Afirmaciones sobre los comedores escolares y la alimentación infantil en Uruguay verificadas
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- Publicado el 30 de agosto de 2021 a las 19:39
- Modificado el 31 de agosto de 2021 a las 16:34
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- Por Manuela SILVA, AFP Uruguay
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“PROHIBIDO COMER DOS PLATOS...eso es lo que ordenan las autoridades actuales de Primaria”, “la razón es …’¡para no fomentar la obesidad infantil!”, a pesar del “reciente aumento de la pobreza infantil”; “lo que genera obesidad es la comida chatarra y la falta de ejercicio físico”, y “las autoridades han rebajado el nivel de exigencia en el tenor de grasas, sal y azúcar”, son algunas de las afirmaciones que aparecen en una publicación en Facebook.
La publicación se compartió luego de que se abordó el tema de la alimentación en las escuelas en una comisión del Parlamento. El pasado 2 de agosto la Comisión de Presupuesto, integrada con la de Hacienda, de la Cámara de Diputados, recibió a las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para tratar el proyecto de Rendición de Cuentas, donde el gobierno presenta sus ejecuciones de 2020 para su análisis y posterior aprobación con posibles cambios al presupuesto del año siguiente.
En ese encuentro, la diputada Lilián Galán, del partido opositor Frente Amplio, dijo a los directivos de la ANEP: “Algunas maestras nos han dicho que en alguna escuela les ha llegado la información a los directores no por parte de la dirección de Primaria, sino por parte de las empresas que suministran los alimentos o las viandas de que los niños no pueden repetir el plato en la escuela”, de acuerdo a las versiones taquigráficas.
Según la legisladora, las maestras consultaron “cómo era posible que una empresa privada pudiera llamar a una dirección para decirle esas cosas, que corresponden a la dirección de Primaria”.
Galán aclaró que esas indicaciones fueron hechas por parte de una empresa tercerizada que suministra las viandas y por el Programa de Alimentación Escolar (PAE), que desarrolla y evalúa la política en materia de alimentación escolar bajo la directriz del Ministerio de Educación, lo que generó fuertes críticas por parte de la oposición.
AFP Factual analizó varias de las afirmaciones de la publicación viralizada:
1. “PROHIBIDO COMER DOS PLATOS...eso es lo que ordenan las autoridades actuales de Primaria”: Falta contexto
Aunque la publicación señala que son las “autoridades actuales” las que “ordenan” que no haya repetición del plato de comida, según la documentación oficial esta depende en última instancia de la apreciación del docente.
“Si en alguna escuela se recibe algún mensaje de que los niños no pueden repetir” el plato de comida, es porque “no es aconsejado desde el punto de vista nutricional”, explicó la directora general de Educación Inicial y Primaria, de la ANEP, Graciela Fabeyro, en la comisión parlamentaria. Y señaló que en la web del PAE se encuentran los recetarios con “los elementos que requiere el niño de esa edad”.
En 2013 la ANEP determinó que la no reiteración tiene base en “un criterio netamente técnico y científico”, orientado por nutricionistas, con el fin de “evitar la alimentación inadecuada y futuros problemas nutricionales”. De todas formas, aclaró que estas instrucciones deben complementarse con la “apreciación” de docentes que conocen la “realidad escolar” y la “situación particular de los alumnos”.
En 2010, las autoridades ya habían establecido que el objetivo de los servicios de alimentación es “complementar y auxiliar la nutrición del escolar” mediante el plan dietético del PAE, que establece las proporciones adecuadas para un plato de comida.
“El PAE resulta clave para que los niños reciban una cantidad suficiente de nutrientes fundamentales para su crecimiento”, estableció un estudio de 2018, publicado en 2020, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que explica que es comida “más rica en proteínas, calcio y hierro, con relación a la que comen en el hogar”.
Sin embargo, una auditoría realizada por el Ministerio de Economía y Finanzas señaló “debilidades de control significativas” en el PAE entre julio y septiembre de 2019, lo que supone, entre otros riesgos, “que los niños no perciban el alimento en las condiciones adecuadas, tanto en calidad como en cantidad”.
Esto se debe, según la auditoría, a que cada nutricionista (26 para todo el país) visita las escuelas en promedio dos veces al año y a que las inspecciones a las plantas de elaboración no son realizadas con una periodicidad determinada. También se plantea que no hay registro de las reuniones entre los responsables de las empresas y del equipo técnico; tampoco de las observaciones efectuadas y de cómo la empresa propone enfrentarlas.
Una evaluación de la ANEP entre el 2018 y 2019 presentó que en el 82,8% de los comedores no se cumplió con el tamaño de la porción correcta, puesto que los operadores dicen preferir “servir varias veces porciones pequeñas a que aumente el desperdicio por servir las porciones sugeridas”.
“El PAE aporta calorías distribuidas en forma adecuada, pero sin cubrir las metas calóricas que se propone. (...) A través de las comidas brindadas en los centros escolares logró aportar la mitad de la fibra consumida en todo el día por los niños, además de cubrir un porcentaje importante del requerimiento de hierro, ácido fólico y proteínas de origen animal. En el caso del calcio el aporte fue insuficiente alcanzando a cubrir el 40% de los requerimientos diarios”, concluye la evaluación.
2. “La razón” de la medida es “¡para no fomentar la obesidad infantil!”: Verdadero
En la comisión parlamentaria, Fabeyro argumentó: “Las grandes patologías de alimentación” del país, como la obesidad, se pueden combatir con “las bandejas de los tercerizados” que “tienen el peso y los nutrientes necesarios por edades”, por tanto, “a veces tampoco es adecuado repetir”.
