El documental "2000 mulas" no prueba que hubo fraude en las elecciones estadounidenses de 2020
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- Publicado el 13 de junio de 2022 a las 22:31
- 9 minutos de lectura
- Por Daniel FUNKE, AFP Estados Unidos, AFP Argentina
- Traducción y adaptación: Ana PRIETO
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“‘2000 Mulas’: El documental muestra toda la evidencia de cómo punteros demócratas se aprovecharon del voto por correo para hacer fraude electoral”, se lee en un tuit que suma más de 4.000 interacciones. “Las ‘mulas’ recolectaron boletas sin usar, las marcaron y luego las depositaron en los buzones. Todo quedó grabado”.
El documental, producido por el comentarista político y realizador Dinesh D'Souza, también ha sido promocionado en Facebook, Instagram y Telegram, y en publicaciones en inglés, portugués y francés, entre otros idiomas.
La película fue estrenada en cines estadounidenses el 2 de mayo de 2022, y al cabo de un mes había recaudado más de 1,2 millones de dólares.
El 3 de mayo pasado, el expresidente Donald Trump dijo en un comunicado que “2000 mulas” demuestra que hubo “una recolección masiva de votos ilegales”, y que “los que robaron las elecciones de 2020 intentarán hacerlo de nuevo en 2022”.
El documental
Con una hora y media de duración, "2000 mulas" impulsa una teoría conspirativa ampliamente desacreditada para reforzar la versión defendida por Donald Trump de que su derrota ante Joe Biden se debió a un fraude electoral.
Tal teoría involucra la práctica electoral de recolección de boletas. Esta acción permite a terceros (trabajadores de campaña, voluntarios y otros) recolectar votos de los electores y depositarlos en los buzones de votación o entregarlos a funcionarios en los centros electorales para su recuento.
La película sugiere que se pagó a miles de personas, conocidas como "mulas", para que colocaran votos ilegales en los buzones de votación de estados indecisos como Georgia, Pensilvania y Wisconsin. Además, sostiene que datos de videovigilancia y geolocalización de teléfonos móviles recopilados por True the Vote, un grupo conservador de supervisión de votos con sede en Texas, demuestran que hubo un fraude organizado.
"Amañaron y robaron las elecciones presidenciales de 2020", dice el realizador D'Souza, quien en 2014 se declaró culpable por violar la ley federal de campañas electorales, al realizar contribuciones ilegales a una campaña del Senado de Estados Unidos en nombre de otras personas. Por ese delito, Trump le otorgó el perdón presidencial en 2018.
La teoría de la recolección fraudulenta de votos ha sido ampliamente citada por los partidarios de Trump en redes sociales tras su derrota en 2020. Si bien se detectaron casos aislados de presunto fraude en los 18 meses posteriores a los comicios de noviembre de ese año, ningún tribunal ha respaldado la afirmación de que dichos casos afectaron materialmente el resultado de las elecciones.
"Las supuestas pruebas de la película son meramente circunstanciales y los realizadores han sacado conclusiones extravagantes sin justificación suficiente", dijo a la AFP Barry Burden, director del Centro de Investigación Electoral de la Universidad de Wisconsin-Madison.
La AFP se puso en contacto con D'Souza, con True the Vote, y con la oficina de Trump para solicitar comentarios. Al momento de la publicación de esta verificación no se había obtenido respuesta.
Los supuestos datos de los teléfonos móviles no prueban fraude
En el documental, la presidenta de True the Vote, Catherine Engelbrecht, y Gregg Phillips, quien a través de Twitter difundió afirmaciones infundadas de fraude electoral tras las elecciones de 2016, afirman haber obtenido datos de geolocalización que respaldan la acusación de que se produjo una recolección ilegal de votos en 2020.
Cuando los usuarios de teléfonos celulares habilitan el uso compartido de la ubicación en sus teléfonos inteligentes, algunas aplicaciones comparten o venden esos datos de ubicación anonimizados a otras empresas. True the Vote y sus contratistas supuestamente compraron esos datos en varios estados disputados antes y después de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Los propios proveedores de redes, como AT&T, también han vendido datos de localización anonimizados de sus clientes, lo que en ocasiones ha resultado en multas federales. Expertos dijeron a la AFP que no está claro hasta qué punto esas ventas siguen produciéndose, pero que hay un mercado legal para los datos de geolocalización de los usuarios de teléfonos móviles.
"Esas empresas no venden los datos directamente a personas, sino que suelen hacerlo a terceros [agregadores de datos]", dijo Jason Hong, profesor del Instituto de Interacción Humano-Ordenador de la Universidad Carnegie Mellon. "También hay otras empresas que recogen datos de las aplicaciones de los teléfonos inteligentes y los venden, por ejemplo, Grindr".
Engelbrecht y Phillips dicen en la película que sus datos muestran que más de 2.000 personas visitaron múltiples buzones de votación y organizaciones sin fines de lucro en ciudades como Atlanta y Filadelfia. Si un usuario de teléfono móvil se acercaba a un buzón más de 10 veces y a una organización sin ánimo de lucro más de cinco veces entre el 1 de octubre de 2020 y el día de las elecciones, se le consideraba una "mula".
