Es exagerada la cifra de empleos perdidos por la cancelación del oleoducto Keystone XL en EEUU

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 22 de enero de 2021 a las 23:37
  • Modificado el 11 de marzo de 2021 a las 23:29
  • 6 minutos de lectura
  • Por AFP Estados Unidos
  • Traducción y adaptación: AFP México
Publicaciones compartidas cientos de veces en redes sociales desde enero pasado aseguran que la cancelación de la obra del oleoducto Keystone XL, decretada por el presidente Joe Biden en su primer día de gobierno, generó la pérdida de decenas de miles de empleos en Estados Unidos. Pero esa afirmación es engañosa. La compañía a cargo del proyecto dijo que la revocación del permiso del oleoducto ocasionó la pérdida inmediata de 1.000 empleos y que en 2021 el proyecto podría haber empleado a unas 11.000 personas. Una alianza de sindicatos de la construcción, por su parte, estimó en “más de mil” los puestos perdidos.

Biden eliminó 72000 empleos estadounidenses en su primer día en el cargo con la orden ejecutiva que revoca el permiso presidencial para el proyecto de extensión del oleoducto Keystone XL, Biden ocasionó el recorte de 3200 millones de dólares en salarios para los ciudadanos y residentes que hoy se encuentran desempleados, señala una publicación en Facebook con un video de la supuesta construcción del oleoducto.

Otras entradas en esa red social y en Twitter comparten imágenes o noticias sobre la cancelación de la obra que difieren con la cifra anterior de empleos eliminados asegurando que en realidad fueron 19.000 o 52.000 (1) puestos de trabajo, mientras que una publicación en inglés eleva el número hasta 83.000. 

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Captura de pantalla realizada el 8 de febrero de 2021 a una publicación en Facebook

Keystone XL era un proyecto de expansión de más de 1.900 km del sistema de oleoductos norteamericano para transportar crudo desde las zonas petrolíferas en Alberta, Canadá, hasta las refinerías de la costa norte del Golfo de México, en el sur de Estados Unidos.

El 20 de enero, tras la toma de posesión de Biden y a la espera de la revocación del proyecto por parte de éste, la empresa encargada de su construcción, TC Energy, anunció la suspensión de la obra.

TC Energy explicó al equipo de verificación de la AFP en un correo electrónico que los empleos perdidos por la cancelación del proyecto están, sin embargo, por debajo de cualquiera de las cifras citadas en las publicaciones anteriores.

“Esto es para confirmar que se perderán 1.000 trabajos sindicalizados con la revocación del permiso presidencial para Keystone XL”, dijo Terry Cunha, un portavoz de la empresa con sede en Calgary, Canadá.

“Se perderán puestos de trabajo en Canadá y Estados Unidos, agregó refiriéndose a los 1.000 empleos.

Los Sindicatos de la Construcción de América del Norte (Nabtu, por sus siglas en inglés) presentaron una cifra similar en un comunicado del 21 de enero pasado, que expresaba una profunda decepción por la decisión de la administración de Biden.

“Los ideólogos ambientales han prevalecido ahora, y más de mil hombres y mujeres han sido despedidos del empleo en el proyecto”, reza el texto del grupo cuyos afiliados incluyen sindicatos de ingenieros operadores, plomeros, instaladores de ductos y demás trabajadores relacionados con esa industria.

La AFP consultó a un vocero de los Nabtu sobre el número de empleos perdidos, sin respuesta hasta el momento de publicación de esta nota.

TC Energy anunció en agosto de 2020 que había logrado una alianza con cuatro sindicatos para construir el proyecto Keystone XL. Asimismo, informó que la construcción del oleoducto crearía alrededor de 10.400 puestos de trabajo en Estados Unidos y 2.800 en Canadá.

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El permiso de construcción de Keystone fue una de las medidas que Biden revocó en su primer día como presidente bajo una orden ejecutiva para “proteger la salud pública y el medio ambiente” y combatir la crisis climática con fundamentos científicos.

Por la presente se revoca el permiso”, señala la orden presidencial del 20 de enero pasado sobre el proyecto. “El oleoducto Keystone XL va en contra del interés nacional de Estados Unidos”.

El documento agrega que el gobierno de Barack Obama (2009-2017) había llegado a la conclusión en 2015 de que “la importancia del oleoducto para la seguridad energética y la economía era limitada” y añade que la administración de Biden quiere crear trabajos de energía limpia y reducir las emisiones nocivas.

