Es falso que las vacunas contra la gripe “dificulten la oxigenación”

  • Publicado el 24 de mayo de 2024 a las 19:48
  • Modificado el 24 de mayo de 2024 a las 19:57
  • 6 minutos de lectura
  • Por Ezzio RAMOS, AFP Perú
Es falso que la hemaglutinina en las vacunas contra la influenza produzca coagulaciones y dificulte la oxigenación, como asegura la médica María Eugenia Barrientos en un audio que circula desde 2021. Según el contenido, que ha vuelto a compartirse en mayo de 2024, la vacunación anual, y no el virus, sería la responsable de las muertes por esta enfermedad. Expertos consultados por la AFP descartaron las versiones de Barrientos, quien ha publicado contenidos desinformativos desde la pandemia de covid-19, y confirmaron que la hemaglutinina en las vacunas contribuye a la producción de anticuerpos.

“La vacuna de influenza, ejemplo, Fluarix Tetra, por orden de la OMS se le agrega hemaglutinina”, se oye decir a la médica María Eugenia Barrientos en una grabación difundida en Facebook (1, 2, 3) y WhatsApp. 

Según el audio, cuyos primeros registros son de 2021, la hemaglutinina es una sustancia proteica que “aglutina los glóbulos rojos”, lo que hace que el paciente “coagule” más rápidamente, “complicándole la oxigenación”.

Barrientos desaconseja vacunarse contra la influenza, alegando que, a causa de las inmunizaciones, mucha “gente muere anualmente de neumonía por influenza”, supuestamente debido a complicaciones por “neumonía bacteriana”.

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Captura realizada el 24 de mayo de 2024 de una publicación en Facebook

María Eugenia Barrientos es una médica salvadoreña que durante la pandemia de covid-19 difundió información falsa sobre el SARS-CoV-2 y las vacunas. Sus declaraciones acerca de que la variante Delta surgió “después” de la vacunación, y que los virus necesitaban “años para mutar” fueron verificadas como falsas por AFP Factual (1, 2).

¿Qué es la hemaglutinina?

La hemaglutinina (HA) es una glucoproteína que, junto con la neuraminidasa (NA), está presente en la superficie del virus de la influenza. David Evans, virólogo y profesor del Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Alberta, Canadá, dijo a la AFP el 16 de mayo de 2024 que esta proteína “ayuda al virus a unirse a los azúcares en la superficie celular y luego infectar esas células”

El especialista detalló que la hemaglutinina “debe su nombre al hecho de que si se mezcla la cantidad correcta de virus infeccioso (y se necesita bastante) con la cantidad justa de glóbulos rojos, el virus puede unir varios glóbulos rojos en un grupo de células: aglutinarlos”.

La reacción, conocida como hemaglutinación, “es bloqueada por anticuerpos contra la HA, que recubren la partícula del virus y evitan que se adhiera a las células”

Por esta razón, la hemaglutinina es también uno de los componentes de las vacunas contra la influenza. “Es un antígeno importante y se quiere generar anticuerpos contra ella”, señaló Evans.

Alice S. Huang, viróloga y profesora asociada senior en Biología en el Instituto de Tecnología de California (Caltech), explicó a AFP Factual que estas vacunas necesitan “partes de la estructura de la hemaglutinina para provocar la producción de anticuerpos contra la hemaglutinina viral”.

De este modo, indicó, “el anticuerpo neutralizará cualquier virus vivo desafiante y así protegerá al individuo vacunado de la infección”.

La hemaglutinina en las vacunas es segura

En el mensaje viral, Barrientos afirma que la hemaglutinina incluida en las vacunas causaría, en caso de infección, una “coagulación de capilares” y complicaría la oxigenación del paciente. 

Para observar ese tipo de efectos, explicó Evans, “tendrías que tener muchos virus replegándose y circulando en la sangre (viremia)”. Sin embargo, aclaró que esto no ocurriría en las personas debidamente vacunadas, dado que los anticuerpos “bloquearían” la aglutinación mediada por la HA.

Además, la viróloga Alice Huang detalló que la hemaglutinina de las vacunas “está inactivada”, ya que forma parte de la “influenza muerta” que se utiliza generalmente en las inmunizaciones de virus inactivado. “La hemaglutinina muerta no puede provocar la coagulación ni interferir con la oxigenación”, añadió.

