Un trabajador cerca del estadio Lusail, al norte de Doha, en las construcciones previas al Mundial de fútbol Catar-2022 ( AFP / Giuseppe Cacace)

Por qué es difícil cuantificar el número de obreros muertos en las obras del Mundial de Catar

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 2 de diciembre de 2022 a las 18:11
  • Modificado el 2 de diciembre de 2022 a las 18:19
  • 13 minutos de lectura
  • Por Alexis ORSINI, AFP Francia
  • Traducción y adaptación: Natalia SANGUINO
Las autoridades de Catar, criticadas por las condiciones de trabajo de los inmigrantes que construyeron la infraestructura del Mundial de fútbol de 2022, han afirmado que solo tres operarios murieron en esas obras entre 2014 y 2021. Desde febrero de 2021 miles de usuarios en redes sociales afirman que fueron 6.500 los obreros extranjeros fallecidos. Pero la cifra, tomada de una nota de The Guardian, fue malinterpretada, ya que no necesariamente son migrantes muertos en las obras y el medio reunió los decesos entre 2010 y 2020 de ciudadanos de sólo cinco países asiáticos. El cálculo exacto de fallecidos es complicado, pero los expertos estiman que son “miles”.

¿Cuántos trabajadores extranjeros perdieron la vida en Catar desde que el emirato comenzó, hace diez años, a construir la infraestructura necesaria para celebrar el Mundial de fútbol? Esta pregunta surge desde los medios de comunicación y las redes sociales (con publicaciones en Facebook, Twitter e Instagram). Varias oenegés han denunciado las condiciones de trabajo extremas de esos trabajadores y las críticas han aumentado tras comenzar el campeonato mundial.

Las autoridades cataríes han respondido con un contundente desmentido y han hablado de “calumnia” y “racismo” para referirse a las denuncias, además de amenazar con acciones judiciales.

El catarí Supremo Comité de Entrega y Legado, organizador local del torneo, señaló en mayo de 2022 que se habían hecho “mejoras importantes en las condiciones de alojamiento, regulaciones de salud y seguridad” para los trabajadores. Catar aseguraba que había “trabajado incansablemente” con grupos internacionales por los derechos de los trabajadores en los estadios.

Los principales cálculos sobre la cifra de fallecidos muestran grandes disparidades, lo que hace muy complicado arrojar una cifra exacta, destacó el periodista francés Quentin Muller en declaraciones a la AFP. Muller, especializado en la Península Arábiga y coautor del ensayo de investigación “Los esclavos del hombre-petróleo”, dijo: “Hasta la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que trabaja mano a mano con Catar, reconoció que era muy difícil obtener estadísticas concluyentes sobre los accidentes laborales ocurridos en las obras”.

Pese a todo, hay dos cifras que aparecen de forma habitual: los más de 6.500 ciudadanos extranjeros muertos en Catar entre 2010 y 2020, que salen de un artículo del diario británico The Guardian, y el de tres trabajadores muertos durante su labor en las obras, que surge del comité organizador del mundial. Pero ambos valores deben ser contextualizados.

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Obreros trabajan en andamios para la construcción del estadio internacional Khalifa, en Doha, el 18 de noviembre de 2018 ( AFP / -)

Números diametralmente opuestos

The Guardian explicaba en su artículo de febrero de 2021 que su recuento suma el número de ciudadanos de India, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka muertos en Catar en el período de 2011 a 2020 y los de Pakistán entre 2010 y 2020. Los datos fueron recopilados con las autoridades sanitarias de Catar y diferentes instituciones de esos cinco países, principalmente sus embajadas locales en Doha.

“El número total de muertos es mucho mayor, esas cifras no incluyen las muertes de varios países que proveen de una importante cantidad de mano de obra a Catar, como Filipinas y Kenia”, detalla el medio británico. Los migrantes suponen más del 80% de los 2,8 millones de habitantes de Catar. Tampoco se incluyen las cifras de fallecidos de los últimos meses de 2020, dice el artículo.

Las 6.751 muertes registradas por The Guardian incluyen todos los ciudadanos de India, Nepal, Bangladesh, Sri Lanka y Pakistán fallecidos en Catar durante los períodos señalados, pero no el número específico de trabajadores que murieron en las obras. “Esos números de mortalidad son generales: un ciudadano de Sri Lanka que murió atropellado por un automóvil en la calle puede estar incluido ahí”, destacó Quentin Muller.