Al llegar a la etapa escolar, cuatro de cada 10 niños mayores a cinco años presenta sobrepeso (22%) u obesidad (17,4%), según los últimos datos de la ANEP, de 2019.
“Los niños uruguayos comen calorías ‘suficientes o excesivas’, pero no logran cubrir las necesidades de nutrientes clave, como el calcio o la fibra alimentaria”, explicó a la AFP Florencia Koncke, magíster en Nutrición, especializada en áreas relacionadas a políticas de primera infancia, infancia y adolescencia.
Si un niño consume el doble de los nutrientes que necesita, podría tener repercusiones negativas que dependen de cuáles ingiera de más. “Seguramente” una consecuencia podría ser la obesidad, puesto a que tiene relación a “comer de más” y/o a “comer ‘solo’ calorías, sin nada que sume a un crecimiento saludable”, explicó la especialista.
En la comisión parlamentaria, la diputada Galán dijo que no duda “que quizás esa vianda esté totalmente controlada por nutricionistas y demás, pero el tema es que a veces es la única comida en el día que hacen estos niños”.
En esos casos, la repetición no es la solución, aseveró Koncke. “Nutricionalmente no le va a hacer mejor” porque lo que come de más se guarda en forma de grasa y, “al rato que el niño no tiene nada de energía en la sangre, lo que hace es sacarle un poco de la grasa, pero también va a perder músculo”, por tanto, “pierde nutrientes que son para el crecimiento”, comentó la especialista. “Desde el punto de vista del metabolismo, lo mejor sería que ese segundo plato, ese aumento excesivo, pueda consumirlo en otro momento del día”, explicó.
3. Hubo un “reciente aumento de la pobreza infantil”: Verdadero
En 2020 la pobreza infantil aumentó cuatro puntos porcentuales en Uruguay en comparación al año anterior, según el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas. Así, alcanzó al 21,3% de los menores de seis años; al 20,6% de los niños de entre 6 y 12 años, y al 18,9% de los de 13 a 17 años. El total de personas bajo la línea de pobreza se ubicó en 11,6%.
Actualmente, un 23,5% de los uruguayos se encuentra en situación de inseguridad alimentaria moderada o grave, según el último reporte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de 2021.
Este tema también se planteó en la comisión parlamentaria cuando la diputada Galán observó que la necesidad de un segundo plato de comida está vinculada a la pobreza infantil y no a la obesidad. En tanto, el presidente del Consejo Directivo Central, Robert Silva, dijo que es consciente de que hay “dificultades en el programa de alimentación escolar, que venían de antes”, en referencia al gobierno anterior, y que “se agudizaron con la pandemia”. No obstante, dejó constancia de que está dispuesto “a mejorar todas las cuestiones que correspondan”.
4. “Lo que genera obesidad es la comida chatarra y la falta de ejercicio físico”: Falta contexto
La evidencia científica (1, 2, 3) plantea que la obesidad tiene múltiples causas. Si bien los “principales factores desencadenantes y de su mantenimiento” son “los cambios de hábitos alimentarios y la falta de ejercicio”, también existen causas como “factores genéticos, alteraciones metabólicas u hormonales, lesiones que impidan moverse”, entre otros, comentó la nutricionista Koncke.
El pediatra Eduardo Regueira coincidió con este punto y explicó a la AFP que, una vez detectado el origen, el tratamiento de esta "enfermedad crónica no transmisible” es “un trabajo en equipo” junto a los padres y el niño.
Tras la reunión de la comisión parlamentaria, el Observatorio del Derecho a la Alimentación de América Latina y el Caribe, de la Escuela de Nutrición uruguaya, emitió un comunicado en el que aclaró que la obesidad es un problema multicausal, “complejo y estructural vinculado a un ambiente obesogénico que promueve una alimentación no saludable y una vida más sedentaria”. Esta no es “una cuestión solo de decisiones o voluntades individuales”, concluyó.
“Un factor principal de la epidemia de la malnutrición (por déficit o por exceso) y en especial en los países en desarrollo es el aumento de la brecha social”, se afirma en el comunicado. De hecho, a partir de la pandemia por el covid-19 “comer saludablemente cuesta cinco veces más que una comida rica en grasa, calorías y azúcar”, concluye.
5. “Las autoridades han rebajado el nivel de exigencia en el tenor de grasas, sal y azúcar”: Verdadero
Bajo el diseño de octágonos negros, a partir del pasado 1 de febrero en Uruguay comenzó a regir una nueva escala para el etiquetado frontal de alimentos con excesos en azúcares, sodio, grasas y grasas saturadas, con valores más permisivos a los establecidos anteriormente en un decreto de septiembre de 2020.
Tras ese cambio, en los alimentos sólidos el exceso de sodio se fijó a partir de los 500 miligramos cada 100 gramos, antes era de 400. Asimismo, el de azúcares pasó de 10 a 13 gramos cada 100, y a 12 cada 100 para los productos que tengan un "máximo de hasta 80% de las calorías aportadas por azúcares o sin adición de edulcorantes no nutritivos". Con respecto a las grasas y grasas saturadas el tope también aumentó: de nueve a 13 gramos y de cuatro a seis gramos, respectivamente.
Los valores de exceso de los alimentos líquidos se mantuvieron.
Esta modificación en los etiquetados de alimentos, que fue la segunda realizada al decreto original de 2018, hasta el momento no ha sido fiscalizada en los comercios.
30 de agosto de 2021 Cambia foto de portada.
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