Nueva Zelanda permite la muerte asistida en base a una ley previa a la pandemia de covid

  • Este artículo data de hace más de un año.
  • Publicado el 10 de febrero de 2022 a las 18:35
  • 4 minutos de lectura
  • Por Nadia NASANOVSKY, AFP Argentina
Desde fines de 2021 cientos de usuarios de redes sociales aseguran que Nueva Zelanda aprobó una nueva ley de eutanasia para quienes sufran covid-19. En ese país rige desde noviembre de ese año una norma que permite la muerte asistida, en ciertos casos, para personas que sufren una enfermedad terminal. Sin embargo, el texto se aprobó antes de la pandemia, en 2019, y no específica que sea aplicable para pacientes de covid-19.

“Nueva ley de eutanasia permitirá sacrificar a pacientes con Covid en Nueva Zelanda”, aseguran entradas en distinto formato en Facebook (1, 2), Twitter (1, 2) y sitios web (1, 2).

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Captura de pantalla realizada el 9 de febrero de 2022 de un tuit

El mismo contenido fue difundido además en una emisión del canal español 7NN Noticias.

Publicaciones similares se viralizan en inglés, portugués, catalán y francés.

La ley neozelandesa

“Podemos confirmar que esta afirmación no es cierta”, dijo a la AFP un portavoz del Ministerio de Salud de Nueva Zelanda el 4 de febrero de 2022. “Nueva Zelanda no ha aprobado la eutanasia para las personas con covid-19”, añadió.

La ley que garantiza el derecho a la muerte asistida en ese país, conocida como End of Life Choice Act, entró en vigor el 7 de noviembre de 2021, pero fue aprobada antes de la pandemia, en 2019. Su finalidad, según el cuerpo legal, es “dar a las personas que padecen una enfermedad terminal y que cumplen determinados criterios la opción de solicitar legalmente asistencia médica para poner fin a su vida; y establecer un proceso legal para asistir a las personas elegibles que ejercen esa opción”.

Según información oficial, la norma “da a las personas que experimentan un sufrimiento insoportable por una enfermedad terminal la opción de pedir legalmente asistencia médica para acabar con su vida”.

En ninguna parte del texto se menciona el covid-19.

La ley define quiénes pueden ejercer este derecho: los ciudadanos neozelandeses o residentes permanentes de 18 años o más que padezcan una enfermedad terminal “que probablemente pondrá fin a su vida en un plazo de seis meses” y que se encuentren “en un estado avanzado de deterioro irreversible de su capacidad física”, experimentando “un sufrimiento insoportable que no puede ser aliviado de una manera que la persona considere tolerable”. A su vez, la persona debe ser “competente para tomar una decisión informada sobre la muerte asistida”.

Además, detalla que el solo hecho de sufrir alguna enfermedad mental, discapacidad de cualquier tipo o tener una edad avanzada no vuelve a alguien elegible para la muerte asistida.

El vocero del Ministerio de Salud neozelandés detalló a la AFP que un mínimo de dos doctores deben evaluar la elegibilidad de la persona y, de ser necesario, se suma la evaluación de un psiquiatra.

Si la persona es apta, se comienza a planificar la muerte asistida, incluyendo la fecha, la hora y el método de administración de la medicación

“La muerte asistida no sustituye a los cuidados paliativos ni a los servicios sanitarios. Es una opción para las personas con una enfermedad terminal en determinadas circunstancias”, sostiene el sitio del ministerio.

Consultado por el supuesto “bono” para quienes “presten este servicio”, el portavoz del Ministerio de Salud dijo: “Los médicos y enfermeros pueden recibir financiación por las partes del servicio de muerte asistida que prestan” y detalló que quienes “se desplacen para prestar servicios de muerte asistida pueden recibir una compensación” por los gastos que esto genere. “Esto es para asegurar que el servicio sea accesible”, explicó.

Según la información del ministerio, estos montos varían según el rol del trabajador sanitario en el proceso.

El origen de la desinformación

En algunas respuestas a las publicaciones virales se incluyen enlaces a un artículo en inglés del portal británico Catholic Herald, compartido más de 11.000 veces desde el 20 de diciembre de 2021 según la herramienta CrowdTangle. En él se lee: “El Ministerio de Salud [de Nueva Zelanda] confirmó que el derecho a una inyección letal en virtud de una nueva ley de eutanasia podría extenderse a los pacientes que estuvieran o bien muriendo a causa del coronavirus o sufriendo de manera insoportable por sus consecuencias”.

Esto se basa en una interpretación de la respuesta dada por las autoridades a un pedido de acceso a la información pública hecho por Defend NZ, organización que se opone a la ley de muerte asistida.

En el sitio web del grupo se publicaron extractos de la respuesta oficial, no el documento completo, y se indica que en el último párrafo las autoridades expresaron: “La elegibilidad se determina caso por caso; por lo tanto, el Ministerio no puede hacer declaraciones definitivas sobre quién es elegible. En algunas circunstancias, una persona con covid-19 puede ser elegible para la muerte asistida".

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