Una cebolla que fue cortada y guardada al aire libre durante un día no es “peligrosa”
Un mensaje que alerta sobre los peligros del consumo de cebollas crudas y cortadas que quedan al aire libre ha sido compartido más de 126.000 veces en redes sociales al menos desde junio de 2015. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde tales afirmaciones, confirmaron expertos a la AFP.
“Por favor NO UTILICEN una cebolla que fue cortada un día anterior si esta no fue refrigerada y guardada en una bolsa, ya que es peligroso utilizarla porque de seguro estará llena de bacterias”, dicen las publicaciones difundidas desde 2015 en Facebook (1) y que siguen circulando en 2021.
Contenidos similares han circulado en francés e inglés.

La entrada también asegura que la cebolla cura enfermedades respiratorias, provoca infecciones estomacales y daña a los perros debido a que su estómago no puede metabolizarla.
“Mitos comunes”
La creencia de que la cebolla cortada se vuelve tóxica se encuentra entre los“mitos comunes” más repetidos relacionados a los vegetales, según la Asociación Nacional Americana de la Cebolla (o NOA, por sus siglas en inglés), una organización que agrupa a productores, transportistas y representantes comerciales de la industria de la cebolla en Estados Unidos.
En esta nota de divulgación científica, la química de alimentos Anne-Marie Desbiens también plantea que el supuesto peligro de las cebollas cortadas y no refrigeradas es un “mito”. Desbiens afirma que el origen de la desinformación proviene del blog de cocina de Sarah MacCann, conocida bajo el seudónimo de “Zola Gorgon”.
“Su artículo generó polémica al ser recogido en las redes sociales, y luego lo quitó. Pero la leyenda urbana se ha quedado”, dijo Desbiens a la AFP. El blog fue abandonado y, por tanto, ya no aparece en línea en octubre de 2021, pero sí es posible encontrar la página de MacCann archivada en Internet sin el artículo.
Algunas de las publicaciones viralizadas acompañan su descripción con la dirección web de un blog que contiene el mismo texto, pero no tiene ni firma ni autor.
Sin justificación científica
Lo cierto es que no hay estudios científicos que respalden las afirmaciones de las entradas. “Hasta donde sabemos, ninguna evidencia científica nos permite afirmar [que dejar una cebolla cortada sin refrigeración para cocinarla al día siguiente es peligroso]”, dijo un portavoz de la asociación Interprofesional de frutas y hortalizas frescas (Interfel) de Francia, el 11 de octubre a la AFP.
Xavier Coumoul, profesor de bioquímica y toxicología en la Universidad de París y director de un equipo de investigación en el Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), no tiene “conocimiento de casos clínicos que establecieran toxicidad, ni de una toxicidad de la especie” y no ha “escuchado de estos casos tampoco en la Sociedad Francesa de Nutrición”, por lo que le parece una situación “muy improbable”, precisó a la AFP.
“Realmente busqué, pero todo esto no tiene base científica y no se basa en ningún dato”, sostuvo a la AFP la profesora de Farmacognosia (ciencia que estudia las drogas de origen natural) de la Universidad de París Sylvie Michel, quien forma parte del grupo de trabajo “Vigilancia de toxinas naturales” de la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Ambiental y de Salud Ocupacional de Francia (ANSES).

Las bacterias en las cebollas
Las publicaciones también afirman que las cebollas “son como una esponja que absorben las bacterias” y por ello alerta sobre el consumo de estas en “hotdogs”, “tacos”, “hamburguesas” y “en general de toda la comida que compramos y que lleva horas a la intemperie”.
Sin embargo, “cuando se manipulan correctamente, las cebollas cortadas no son tóxicas. Una vez cortadas, las cebollas se pueden almacenar en el refrigerador en un recipiente hermético hasta por 7 días”, detalla el sitio web de la NOA. “El jugo de la cebolla es antimicrobiano, lo que significa que combate bacterias en lugar de atraerlas”, agrega.
“Todos los alimentos cortados son más vulnerables: cuando se quita la piel de una cebolla o cualquier verdura, está más expuesta a los ataques de su entorno externo y por tanto a las bacterias”, explicó la química en alimentos Desbiens.
De todos modos, hay que tener en cuenta, según Coumoul, que “no es porque un alimento se pudra por lo que automáticamente es peligroso: el moho generalmente ataca al alimento, y no al hombre que lo consume”.
Ambos expertos coinciden en que las frutas y verduras no son los objetivos prioritarios de las bacterias, que “prefieren” atacar las proteínas, contenidas en particular en “carnes, pescados o mariscos”.
Michel añadió: “Si las manos de la persona que cocina están sucias, es posible que se desarrollen bacterias en los alimentos, cebollas u otros”. Este puede ser el caso de bacterias como la E. Coli, que son peligrosas para la salud.
“Como otras plantas, las cebollas pueden estar contaminadas por microorganismos patógenos (bacterias, virus o parásitos) desde la etapa de cultivo (por el medio ambiente o agua de riego contaminada) y después de la cosecha, particularmente durante la manipulación en el momento de su preparación (en el caso de incumplimiento de medidas básicas de higiene como el lavado de manos)”, explicó la ANSES a la AFP.
“El crecimiento de ciertas bacterias patógenas es posible si no se respeta la temperatura de refrigeración, pero esto no es específico de las cebollas”, precisó la ANSES, e insistió en la necesidad de respetar las normas sanitarias a la hora de cocinar todo tipo de alimentos.
Sin evidencias de patógenos
Desbiens observó que las publicaciones compartidas en redes sociales no mencionan qué patógeno haría que las cebollas cortadas fueran “tóxicas”.
Ser vago o impreciso al proponer una explicación supuestamente científica es, según ella, “común a muchas ‘fake news” relacionadas con el campo de la salud que circulan en Internet.
“No hay ningún tipo de bacteria” que afecte a las cebollas cortadas, confirmó Michel y destacó que ella, “como muchas personas”, a menudo corta cebollas y las guarda durante la noche.
Además, si se cocina una cebolla en aceite, “lo más probable” es que supere los 100 grados “y, por lo tanto, muy pocas bacterias sobrevivirán”, agregó Coumoul.