Basándose en una entrevista con una denunciante no identificada de Arizona, Engelbrecht y Phillips afirman que las organizaciones sin ánimo de lucro pagaron a esas "mulas" para que recogieran y entregaran votos fraudulentos en las urnas. Pero la supuesta denunciante, identificada en la película como una recepcionista, no dice quién le pagó ni cuánto ganó, y especialistas consultados por la AFP dijeron que no hay nada que sustente la afirmación.
"Los datos de rastreo de los teléfonos móviles solo pueden establecer que una persona estuvo a menos de 30 metros de un lugar determinado", dijo Charles Stewart, profesor de ciencias políticas del Instituto Tecnológico de Massachusetts. "No se puede establecer con precisión dónde estaba la persona ni, lo que es más importante, qué estaba haciendo".
Por ejemplo, alguien que supuestamente visitó varios buzones podría ser un repartidor, un taxista o un trabajador postal de la zona. Burden dijo que los funcionarios electorales también tendrían razones legítimas para visitar los buzones, que cuentan con varios mecanismos de seguridad. Además, los buzones se colocan intencionadamente en zonas muy transitadas, como bibliotecas y campus universitarios, pues esto estimula la participación electoral. Numerosos ciudadanos de a pie, pues, entran en contacto con ellos en su rutina diaria.
"Muchos de los datos de las torres de telefonía móvil no utilizan GPS", dijo Hong. "Así que obtendrás muchos datos falsos si estás tratando de hacer estimaciones finas sobre comportamiento".
En septiembre de 2021, la Oficina de Investigación de Georgia dijo en una carta que los datos de geolocalización de teléfonos celulares proporcionados por True the Vote no eran evidencia de recolección ilegal de votos en el estado.
"Tal y como existen, los datos, aunque curiosos, no alcanzan el nivel de causa probable de que se haya cometido un delito", dijo el director del GBI, Vic Reynolds, en la carta, tal y como informó Georgia Public Broadcasting.
La recolección de votos es legal en muchos estados
Además de los datos de geolocalización de los teléfonos móviles, "2000 mulas" muestra instancias de videovigilancia de las urnas en los estados en disputa. Engelbrecht dice en la película que True the Vote obtuvo las imágenes a través de solicitudes de información pública.
Los videos parecen mostrar a personas que depositan varios sobres en buzones, a veces a altas horas de la noche. Sin embargo, ninguno de los videos muestra a personas depositando sobres más de una vez, y no prueban que los votantes formen parte de un plan de recolección ilegal de votos.
En 30 estados de Estados Unidos, cuando un votante no puede dirigirse personalmente al centro de votación o al correo, puede confiar su voto en un tercero. En Arizona, Georgia y Michigan, estados que se mencionan en "2000 mulas", se permite explícitamente “que alguien que no sea el votante devuelva una boleta votada en nombre de otro votante".
Muchos de esos estados solo permiten que lo haga un familiar, un miembro del hogar o un cuidador, o ponen límites a la cantidad de boletas que se pueden recolectar a la vez. Sin embargo, otros estados no tienen restricciones.
Los estadounidenses llevan votando por correo desde la Guerra Civil, cuando se permitió a los soldados emitir su voto desde el campo de batalla.
En la década de 1980, California se convirtió en el primer estado que permitió a los votantes solicitar el voto en ausencia por cualquier motivo. La pandemia de coronavirus dio lugar a un aumento del uso de buzones de votación, pero muchos estados han utilizado buzones de votación y permitido la recolección de votos durante años. Casi uno de cada seis votantes de todo el país utilizó buzones en las elecciones de 2016.
"Incluso si tuvieran un video de gente dejando múltiples boletas, todos los estados tienen excepciones a sus leyes de entrega", dijo Charles Stewart. "Sin pruebas que demuestren lo contrario, el video no establece nada".
Los funcionarios electorales de Georgia han revisado varios videos incluidos en "2000 mulas", de acuerdo con el medio local Atlanta Journal-Constitution. El Secretario de Estado, Brad Raffensperger, dijo que, tras una investigación, se pudo corroborar que uno de los clips del documental mostraba a un hombre presentando cinco boletas en nombre suyo y de sus familiares.
La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras dijo en un comunicado de noviembre de 2020 que las elecciones fueron "las más seguras de la historia de Estados Unidos". Desde entonces, las pruebas de que no se produjo un fraude electoral generalizado no han hecho más que aumentar.
Decenas de demandas de Trump y sus aliados destinadas a anular las elecciones fracasaron, y el Tribunal Supremo de EE.UU. desestimó varios casos que intentaron impugnar los resultados en estados clave de la contienda. Numerosas auditorías y recuentos en esos estados, como Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania y Wisconsin reafirmaron la victoria del presidente Joe Biden. Funcionarios de ambos partidos, incluido el propio fiscal general de Trump, William Barr, han rebatido repetidamente las denuncias de fraude generalizado.
"Dicen que hubo alrededor de ‘2000 'mulas’: operativos de campo pagados para rellenar urnas", dijo Douglas Jones, profesor asociado emérito del Departamento de Informática de la Universidad de Iowa. "Las pequeñas conspiraciones podrían mantenerse en secreto, pero con tantos participantes, sería extraordinariamente difícil reclutar a tanta gente sin que algunos de ellos grabaran cada conversación y filtraran cada detalle criminal del plan".
La AFP ya ha verificado desinformación relacionada con las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos (1, 2).
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