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Vacuna contra la gripe Vaxigrip Tetra en un laboratorio de la compañía farmacéutica francesa Sanofi en Val-de-Reuil, Francia, el 5 de septiembre de 2022 (AFP / Lou BENOIST)

Requerimiento de la OMS

Al inicio de la grabación, Barrientos señala que, “por orden” de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las vacunas contra la gripe estacional deben contener hemaglutinina. 

La OMS desarrolló por primera vez recomendaciones para la producción y el control de calidad de las vacunas inactivadas contra la influenza en 1967 y para las vacunas de virus atenuado en 1979. 

Una revisión de las versiones más actuales de ambos requerimientos (1, 2) evidenció que, en efecto, la hemaglutinina es uno de los principales insumos recomendados para la producción de estas vacunas.

“Las vacunas inactivadas contra la influenza, que funcionan principalmente induciendo anticuerpos IgG específicos para las hemaglutininas del virus de la influenza, tienen un largo y sólido historial de uso”, reza uno de los documentos.

Tras una búsqueda en Google, se halló que la vacuna Fluarix Tetra, tomada como ejemplo en la grabación viral, contiene hemaglutinina entre sus componentes.

La vacuna no causa neumonía

Barrientos también postula que, por los motivos expuestos, la vacunación es la razón por la que mueren personas cada año “de neumonía por influenza”, la que se complicaría por “neumonía bacteriana: las influenzas dan neumonitis y las bacterias, neumonía”, dice.

En principio, los expertos consultados por AFP Factual coincidieron en que la neumonitis, que consiste en la inflamación de los pulmones, sí puede ser causada por influenza. 

“La inflamación es un efecto secundario de la respuesta inmune al virus y es inducida por el cuerpo en un esfuerzo por eliminar la infección”, detalló el virólogo David Evans. Esto, a su vez, puede provocar neumonía e incluso “causar daño pulmonar permanente”.

De acuerdo con Alice Huang, la neumonía por influenza ocurre cuando el virus “destruye el revestimiento del tracto respiratorio superior”, de modo que la defensa del pulmón frente a las infecciones bacterianas disminuye. “Las bacterias son la causa directa de la mayoría de las neumonías”, puntualizó.

No obstante, ambos especialistas descartaron que la neumonía pueda ser causada por las vacunas contra el virus, como sugirió Barrientos.

Al contrario, explicó Evans, la vacunación facilita que el cuerpo elimine rápidamente una infección, antes de que la influenza se propague y desencadene estos efectos.  

A su vez, Huang precisó que los virus presentes en la vacuna generalmente no están “vivos”, y la inmunización “por sí sola no puede causar neumonía”.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, por su parte, han recopilado diversas investigaciones sobre los beneficios de las vacunas contra la influenza para reducir las hospitalizaciones y otras complicaciones por la enfermedad.

Mutación del virus de la influenza

Barrientos asegura también que “no es verdad” que las mutaciones del virus de la influenza lo hagan empeorar cada año, sino que “le quitan fortaleza”. Los virólogos consultados precisaron que las dos opciones son posibles.

“Las mutaciones no siempre hacen que el virus de la influenza sea más severo o menos fuerte; pueden suceder ambas cosas”, explicó Huang. Evans coincidió en este punto; sin embargo, precisó que la “gran mayoría de los cambios de secuencia aleatorios son neutrales o debilitan el virus”, aunque algunas mutaciones pueden modificar la virulencia o la transmisibilidad.

Asimismo, la razón por la que se recomienda la vacunación anual no es arbitraria. En 2021, Alejandro Videla, jefe de Neumonología del Hospital Austral, Argentina, dijo a AFP Factual que esto ocurre porque la deriva antigénica del virus de la influenza produce cambios más radicales.

La deriva o variación antigénica consiste en pequeñas mutaciones en los genes del virus que pueden provocar cambios en la hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA), presentes en la superficie del virus. Al acumularse estos cambios, los anticuerpos de las personas pueden no reconocer el virus y estar menos protegidos para combatir la influenza. Por eso, según explican los CDC de Estados Unidos, la composición de las vacunas se analiza cada año y se actualiza según sea necesario. 

Referencias

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