en transporte de viajeros.

En resumen, es falso que la inscripción en las cajas de mascarillas de uso general, en las que se afirma que no protegen contra el coronavirus, demuestre que no sirven y que, por lo tanto, las políticas sanitarias que recomiendan o imponen su uso se basan en supuestos falaces. El objetivo de las mascarillas es reducir el contagio al limitar la transmisión de gotículas del virus por parte de portadores o posibles portadores, y su efectividad aumenta en tanto más personas las utilizan, junto con la incorporación de otras medidas de prevención.

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