El comité organizador del Mundial, por su parte, publica desde 2015 un informe anual sobre la “salud de los trabajadores”. Según su recuento de 2021, tres obreros murieron en accidente laboral en obras directamente relacionadas con el Mundial: dos en el estadio Al Wakrah, en octubre de 2016 y en agosto de 2018, y un tercero en el estadio Khalifa en enero de 2017.

Aparte de esos informes, el comité contabiliza hasta noviembre de 2022 otras 37 muertes entre abril de 2015 y diciembre de 2021, clasificadas como “muertes no relacionadas con el trabajo” y en las que se incluyen las ocurridas a trabajadores que fueron hallados sin vida en sus alojamientos o en el hospital por un problema médico acaecido fuera de su horario laboral.

Sin embargo, en la lista también se incluyen muertes de trabajadores en el interior de los estadios y que no fueron contabilizadas como las relacionadas con las obras. Ese es el caso de un hombre indio de 46 años, que el 27 de abril de 2016“se desmayó en el túnel de vestuarios de uno de los estadios en construcción cuando trabajaba con acero” y que falleció después en el hospital de “una parada cardiaca provocada por una grave insuficiencia respiratoria”.

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Captura de pantalla de la página 41 (22 en el documento PDF) del informe de 2021 del comité organizador del Mundial sobre la “salud de los trabajadores”, realizada el 30 de noviembre de 2022

Muertes por “causas naturales”

Esta “causa natural” para explicar fallecimientos aparece habitualmente en los informes cataríes, lo cual es un problema, destacó a la AFP Lola Schulmann, encargada de defensa de derechos humanos en Amnistía Internacional Francia : “Según nuestras observaciones en su momento, 18 de las 33 muertes registradas no contenían información sobre las causas de los fallecimientos. En su lugar, se indicaba un problema respiratorio o una ‘causa natural’, lo que apunta que no hubo investigación adecuada por las autoridades para identificar las causas de la muerte y, por tanto, una posible relación con las condiciones de trabajo y los fallecimientos”.

Como observó en un informe de Amnistía Internacional de agosto de 2021 el doctor David Bailey, patólogo y miembro del Grupo de Trabajo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la certificación de fallecimientos, “no deberían aparecer” tales menciones “en un certificado de defunción sin precisar más la causa fundamental”.

“Al final todo el mundo muere por una insuficiencia respiratoria o cardíaca, y estas frases no tienen sentido sin explicación de qué causó la insuficiencia. ‘Causas naturales’ no es una explicación suficiente”, apuntaba el especialista en el documento citado. Un estudio publicado en junio de 2019 por la revista científica Cardiology destacó la “fuerte correlación” entre las temperaturas elevadas de Catar y los accidentes cardiovasculares de los obreros nepalíes, probablemente debido a “un estrés térmico importante”.

Amnistía Internacional lamenta en el informe que las autoridades de Catar no hubiesen aportado el número de investigaciones realizadas sobre las muertes de los trabajadores inmigrantes registradas desde 2010. Las autoridades alegaron que se habían enfrentado a varios obstáculos, incluyendo la oposición de algunas familias de los fallecidos a que se les realizaran autopsias “por razones culturales”. “Sin embargo, a ninguna de las familias entrevistadas por Amnistía Internacional se les había preguntado [por parte de Catar] si deseaban que se llevara a cabo una autopsia para determinar la causa de la muerte”.

Esto acarrea consecuencias para los familiares, como subrayó Schulmann: “Desde el momento en que no hay una responsabilidad identificada, no hay indemnización para las familias. Algunas incluso se ven obligadas a endeudarse para repatriar el cuerpo de su familiar”.

“Causa desconocida” y “dolencias cardiovasculares”

La imprecisión sobre las causas de decesos de los trabajadores se ve también, de forma global, en las estadísticas oficiales de Catar sobre las muertes anuales contabilizadas en el país. Vital Signs, coalición de oenegés en defensa de los derechos de los migrantes que trabajan en el país del golfo Pérsico, destacó en un informe publicado en marzo de 2022, que el número de inmigrantes fallecidos por una “causa desconocida” cayó de forma drástica desde 2016, mientras que las muertes por “dolencias cardiovasculares” aumentaron mucho.

“En 2015, 376 personas no cataríes de todas las edades murieron por causas desconocidas, un número que bajó a 82 en 2016. Por el contrario, las cifras equivalentes para las enfermedades circulatorias aumentaron de 221 en 2015 a 464 en 2016”, dice el documento de Vital Signs, que añade: “A menos que las autoridades de Catar hayan cambiado considerablemente la forma de investigar la muerte de los migrantes (y nada indica que ese sea el caso), parece probable que el número de trabajadores inmigrantes en la categoría de muertes causadas por una ‘dolencia cardiovascular’ encubre el hecho de que la causa de sus fallecimientos sigue siendo desconocida en la mayor parte de los casos”.