¿Infecciones estomacales?
La cebolla “no tiene ninguna contraindicación” si se consume “en cantidades moderadas y en el contexto de una dieta equilibrada”, señala en un documento de 2016 la profesora en Nutrición de la Universidad Complutense de Madrid, Ángeles Carbajal. “Algunas personas pueden rechazar este alimento por el sabor y olor o por problemas de flatulencia o malestar gastrointestinal, pero no podemos generalizar pues estos efectos dependen de muchos factores individuales”, agrega.
Con ella coincidió la nutricionista uruguaya, Zenia Toribio, integrante de la comisión directiva de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas. “La cebolla en sí misma no causa problemas estomacales”, pero, por ejemplo, si alguien tiene un “trastorno digestivo con foco en la mucosa gástrica, entonces comer cebolla va a aumentar el daño”, dijo a la AFP.
La nutricionista aclaró que los trastornos digestivos “pueden tener muchas causas, desde estrés, mala alimentación, hasta otras”.
Los beneficios de la cebolla
La cebolla es una “buena fuente de fibra”, dijo la nutricionista Toribio, debido a que “tiene una fibra que no todos los vegetales tienen, que es la inulina”. A esta se la considera “prebiótica”, es decir, “que su presencia favorece la multiplicación de probióticos” (fibras vegetales especializadas que actúan como fertilizantes y estimulan el crecimiento de bacterias sanas en el intestino).
Además, si bien la cebolla contiene vitamina C, “no es una fuente de esa vitamina”, pues para considerarse como tal su consumo debe ser “significativo para cubrir las necesidades diarias”, como en los cítricos, explicó la especialista.
La nutricionista uruguaya Luciana Lasús aclaró que “para que un alimento proporcione suficiente de un nutriente, como fibra o determinada vitamina, importa cuánto de ese alimento uno come”. En el caso de la cebolla, por lo general, uno tiende a comerla en pocas cantidades, explicó, “por ende, todas las propiedades que pueda atribuir [la cebolla] bajan notoriamente”.
Las publicaciones virales también aseguran que la cebolla “es aliada para la prevención del cáncer”.
Sobre esto, Toribio puntualizó: “Todos los vegetales y las frutas son aliados en la prevención de muchas enfermedades, entre ellas, el cáncer”; sin embargo, “no se puede afirmar que comer cebolla” lo previene.
“Los alimentos pueden ser curativos cuando la dieta es la que cumple el primer orden en una enfermedad, por ejemplo, la diabetes. Pero hay otras en donde no es el primer factor que incide, o que determina, y está en un segundo plano que favorece la mejoría”, explicó.
La nutricionista Lasús acordó en este punto y destacó: “Importa mucho cómo sea el estilo de vida de la persona, pero aisladas no pueden prevenir el cáncer”.
En cuanto a otros beneficios mencionados en las publicaciones, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IBCE) de Uruguay en una verificación de mayo de 2020 señaló a la AFP que “existe información en internet que sugiere que cortar una cebolla y colocarla cerca de la cabecera de la cama ayuda a abrir las vías respiratorias y, por ende, respirar mejor cuando uno está con la sensación de tener la nariz tapada”, como sucede en el caso de la gripe, como señala la viralización. “Sin embargo, esto tiene que ver con el fuerte aroma de la cebolla, y no con que la misma sea capaz de curar cualquier enfermedad respiratoria”.

La cebolla puede ser tóxica para los animales
“La toxicidad de la cebolla, cortada o no, está probada para animales como gatos o perros. Contiene compuestos de azufre que el animal no metaboliza”, explicó la profesora Sylvie Michel. “Los animales no tienen el mismo metabolismo que nosotros. Pero, de nuevo, la cebolla no es un caso especial: la cafeína es tóxica para los perros, mientras que a nosotros nos va bastante bien”, añadió.
El Centro de Control de Envenenamientos Ambientales y de Animales de Occidente (CAPAE, por sus siglas en francés), uno de los centros de control de intoxicaciones en Francia, especifica en su sitio web que “la cebolla (Allium cepa) puede ser tóxica para los carnívoros, gatos y perros por igual, y probablemente también para hurones”, lo que indica que “el envenenamiento por cebolla generalmente no es fatal si las cantidades ingeridas son moderadas y se dispone de tratamiento”.
AFP Factual ya ha verificado otras afirmaciones sobre la cebolla (1, 2).