Entes que supuestamente predijeron el invierno “más frío en 15 años” en Argentina no existen

“Este será uno de los inviernos más crudos de los últimos 15 años”, se lee en entradas en Facebook (1, 2), Twitter (1, 2) y medios digitales (1, 2). 

De acuerdo con las publicaciones, “tres olas de viento antártico” ingresarán a Argentina en abril y habrá “heladas negras” en mayo y junio, además de nevadas en la capital de la provincia de Córdoba (centro). Se asegura también que “los coletazos del invierno que se aproxima durarán hasta entrada la primavera”.

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Captura de pantalla de una publicación en Facebook hecha el 3 de abril de 2022

Argentina, ubicada en el hemisferio sur, vive el invierno austral entre el 21 de junio y el 21 de septiembre.

Una versión que circula desde hace años

Un análisis con la herramienta CrowdTangle permitió establecer que el contenido circuló ampliamente en redes sociales por primera vez en marzo de 2014, y volvió a viralizarse en el otoño austral de 2018. Los mensajes ya hacían referencia entonces al “Servicio Privado de Meteorología (SPM)” y al “Observatorio Geometeorológico del Centro/Córdoba” como fuentes de la información.

Sin embargo, ninguna de las dos entidades existe. La institución de referencia en Argentina para brindar pronósticos meteorológicos, prospectivas climáticas y alertas es el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), que cuenta con una red de 125 estaciones de observación en todo el país y también en la Antártida.

Sin sustento y sin precisión

En marzo de 2018, Cindy Fernández, comunicadora meteorológica del SMN, publicó un artículo titulado “¿El invierno más crudo en 15 años?”, en el que desmintió la información viral.

Entre otras cosas, la especialista señaló que las “heladas negras” a las que se hace referencia en redes sociales, si bien tienen un nombre que puede generar alarma, son un fenómeno bastante común. “Las heladas pueden ser blancas o negras según la humedad que hay en el aire. Si se forma una película blanca sobre la vegetación se la llama ‘helada blanca’ y en caso contrario es ‘helada negra’", escribió.

También desmintió que en marzo pudiesen anticiparse nevadas en mayo y junio en la ciudad de Córdoba. “La frase ‘existe un 70% de posibilidad de nieve en la capital cordobesa’ carece de sustento científico. Lamentamos si algún cordobés se ilusionó con esta noticia, pero es imposible hacer este pronóstico a tan largo plazo”, se lee en el artículo.

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Lluvia vista desde la ventana de un taxi en Buenos Aires, el 30 de junio de 2020 ( AFP / Juan Mabromata)

AFP Factual se comunicó con Fernández el 5 de abril de 2022 para consultar sobre las “tres olas de viento antártico” que las publicaciones virales anticipaban para finales de ese mes.

La comunicadora señaló que, en primer lugar, no puede hablarse de “olas de viento antártico”, sino de “masas de aire de origen polar o antártico”. Estas, que comúnmente se conocen como “olas de frío”, se originan en zonas polares y se desplazan lo suficientemente rápido al continente como para que no se modifiquen mucho sus propiedades de temperatura y humedad. El fenómeno ocurre varias veces al año en Argentina.

Sin embargo, “algo así no puede anticiparse a más de 10 días del evento”, aclaró Fernández, y descartó que el 31 de marzo pudiese predecirse una ola de frío a finales de abril.

Respecto de lo que cabe esperar para la próxima temporada invernal, Fernández señaló que lo que se pueden plantear son “tendencias”, no “pronósticos”, que indicarán si el invierno será más frío que lo normal, o más cálido, o más lluvioso. “Pero no cuánto más frío o cálido será”, aclaró la especialista. 

Los pronósticos se realizan sobre la base de múltiples perturbaciones atmosféricas que ocurren simultáneamente en todo el planeta. “Cuanto más lejos [en el tiempo] pronostiques, más cosas estarás suponiendo, y el pronóstico se volverá menos confiable”, concluyó Fernández.

De acuerdo con un artículo publicado en el Journal of Atmospheric Sciences en abril de 2019, no pueden hacerse previsiones meteorológicas específicas confiables con más de 10 días de antelación.

La Sociedad Meteorológica Americana concuerda. En su declaración de 2015 sobre los límites del análisis y la previsión meteorológica, aún en vigencia, afirma que “más allá de los ocho días” las previsiones tienen una precisión baja.