El artículo citado de The Guardian apuntó que el 69% de las muertes de ciudadanos de India, Nepal y Bangladesh, según su investigación, fueron atribuidas a “causas naturales”.

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Trabajadores en la construcción del estadio Khalifa, en Doha, en un andamio, el 18 de noviembre de 2018 ( AFP / -)

La OIT registró 50 muertos y 500 heridos graves en 2020

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó en 2021 un balance que contabilizaba, en Catar y en 2020, 50 muertos y 500 heridos graves entre “trabajadores” en el “contexto de su trabajo”, siendo la mayoría de las víctimas ciudadanos originarios de “Bangladesh, India y Nepal”.

Los números son contextualizados por la propia OIT en el documento, que destaca “lagunas en la recolección de estos datos y las diferencias en la forma en que los múltiples ministerios e instituciones clasifican las lesiones y las muertes relacionadas con el trabajo”, lo que explica por qué “aún no es posible presentar un número categórico sobre la cantidad de accidentes de trabajo letales en el país”.

Contactada por la AFP, la OIT recordó que “el número de operarios presentes en las instalaciones del Comité Ejecutivo era de 32.000 en el auge [de la construcción], o sea, menos del 2% de la fuerza de trabajo total del país”, un argumento compartido por las autoridades de Catar, cuyas estadísticas se enfocan en la fuerza de trabajo concentrada en los ocho estadios de la competición, de los que siete fueron construidos desde cero y el último ya existía y fue reformado para el evento.

Por su parte, la OIT reconoce otra forma de abordar el cálculo, que consiste en considerar “todas las infraestructuras vinculadas al desarrollo del país” como “relacionadas con el Mundial”. Esa visión de conjunto, según Quentin Muller, sería más pertinente: “Los estadios están lejos de ser las únicas obras realizadas para el Mundial, podemos también citar la ampliación del aeropuerto, la creación del metro…”

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Carreteras recién pintadas en Doha, capital de Catar, el 3 de septiembre de 2019. Catar cambió la pintura del asfalto para intentar bajar la temperatura de la superficie, dado que el calor del país era una preocupación de cara al Mundial de fútbol ( AFP / -)

Unas condiciones de trabajo que hacían el descanso “casi imposible”

“Debemos dejar de considerar que los metros, hoteles, etc. no fueron construidos para la Copa del Mundo, como hace Catar”, dijo a la AFP la abogada Marie-Laure Guislain, una de las encargadas de redactar las denuncias contra el grupo empresarial Vinci —a cargo de infraestructuras y obras urbanas en el emirato— desde la asociación Sherpa, encargada de actividades jurídicas centrada en el medioambiente y los derechos humanos. Las denuncias, realizadas en 2015 y 2018, eran por la “reducción de la servidumbre y el trabajo forzoso” de los empleados migrantes de Vinci y sus empresas filiales, implicadas en la construcción de infraestructuras para el Mundial.

Guislain detalló las observaciones que hizo durante su investigación en Catar en 2014, que le permitió “ir a las obras, recopilar testimonios de los trabajadores” y formar parte de una delegación de la Asociación Internacional de Trabajadores de la Construcción y de la Madera (ICM).

“Vi a trabajadores esperando su almuerzo bajo el sol durante su tiempo de descanso. Tenían tres horas de transporte por día desde su alojamiento para obreros de la construcción, levantándose a las 4h30 y volviendo después de las 19h00. A eso se sumaban unas condiciones en las que es casi imposible descansar porque eran a menudo ocho personas en una habitación, en literas, en condiciones de alojamiento incompatibles con la dignidad humana, incluso incompatibles con las leyes cataríes. Los trabajadores nos contaban que tenían mucho miedo de acabar como los compañeros que habían ‘caído alrededor de ellos’ sin saber por qué”, precisó la abogada.

Guislain recordó, además, que se podrían haber adoptado previamente medidas para dar mejores condiciones y más seguridad a los trabajadores: “Lo mínimo que se podría haber hecho es descansos a la sombra, sistemas para que los obreros no trabajaran a pleno sol, campamentos dignos para alojarles y que no estén a una hora y media de la obra, un acceso suficiente al agua y a las medicinas, la posibilidad de ir a plantear sus protestas a la empresa y los derechos básicos de libertad podrían haber sido respetados”.