En marzo de 2017, el entonces presidente Donald Trump aprobó la construcción del oleoducto ignorando las preocupaciones ambientales que su predecesor, Barack Obama, había defendido.

8.000 empleos potenciales

En octubre de 2020, TC Energy anunció la adjudicación de contratos por más de 1.600 millones de dólares para seis grandes compañías estadounidenses que se encargarían de construir 1.200 km del oleoducto Keystone XL en los estados de Montana, Wisconsin y Texas en 2021. 

Las seis compañías serían las responsables de contratar a más de 7.000 trabajadores locales sindicalizados y que, junto con otras contrataciones adicionales, llegarían a los 8.000 empleos sindicalizados, especificaba el anuncio.

Terry McGowan, presidente y gerente comercial del Sindicato Internacional de Ingenieros Operativos (IUOE, por sus siglas en inglés) en Pewaukee, Wisconsin, aseguró a la AFP que si el proyecto hubiese alcanzado su punto máximo, al menos 2.000 de sus miembros habrían sido contratados.

“Este proyecto en particular habría tenido 8.000 empleados” en general, dijo el representante de ese sindicato de los Nabtu. Agregó que “alrededor de 500 miembros” de su sección sindical están siendo enviados a casa porque desde el otoño boreal pasado venían realizando “trabajos auxiliares” previos a la construcción del oleoducto.

Funcionarios locales de la IUOE en Montana y Dayton, Texas, no respondieron a los pedidos de información de la AFP sobre los empleos perdidos por la decisión presidencial. No obstante, Cunha, de TC Energy, confirmó a la AFP que el total de empleos estadounidenses en el gasoducto, junto con los sindicalizados, habría alcanzado más de 11.000 este año.

Ninguna de esas cifras se acerca a las decenas de miles citadas en las publicaciones en redes sociales

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Protesta contra la construcción del oleoducto Keystone XL frente al Departamento de Estado en Washington el 7 de marzo de 2014 (Brendan Smialowski / AFP)

Trabajos indirectos

Algunas de las publicaciones virales (1, 2) también señalan que, además de los 11.000 empleos directos, “estarían perdiéndose 42.000 empleos adicionales que se generaban de manera indirecta”, citando un estudio del proyecto del Departamento de Estado de Estados Unidos.

El informe es de 2014 y fue realizado por la Oficina de Océanos y Asuntos Ambientales y Científicos Internacionales del Departamento de Estado de ese país. En él se estimaba que el gasto en construcción apoyaría a alrededor de 42.100 empleos directos, indirectos e inducidos durante el período aproximado de dos años, tiempo que duraría la construcción del oleoducto. De estos trabajos estimados, 16.100 estarían directamente vinculados a los contratos y 26.000 resultarían del gasto indirecto de los trabajadores de la construcción o proveedores.

Asimismo, la construcción del oleoducto contribuiría con alrededor de 3.400 millones de dólares al Producto Interno Bruto de Estados Unidos y generaría alrededor de 50 empleos durante su operatividad, según ese informe.

Del mismo modo, sobre los aproximadamente 2.800 puestos de trabajo a crearse en Canadá, “no vamos a ver a las 2.800 personas despedidas hoy”, dijo el profesor asociado Trevor Tombe del Departamento de Economía de la Universidad de Calgary. 

“Esa fue la cantidad de puestos de trabajo durante toda la fase de construcción, muchos de ellos todavía no se habían creado, por lo que es como una oportunidad perdida”, explicó por teléfono, acerca de otras versiones de la misma noticia que aseguraban que la medida de Biden costó 17.000 puestos de trabajo canadienses "en solo un día".

“Esta afirmación sería falsa en este momento”, dijo Tombe.

La cifra de 17.000 incluye estimaciones de oportunidades laborales directas e indirectas, pero estas últimas “deben tomarse con gran escepticismo porque se basan completamente en modelos que generalmente no hacen un buen trabajo en predecir cuál será el efecto sobre los empleos”.

Pierre-Olivier Pineau, profesor de la escuela de negocios HEC Montreal, dijo por correo electrónico a la AFP que es “completamente engañoso” afirmar que 17.000 puestos de trabajo desaparecieron en Canadá a raíz de la cancelación del proyecto.

El experto agregó que la construcción de oleoductos no se justifica por la creación de puestos de trabajo y que la industria del petróleo en general emplea a relativamente pocas personas.

“Si quisieras poner los empleos en primer plano, la cancelación de Keystone XL es quizás algo bueno porque permitirá que los recursos se inviertan en sectores donde habría más trabajos a largo plazo, como en la electricidad”, dijo Pineau.

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