La reaparición de síntomas de COVID-19 no se previene evitando dulces o duchas nocturnas

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 30 de julio de 2020 a las 23:23
  • Modificado el 30 de julio de 2020 a las 23:23
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  • Por Ana PRIETO, AFP Argentina
Un  mensaje compartido más de 30.000 veces en redes sociales desde el 16 de julio afirma que, para prevenir recaídas tras haber padecido COVID-19, hay que evitar los dulces, las duchas nocturnas y otros “estímulos que afectan los pulmones”. También asegura que para prevenir el contagio es preciso evitar lugares donde la “carga viral” ataca con “mayor intensidad”. Sin embargo, las recomendaciones son falaces. Los dulces y las duchas no se relacionan con la transmisión ni la sintomatología del nuevo coronavirus y las afirmaciones respecto de la carga viral confunden conceptos y carecen de precisión.

“Recaída vs. carga viral”, se titula un meme en Facebook  (1, 2) que brinda una lista de cuidados a tener en cuenta para quienes hayan padecido COVID-19 o para quienes podrían contagiárselo.

Para prevenir las “recaídas”, la entrada asegura que durante “80 días” deben evitarse las “cosas heladas”, las golosinas, las duchas nocturnas y “cualquier estímulo que afecte directamente a los pulmones”.

A continuación la publicación explica que una carga viral es la “sobre exposición al virus [sic], el cual “ataca” con mayor intensidad y se da al ingresar a un ambiente donde “una o más personas son portadores”.

Las mismas afirmaciones también circularon en Twitter (1, 2).

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Captura de pantalla de publicación en Facebook realizada el 29 de julio de 2020

Sobre la prevención de "recaídas"

La publicación viral no es clara respecto de qué quiere decir con “recaída”: si refiere a un empeoramiento del cuadro sintomático del COVID-19, o a la posibilidad de una reinfección.

“Ninguna de las conductas que propone modifica la chance de adquirir la infección o de cambiar los síntomas de la infección”, dijo a AFP Factual Javier Farina, director del Comité de Infectología Crítica de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva.

Omar Sued, infectólogo y director de Investigaciones Clínicas en la Fundación Huésped, Argentina, está de acuerdo: “Todo en esa publicación es falaz. Además, no es cierto que las duchas a cualquier hora, las bebidas frías o los dulces afecten los pulmones. Los afecta fumar o estar expuestos al asbesto”.

Ambos especialistas coinciden en que no hay registros de reinfección por COVID-19 pero que la posibilidad sigue en estudio. Lo que sí es común que haya una prolongación o reaparición de los síntomas tras el alta médica.

“Todavía estamos aprendiendo qué pasa después del primer evento en un paciente”, dijo Farina. “Hay muchas personas que han tenido persistencia de los síntomas más allá de las dos o tres semanas, principalmente de los más leves, como la tos seca o la anosmia [pérdida de olfato]. También hay casos en que se han recuperado totalmente y luego han reingresado a una institución de salud con una reaparición de síntomas”.

Sued explicó que durante la evolución de la enfermedad “es típico que algunas personas que están relativamente bien empeoren entre el octavo y décimo día. A veces el empeoramiento es importante, y personas que estaban en situación ambulatoria tienen que ingresar a la institución por fiebre o falta de aire, o gente que estaba internada pasa a terapia intensiva”.

En abril pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un comunicado en el que anunció que, de momento, “no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado de COVID-19 y tengan anticuerpos estén protegidas de una segunda infección”. Al mes de julio, las investigaciones continuaban (1, 2, 3), sin llegar a conclusiones sólidas respecto de la reaparición de la enfermedad y de los síntomas en pacientes que ya la hubieran padecido.

Por ese motivo, una persona que tuvo COVID-19 y fue dada de alta “debe seguir cumpliendo las mismas recomendaciones de prevención (higiene, distanciamiento social, uso de barbijo), ya que no podemos asegurar que no vuelva a infectarse”, explicó Farina.

Sobre la carga viral

La publicación afirma que la “carga viral” es la “sobreexposición al virus” y que tiene la capacidad de “atacar”. Estos conceptos son erróneos.

“La carga viral es la cantidad de virus que tiene una persona y que puede detectarse de manera cuantitativa en estudios, por ejemplo de PCR”, dijo a AFP Factual Alejandro Macías, integrante de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus en México.

“La expulsión de virus, en cantidad, depende, suponemos, de la carga viral que tiene una persona. Hay quienes tienen una alta carga de virus y pueden convertirse en súper vectores o súper diseminadores”, explicó. “Sin embargo, esta publicación está confundiendo ‘carga viral’ con ‘inóculo infectante”.

Inóculo infectante, como el propio Macías define en este video explicativo, es el número mínimo de patógenos que se requieren para que se produzca una infección.

Javier Farina concuerda: “Lo que ese texto quizás quiere transmitir con el término ‘carga viral’ es lo que llamamos ‘inóculo’. Una exposición de alto inóculo con alguien que tenga justamente mucha carga viral en ese momento, o con varias personas que tengan carga viral detectable en ese momento, puede tener correlación con una infección con síntomas más importantes”.

La entrada también sugiere que una carga viral de “mayor intensidad” agrava el estado de la persona y dificulta su reacción al tratamiento.

Vivian Luchsinger, académica del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de Chile, dijo al equipo de verificación de AFP que aún no se conoce lo suficiente sobre la forma en que este nuevo coronavirus provoca la enfermedad. No obstante, sí se sabe que los pacientes que desarrollan cuadros graves de COVID-19 tienen carga viral mayor aunque esto, aseguró, no permite afirmar “que sea necesario tener mayor carga viral para desarrollar una enfermedad grave”.

“Se supone que los que están enfermos tienen una mayor replicación viral [...] pero esto no es tan sencillo de definir. La enfermedad no solo es producto de la replicación del virus sino también de la respuesta inmune, entonces no necesariamente tú necesitas mucho virus para tener la enfermedad”, explicó.

Además, se puede tener carga viral y transmitir el COVID-19 sin presentar sintomatología, como ya verificó AFP Factual.

Por último, Omar Sued agregó que, tras el alta médica, es preciso evitar hacer visitas, pero no “porque pueden tener una carga viral alta”, como describe la publicación, sino porque “tras el alta, la persona tiene que completar un aislamiento en su casa de 14 días”, tal y como recomienda la OMS para minimizar los riesgos de transmisión.

En conclusión, es falso que una persona que haya recibido el alta médica por COVID-19 pueda prevenir una reaparición de síntomas evitando el consumo de dulces, bebidas heladas o duchas nocturnas. Tales hábitos no tienen incidencia alguna en el desarrollo de la enfermedad. Tampoco es cierto que la carga viral refiera a una “sobreexposición al virus”; el concepto hace referencia a la cantidad de virus que tiene una persona, detectada de manera cuantitativa mediante algún tipo de muestra.

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