Las muertes en los países de origen de los operarios no fueron tenidas en cuenta

Para Quentin Muller, aunque el número general de más de 6.500 muertes divulgado por The Guardian “tuvo el mérito de llamar la atención”, en su consideración se queda “por debajo de la realidad, porque no tiene en cuenta datos adicionales, principalmente las muertes de los operarios sucedidas después de que volvieran a su país de origen, muchos de ellos con problemas renales, sobre todo en Nepal, según los testimonios que pudimos recopilar”.

El nefrólogo Rishi Kumar Kafle, del Centro Nacional del Riñón de Katmandú (Nepal), estimó, en un artículo de la revista Time, publicado a primeros de noviembre de 2022, que el 10% de sus pacientes actuales son trabajadores que emigraron a países del Golfo.

“Esos jóvenes no tenían diabetes ni hipertensión. Estaban sanos. Y entonces, de repente, desarrollan una insuficiencia renal, lo que significa que hay algo en esos países que provoca enfermedades en algunos de esos jóvenes”, explicó el especialista, citando entre las posibles causas una deshidratación permanente, el consumo excesivo de analgésicos o incluso el calor.

Según Quentin Muller, la manera más “representativa” de estimar la cantidad de trabajadores inmigrantes fallecidos en Catar es buscando el número de “trabajadores asiáticos que desaparecen todos los años en los países del Golfo”. El informe de marzo de 2022 de la coalición Vital Signs considera que “hasta 10.000 trabajadores inmigrantes del sur y sudeste de Asia” mueren anualmente en la región del Golfo, y que la causa de esas muertes “permanece sin explicación” en más de la mitad de los casos.

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Trabajadores en la construcción del estadio Khalifa en Doha, el 18 de noviembre de 2018 ( AFP / -)

La nueva legislación catarí no va “lo bastante lejos”

“Entre los números oficiales de Catar y lo que pudimos constatar nosotros en nuestras pesquisas sobre el terreno y nuestras investigaciones, no estamos de ninguna manera en la misma medida” en cuanto a la cifra, dijo Lola Schulmann, quien apuntó que el dato estaría en “miles de muertos”.

Por su parte, un responsable del gobierno de Catar expuso en declaraciones a la AFP“una amplia gama de medidas” tomadas por las autoridades para “mejorar la vida de todos los trabajadores” del país, considerando que “nadie puede legítimamente negar que el Mundial aceleró los progresos de nuestro país”, aunque “aún queda trabajo por hacer”.

El 30 de noviembre de 2022, los organizadores del Mundial afirmaron que entre 2014 y 2020 habían muerto 414 personas en “accidentes relacionados con el trabajo en Catar, todos de sectores y nacionalidades diversas”, precisando las afirmaciones que había hecho la víspera en la televisión británica el secretario general del comité de organización catarí, Hassan al-Thawadi, que había dicho que de “400 a 500” trabajadores migrantes en obras “para el Mundial” habían muerto.

Aunque Amnistía Internacional y la OIT reconocieron los progresos realizados por Catar en materia de derecho laboral, estimaron que aún no son suficientes. Por el momento, terminó el sistema que obligaba a los operarios a tener el consentimiento del empleador para cambiar de puesto de trabajo y se adoptaron medidas que restringen los horarios en verano y para poner un límite de temperatura a partir del cual se prohíbe trabajar.

“La nueva legislación sobre el trabajo con un calor elevado no va lo bastante lejos en nuestra opinión, específicamente sobre las pausas necesarias: son los trabajadores los que deben pedir al empleador que haga una pausa, cuando eso debería ser obligatorio y no estar a cargo del empleador”, lamentó Schulmann, mientras que la OIT destacó que “muchos trabajadores siguen enfrentándose a dificultades cuando pretenden dejar su puesto para buscar otro, con represalias por parte del empleador que, por ejemplo, puede revocar la autorización de residencia al trabajador o verter contra él acusaciones falsas de ‘huida’”.

“La [nueva] ley de Catar ha dado pie a la grave violación de los derechos humanos por parte de las empresas, que son las primeras beneficiadas por ese sistema de esclavitud moderno. Si las normas fuesen adaptadas para hacer que las multinacionales respeten los derechos de los extranjeros y se dictaran sentencias ejemplares, podríamos evitar un próximo desastre humano y ecológico”, concluyó Guislain.

2 de diciembre de 2022 Modifica el título.

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